Cuando Adolf Hitler publicó el primer tomo de «Mi lucha» («Mein Kampf») el 18 de julio de 1925, pocos imaginaron que ese panfleto ideológico anticiparía el rumbo del régimen nazi que surgiría años más tarde.
Escrito durante su encarcelamiento tras el fallido golpe de Estado de 1923, el texto expone los pilares del pensamiento hitleriano: el antisemitismo radical, el deseo de anexar Austria y la idea de conquistar «espacio vital» en el este de Europa. Pese a su claridad programática, el libro fue ampliamente subestimado en su época.
Durante años, «Mi lucha» fue más un objeto propagandístico que una obra leída con atención. Aunque sus ventas crecieron exponencialmente tras la llegada de Hitler al poder en 1933 —superando los doce millones de ejemplares al final de la Segunda Guerra Mundial—, muchos contemporáneos no dimensionaron el potencial destructor que encerraba su contenido.
Hoy, un siglo después, historiadores y académicos coinciden en que el libro constituye una advertencia temprana de las atrocidades que vendrían. Leído a la luz del Holocausto y de la política expansionista del Tercer Reich, «Mi lucha» ya no puede ser visto como un simple manifiesto ideológico, sino como el anuncio explícito de una tragedia.
¿Qué advertencias contenía el libro respecto al futuro accionar de Hitler?
Expresaba sus intenciones de anexar Austria a Alemania.
Proponía conquistar «espacio vital» (Lebensraum) en el este de Europa.
Mostraba un antisemitismo radical, que anticipaba el Holocausto.
Representaba una señal temprana del rumbo que tomaría el régimen nazi tras 1933.
¿Por qué no se tomó en serio su contenido en su momento?
Muchos no creían que las palabras necesariamente se convirtieran en hechos.
Según la politóloga Barbara Zehnpfennig, se subestimó la amenaza que representaba Hitler.
El ascenso de un personaje como Hitler no fue percibido como un peligro real por la mayoría.
¿En qué contexto fue escrito el primer tomo?
Hitler lo escribió estando preso en la fortaleza de Landsberg.
Estaba encarcelado por el intento fallido de golpe de Estado del 9 de noviembre de 1923.
¿Quién ayudó a Hitler a escribir el libro?
Se creía que Rudolf Hess había tomado nota de sus palabras. Sin embargo, investigaciones recientes indican que Hitler lo escribió directamente.
Varios ejemplares del libro de «Mi lucha».
Usó una máquina de escribir portátil que le regaló una admiradora.
Las resmas de papel le fueron enviadas por Winifred Wagner, nuera del compositor Richard Wagner.
¿Cuántos ejemplares se vendieron antes y después del ascenso nazi?
Hasta enero de 1933 se habían vendido 287.000 copias.
Tras la llegada de Hitler al poder, las ventas aumentaron drásticamente.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se habían vendido más de 12 millones de ejemplares.
¿En cuántos idiomas fue traducido el libro? ¿Llegó al mundo hispano?
Para 1945, «Mi lucha» había sido traducido al menos a 17 idiomas.
Existían dos traducciones parciales al español: una en Barcelona (1935) y otra en Ávila (1937), sin mención del traductor.
Hubo una versión completa en México (1941), publicada por la editorial Herrerían y traducida por Augustín Aragón Leiva.
¿Se sabe si fue realmente leído o solo comprado?
Persiste la duda sobre cuántos compradores lo leyeron realmente. Algunas reacciones vinieron de opositores políticos, periodistas cristianos y sindicatos.
Sin embargo, la mayoría de las críticas se centraban en aspectos parciales o biográficos.
¿Qué críticas relevantes se hicieron antes de 1933?
En 1932, el diputado Theodor Heuss escribió un texto titulado «El camino de Hitler».
Aunque lo analizó críticamente, subestimó el impacto de su programa ideológico.
Como otros liberales, Heuss creyó que Hitler podría ser controlado desde el parlamento.
¿Cómo fue interpretado por historiadores posteriores?
Ian Kershaw, autor de una de las más reconocidas biografías de Hitler, lo definió como «la expresión más clara y completa» del pensamiento y planes del Führer.
Expresaba explícitamente el deseo de anexar Austria y expandirse hacia el este.
Contenía elementos de «antisemitismo eliminatorio», anticipando el Holocausto.
Copia del libro firmada por el propio Hitler. | AFP
En el segundo tomo, Hitler afirmaba que en 1914 se debió gasear a 12.000 o 14.000 «hebreos», lo que puede verse como una prefiguración de Auschwitz.
El historiador Andreas Wirsching señala que la subestimación del libro reflejó también la subestimación del propio Hitler.
Wirsching dirigió una edición crítica del libro desde el Instituto de Historia Contemporánea de Múnich.
¿Cuál fue su situación legal tras la Segunda Guerra Mundial?
Se prohibió inicialmente su publicación, salvo en el mercado de lengua inglesa.
Desde 1965, el Ministerio de Finanzas de Baviera rechazaba las solicitudes de publicación.
En 2016, los derechos de autor expiraron.
El Instituto de Historia Contemporánea de Múnich preparó una edición crítica dirigida por Christian Hartmann.(Emol)



