Rol, auge y decadencia de partidos políticos-Ernesto Tironi

Rol, auge y decadencia de partidos políticos-Ernesto Tironi

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Este tema ha copado los comentarios y columnas de los últimos meses y semanas. Recientemente por los peligros de la probable desaparición de la Democracia Cristiana (DC), que fue un partido de tanta influencia hace años atrás y hoy tan disminuido, desdibujado y desprestigiado. La existencia de partidos representativos, responsables, vigorosos y bien organizados, son fundamentales para mantener un sistema político auténticamente democrático y gobiernos eficaces. Hoy en Chile, sin embargo, encuestas como las del CEP muestran desde hace tiempo que ellos son de las instituciones con menor prestigio entre todos los organismos públicos. Esto es grave, porque siguen siendo muy influyentes en la selección de las personas a cargo de las más altas responsabilidades en la vida de la nación. No sólo la de Presidente de la República, sino legisladores, ministros y jefes de servicios claves para el desarrollo del país.

Con todo el respeto que merecen las personas que trabajan en el Estado y sus organismos (y lo digo habiéndolo hecho y conocido por dentro), estimo que una de las causas importante del estancamiento del progreso de Chile puede ser que nuestra institucionalidad no está permitiendo que las personas más competentes y capaces trabajen en lo público, sobre todo en puestos de alta responsabilidad. Y muy especialmente eso ha ocurrido en la selección de nuestros parlamentarios o legisladores, en lo cual los partidos políticos en particular juegan un rol clave. ¿A qué se puede deber esto? ¿Qué podría hacerse para mejorar?

La política, el Parlamento y la alta gestión de la administración pública como campos de ocupación para jóvenes competentes y responsables se ha hecho cada vez menos atractiva. En cambio, sólo permanece atrayente para jóvenes altamente ideologizados, predominantemente interesados en alcanzar poder y figuración pública, antes que alcanzar resultados específicos de progreso en objetivos públicos o sociales, como más atenciones de salud, atención más rápida en trámites de oficinas públicas (sacar carnet, permisos, etc.). En esto, la influencia y rol de los partidos políticos es crucial y merece estudiarse más a fondo.

No observo estudios empíricos realizándose en Chile que nos iluminen sobre estos temas. Por ejemplo, de cuántos del quintil más destacado de los egresados de las mejores universidades del país escogían trabajar en el sector público hace 50, 30 o 10 años atrás. ¿Cuántos de ellos escogían ser parlamentarios? Presumo que hemos decaído en este aspecto, así como en el conocimiento o comprensión de la opinión pública sobre el rol de los políticos y de los partidos. Los partidos son organismos tan indispensables como complejos. Cumplen varios y muy diversos roles que necesitan guardar un delicado equilibrio entre ellos.

Consulto a ChatGPT y otras aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA), ¿Qué hacen o cuál es el rol de los partidos políticos? Me responde que sus roles clave son:  1) Representación de intereses: Los partidos políticos representan los intereses y valores de diferentes sectores de la sociedad. 2) Formulación de políticas: Desarrollan y proponen políticas públicas para abordar los desafíos y necesidades del país. P.ej. para mejorar la salud pública, la seguridad. 3) Selección de candidatos: Los partidos políticos seleccionan y nominan a candidatos para ocupar cargos públicos. 4) Movilización y participación ciudadana: Fomentan la participación y movilizan a los votantes para que apoyen a sus candidatos y políticas. 5) Control y fiscalización: Los partidos políticos pueden ejercer control y fiscalización sobre el gobierno y los funcionarios públicos. 6) Educación y formación política: Contribuyen a la educación política y cívica de los ciudadanos, promoviendo la conciencia y el debate sobre temas políticos.

Desde esa mirada más amplia del mundo entero aportada por la IA, mi opinión es que nuestros partidos tienen sobreponderado su rol de selección de candidatos y ocupación de posiciones de poder en el Estado. Y cumplen muy poco su rol de educación política propiamente tal; es decir, abierta y objetiva. Por el contrario, prodomina un exacerbado enfoque ideológico de todos los problemas y soluciones, que ocultan ambiciones personales propias. Así los ven los chilenos.

Cuando le pregunto a la IA a qué puede deberse la decadencia de ciertos partidos políticos me señala las siguientes causas más comunes: 1) Desconexión con la ciudadanía: El partido deja de representar los intereses reales de la población; pierde contacto con las preocupaciones cotidianas de sus bases tradicionales, o éstas lo perciben como una élite distante o indiferente. 2) Corrupción y escándalos: casos de corrupción o mala gestión que dañan gravemente la credibilidad del partido; la percepción de impunidad y falta de ética aleja votantes. 3) Falta de renovación interna: Liderazgos envejecidos o enquistados que impiden la entrada de nuevas ideas; rechazo a la autocrítica o al cambio generacional. 4) Contradicciones ideológicas: Incoherencia en el discurso: el partido cambia constantemente de posición o se contradice; abandono de principios fundacionales sin ofrecer una nueva narrativa clara. 5) Competencia política más eficaz: Emergencia de nuevos partidos o movimientos que conectan mejor con la ciudadanía o pueden ser más ágiles, modernos o radicales en su propuesta. 6) Fracaso en el gobierno: Una mala gestión cuando están en el poder puede hacerles perder legitimidad. Promesas incumplidas o políticas impopulares desgastan su imagen. 7) Cambio en el contexto social o cultural: La sociedad evoluciona, y el partido no se adapta. Nuevas generaciones tienen otras prioridades (medioambiente, derechos digitales, inclusión, etc.). 8) Divisiones internas: luchas de poder, facciones y disputas internas que les restan coherencia y fuerza.

Estas simples consultas muestran que hay buenos y fundados motivos por qué los partidos políticos en general, y algunos más en particular como la DC, están al debe con la ciudadanía en Chile. Están lejos de cumplir bien el rol que tienen y por eso se explicaría el rechazo y distancia que le tiene una gran mayoría, y muy especialmente las personas con mayores capacidades y aspiraciones de encontrar espacios de engrandecimiento y progreso en lo público a través de un trabajo político serio en los partidos y los gobiernos.

Por mi parte, estimo indispensable agregar tres factores ocultos que creo que desprestigian y degradan la política y los partidos, así como la contribución de ellos al progreso de Chile hoy. Primero, la micro-corrupción extendida y transversal de los políticos y operadores políticos que profitan de comisiones obtenidas de fondos públicos para hacer favores y financiar las campañas de alcaldes, parlamentarios, ahora gobernadores, y otros. La gente sabe que, para conseguir muchos permisos, agilizar trámites, acceder a programas o ganar licitaciones aparentemente imparciales, debe pagar comisiones que van a un operador y/o a un político. Por esa razón, además, esos dirigentes se aferran a sus cargos con dientes y muelas, y operan en sus partidos para permanecer en el poder. Así se da lugar a la poca renovación y poco ingreso y salida de los mejores y de outsiders a los partidos y al servicio público.

Así, los partidos se transforman principalmente en entidades dirigidas a ser agencias de empleo para acceder y aferrarse al Estado. Y como quienes dictan las leyes y normas sobre gastos del Estado (sin controles ni evaluaciones con consecuencias y también sobre las normas que rigen a los partidos y las elecciones), son los mismos parlamentarios y políticos que se benefician con eso, entonces ellos cierran el sistema impidiendo las reformas necesarias. Son juez y parte.

Soñemos que pueda ganar nuestra próxima elección presidencial un candidato que mejore esto. (El Líbero)

Ernesto Tironi