En su columna del martes, Eugenio Tironi hizo un parcializado recuento de las opciones presidenciales del Partido Socialista en su historia. Probablemente por su origen MAPU, partido cuya especialidad no fue precisamente ganar elecciones, Tironi omitió un hecho fundamental: desde su fundación, en 1933, de 15 elecciones presidenciales, el PS ha logrado elegir a cuatro presidentes de sus filas (más que ningún otro partido en Chile), ha apoyado a tres candidatos ganadores de otros partidos y se sumó en segunda vuelta a un candidato ganador. A estos triunfos se suman las tres candidaturas previas de Allende, que cimentarían su victoria posterior.
Es evidente que este track récord habla de un partido que, más allá de su accionar a veces tumultuoso, que parece tanto molestar a Tironi, ha sabido interpretar los anhelos de justicia social del pueblo chileno. Mucho más, sin duda, que la trayectoria del MAPU, partido de Tironi, que luego de dividirse y subdividirse en minúsculas facciones de triste performance electoral, terminó desperdigado entre lobistas empresariales y grupúsculos radicalizados como el Lautaro.
El síndrome PS es claro: avanzar a construir plataformas para ganar elecciones. No siempre lo logra, es cierto, pero al menos hay una vocación de mayorías. No como el MAPU, que lo poco que logró no lo hizo a través de elecciones, sino que de negociaciones. “Lo que no le dieron las masas, lo buscó en las mesas”. (El Mercurio Cartas)
Fidel Espinoza
Senador PS



