Jaime Mulet: El rey del supermercado de la política

Jaime Mulet: El rey del supermercado de la política

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Si la política fuera un supermercado, el Frente Regionalista Verde Social (FVRS) sería ese carrito en el que uno va echando todo lo que encuentra en la góndola de las ofertas. Jaime Mulet, su líder, parece haber entendido que en tiempos de crisis lo importante no es la coherencia, ni las convicciones, ni menos un proyecto ideológico; lo que cuenta es el cupo, y en la desesperación, cualquier candidato sirve.

  • El caso de la lista parlamentaria que levantó, contra todo pronóstico, el FRVS es un ejemplo de manual de esta degradación: un verdadero “ómnibus” electoral en el que caben, sin pudor, personajes de izquierda, de derecha, de centro, de pasado democratacristiano, exsocialistaS, ex frentista, incluso con causas pendientes ante la justicia. Lo único que   importa es conseguir un cupo, asegurarse la supervivencia y de paso obtener una cuota de financiamiento y franja televisiva.
  • Si una colectividad tradicional te veta, si los tuyos no te renuevan el apoyo, te niegan el cupo, o si quedaste manchado por un proceso judicial, no hay problema; siempre queda la opción de refugiarse en la lista de Jaime Mulet, donde todo eso es lo de menos.
  • La puerta está abierta mientras sirvas para sumar votos o dar visibilidad en algún territorio. Se trata de una fórmula tan pragmática como corrosiva: el FRVS se ofrece como recicladora de candidatos, amparando figuras que el resto de los partidos prefirió dejar en la cuneta.

Las “estrellas del elenco”. Ahí está el diputado Miguel Ángel Calisto, ex DC y Demócrata aspirante al Senado por Aysén cuyo nombre fue objetado por Chile Vamos, por el proceso de desafuero que enfrenta por presuntas irregularidades en el uso de asignaciones parlamentarias; lo que no fue óbice para que Mulet lo acogiera con entusiasmo, resaltando su “compromiso genuino con la región.”

  • Aparece Junto a René Alinco ex PPD, un díscolo, con una larga historia de vetos y rechazos en distintas colectividades.  La lista se engrosa con Jaime Naranjo, antiguo militante socialista, cuestionado hace un tiempo por desconocer a su cónyuge que aparecía recibiendo sueldo como asesora del parlamentario. Naranjo fue expulsado de la bancada y renunció al partido para disputar un escaño senatorial desafiando a Paulina Vodanovic, la candidata del PS. Marginado por sus antiguos compañeros se encontraba recolectando firmas para postularse como independiente, cuando Mulet tocó a su puerta.
  • A este “potpurrí” se suman Alejandro Navarro, exsenador chavista incondicional de Maduro, que lleva años buscando regresar a la política, Marta González, marginada por el PPD y Christian Vittori, exalcalde de Maipú, quien, aunque absuelto, carga con el estigma del “caso Basura”.
  • También la integra German Correa, una figura histórica del socialismo ex ministro de interior de Frei Ruiz Tagle, fundador del MDP y expresidente del partido socialista. La guinda de la torta es el diputado Tomás Hirch de acción humanista, excandidato presidencial de la extrema izquierda y hoy uno de los voceros de la candidata Jannette Jara. Una extraña mezcolanza de candidatos oficialistas y opositores.

Zoológico electoral. El FRVS se convirtió  en una especie de taxi,  disponible para trasladar personas a posiciones de poder, sin importar demasiado el destino ni el sentido del viaje. Basta levantar la mano y el taxi de Mulet pasa a recogerte. No pregunta de dónde vienes, no exige hoja de ruta ni credenciales ideológicas; lo importante es que pagues el “peaje” que sumes votos al pacto.

  • ¿Dónde quedaron los principios?  En lugar de ideas, valores o programas, esta es una lista transaccional que representa algo mucho más simple: la pulsión de sobrevivir, de mantenerse a flote, aunque sea aferrándose a cualquier tabla. Es la política reducida a su mínima expresión, un asiento en el congreso a cualquier precio.
  • La democracia se sustenta en la existencia de partidos que representan visiones del mundo, ideas sobre el desarrollo, posiciones frente al Estado, el mercado o la justicia social. Partidos con convicciones, que arriesguen vetando a quienes no cumplen estándares éticos, aunque eso signifique perder una elección.
  • El ciudadano, por supuesto, no es tonto. Ve este “zoológico” electoral y entiende que las etiquetas ideológicas ya no significan nada. Un día eres progresista, al siguiente regionalista, al otro quién sabe. Hoy critícas a la derecha, mañana negocias con ella. Todo depende de dónde haya un cupo disponible.
  • Y no, no se trata solo de Mulet y compañía. El FRVS simplemente llevó al extremo una lógica que contamina a buena parte de la política chilena; la idea de que los partidos no son comunidades de principios, sino franquicias disponibles para arrendar cupos.

La furia y el desatino de Boric. En todo caso, hay que reconocer que la “movida” de Mulet sorprendió al oficialismo que lo miró a huevo, subestimó su capacidad de maniobra y jamás imaginó que sería capaz de armar una lista, de candidatos a diputados y senadores de alcance nacional que casi iguala en número a la de los siete partidos.

  •  En parte su “éxito” se debe a su buen desempeño en los debates durante la primaria que le confirió una “legitimidad” de la que carecía por completo. Pero también influyo la falta de transparencia y arbitrariedad con que las cupulas de los partidos manejaron la asignación de los cupos, dejando muchos heridos en el camino.
  •  Lo que enfureció al presidente Boric, que había invertido su capital político en una lista única del oficialismo que le garantizara, por lo menos, un poder de veto en el futuro Congreso.
  • Lo que lo llevó a cometer el desatino de sacar al ministro de agricultura, militante del PRVS, pero que nada tenía que ver con las negociaciones. Contribuyendo sin quererlo a profundizar la imagen irreversible de división entre sus adeptos, para quienes la posibilidad de conservar el poder parece cada día más inalcanzable. (Ex Ante)

Jorge Schaulsohn