Este jueves 21 de agosto, cerca de las 11:00 horas, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, llegó al Palacio de La Moneda para reunirse con el Presidente Gabriel Boric y oficializar su renuncia al cargo. Su salida se suma a la del ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, quien fue removido el día anterior, marcando dos bajas en el gabinete en menos de 24 horas.
Aunque desde el entorno de Marcel se atribuyen razones personales a su decisión, también se especula sobre una posible proyección internacional del economista. En el Congreso, la noticia generó reacciones inmediatas: el diputado Carlos Bianchi advirtió que al Ejecutivo se le dificultará gobernar en los siete meses restantes, mientras que desde el oficialismo se exigió que el sucesor mantenga el estándar técnico que requiere la conducción fiscal.
Marcel asumió la cartera de Hacienda al inicio del gobierno de Boric, tras dejar la presidencia del Banco Central. Durante su gestión, impulsó reformas clave como la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE), la reforma previsional y un nuevo proyecto tributario para apoyar a las pymes, presentado esta semana en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
En un seminario reciente en la Universidad de Los Andes, el ahora exministro reflexionó sobre sus logros —como el cuidado de las finanzas públicas— y también sobre sus frustraciones, entre ellas el rechazo a la Reforma Tributaria y el incumplimiento de la meta fiscal 2024.
La renuncia de Marcel ocurre justo cuando el Congreso comienza a delinear el presupuesto del Estado para 2026, lo que añade presión al Gobierno para definir rápidamente a su reemplazante en una cartera clave para la estabilidad económica del país.
OPOSICIÓN EXPRESA PREOCUPACIÓN POR MOMENTO DE RENUNCIA
Desde el Partido Republicano, Arturo Squella lamentó la partida de Marcel, aunque criticó su alineamiento con la “lógica ideológica” del Gobierno, acusando que sus decisiones dañaron la economía y la responsabilidad fiscal. La diputada Marlene Pérez (IND-UDI) calificó la salida como una decisión presidencial y advirtió que el prestigio profesional de Marcel se vio afectado por su rol en el Ejecutivo, especialmente por su impulso a una reforma tributaria que fue rechazada por el Congreso.
Frank Sauerbaum (RN), miembro de la comisión de Hacienda, expresó preocupación por el momento en que ocurre la renuncia, justo cuando se discute el presupuesto nacional. Aunque fue crítico de su gestión, reconoció logros como la reducción de la inflación y el control del gasto fiscal. Sofía Cid (Partido Republicano) advirtió que la salida de Marcel genera un “vacío de confianza” en medio de un escenario económico complejo, con bajo crecimiento y caída de la inversión privada.
OFICIALISMO Y CENTRO POLITICO: GOLPE A ADMINISTRACIÓN DEBILITADA
Roberto Arroyo (PSC) calificó la renuncia como un “golpe” a una administración debilitada, señalando que se suma a las tensiones internas del gabinete. Jaime Mulet (FRVS) y Rubén Oyarzo (PR) coincidieron en que la salida de Marcel representa una pérdida significativa para la estabilidad financiera del país y para el socialismo democrático dentro del Gobierno. Oyarzo también cuestionó el manejo de los “tiempos políticos” en La Moneda, en medio de otras renuncias ministeriales recientes.
FRENTE AMPLIO VALORA APORTE DE MARCEL
Desde el oficialismo, Gael Yeomans (FA) destacó la gestión de Marcel y expresó confianza en el equipo del Ministerio de Hacienda, mencionando a la subsecretaria Heidi Berner como una posible figura de continuidad. Diego Ibáñez (FA) valoró la reducción de la inflación como un logro clave del exministro, mientras que el senador Tomás de Rementería (PS) resaltó su rol en reformas como la modernización tributaria, el Bolsillo Familiar Electrónico y la reforma previsional.
La renuncia de Marcel ocurre en un momento clave para la política fiscal del país, justo antes de la discusión de la Ley de Presupuestos y tras la aprobación del Fondo de Estabilización Social (FES). La incertidumbre sobre su reemplazo y el impacto en la conducción económica del Gobierno mantienen en alerta tanto a actores políticos como a los mercados financieros.
PARISI: ES UN MISIL AL NIVEL DE FLOTACIÓN DEL GOBIERNO
El candidato presidencial del PDG Franco Parisi afirmó que la renuncia de Marcel al Ministerio de Hacienda es «una traición y un misil directo al nivel de flotación del pésimo gobierno de Boric».
En una declaración difundida a través de un video de Whatsapp, Parisi afirma «que ambos endeudaron al país y han sido cómplices en contratar a más de 100 mil empleados fiscales» Añade que agrega gravedad a la decisión del secretario de Estado el hecho de que su dimisión se produce «un mes antes de presentar la Ley de Presupuesto de 2026, acto respecto del cual los funcionarios de todos los ministerios han estado revisando partida por partida, tirar el mantel es claramente una traición de Marcel a Boric y quienes tendrán que pagar la cuenta de nuevo será la clase media mientras ellos se ubican en buenos puestos internacionales. Siempre caen parados».
LAS CIFRAS DE MARCEL
Mario Marcel cerró su gestión en Hacienda con ajuste fiscal, caída en fondos soberanos y bajo crecimiento económico: entre 2022 y 2025, en Chile, enfrentó inflación postpandemia, déficit estructural y desempleo persistente
Durante su periodo como ministro de Hacienda entre marzo de 2022 y agosto de 2025, Mario Marcel lideró una estrategia de estabilización económica en medio de un escenario local complejo marcado por la inflación postpandemia, el alto gasto fiscal heredado y una deuda pública en ascenso. Aunque logró un superávit inicial y fortaleció temporalmente el Fondo de Estabilización Económico y Social (FEES), su gestión terminó con déficits fiscales, críticas por el uso de fondos soberanos y una economía con bajo crecimiento y desempleo persistente.
Ajuste fiscal y uso del FEES
Al asumir, Marcel enfrentó un gasto fiscal cercano al 32% del PIB, producto de medidas de emergencia como el IFE y los retiros de fondos previsionales. Aplicó el Presupuesto 2022 heredado del gobierno anterior, logrando un recorte de 22% en el gasto y estabilizando el nivel en torno al 24%-25% del PIB.
En 2022, el FEES pasó de US$2.457 millones a US$7.514 millones, pero su uso en años posteriores lo redujo a US$3.600 millones a fines de 2024, generando críticas de expertos y parlamentarios.
Deuda pública y desempeño fiscal
La deuda pública bruta pasó de 36,4% del PIB en 2022 a 41,7% en 2025, impulsada por compromisos legales de gasto.
El ajuste inicial permitió cerrar 2022 con superávit estructural de 0,5% y efectivo de 1,1%, los primeros positivos desde 2015 y 2011, respectivamente.
Sin embargo, en 2023 y 2024 se registraron déficits estructurales de -2,8% y -3,3%, y déficits efectivos de -2,4% y -2,8%, respectivamente.
Evaluación externa y calificación crediticia
En septiembre de 2022, Moody’s rebajó la nota soberana de Chile de A1 a A2 por debilidad fiscal persistente. Desde entonces, no hubo nuevas bajas, y las agencias S&P, Fitch y Moody’s mantuvieron sus evaluaciones.
La última ratificación de Moody’s en abril de 2025 fue celebrada por Marcel como señal de resiliencia económica ante shocks externos.
Crecimiento económico y mercado laboral
El gobierno de Boric cerraría con un crecimiento promedio anual de 2%, el segundo más bajo desde 1990, solo por encima del segundo mandato de Bachelet (1,8%).
Factores como la permisología y la incertidumbre constitucional son señalados como causas del bajo dinamismo.
El desempleo se mantuvo sobre el 8% durante tres años, alcanzando 8,9% en la última medición. Además, se perdieron más de 140 mil empleos formales desde febrero de 2022, según la Superintendencia de Pensiones.(Red NP-Copilot-El Mercurio-La Tercera)



