Chile: Subdesarrollo vial y ferroviario-Andrés Montero

Chile: Subdesarrollo vial y ferroviario-Andrés Montero

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El último fin de semana, demostró una vez más el colapso vial de nuestro país. Interminables tacos fueron la tónica del tránsito en carreteras. Si tuviésemos una red ferroviaria de pasajeros adecuada, muchas familias preferirían viajar a sus lugares de descanso o a otras ciudades en tren, como fue en Chile por muchos decenios. En la mayoría de los países desarrollados, el tren es un medio de transporte eficaz y usado por la mayoría de la población.

Chile requiere urgentemente de un plan de desarrollo vial y de ferrocarriles, para poder acceder a la creciente demanda de carreteras por el excesivo número de autos nuevos y para absorber la creciente demanda de transporte público. El ferrocarril es el llamado a suplir esta urgente necesidad de comunicar ciudades, de manera eficiente y sostenible. El ferrocarril es querido por toda la población, y si se hacen bien los números y se consideran los efectos colaterales, es un medio completamente viable.

El subdesarrollo vial también alcanza a los conductores, que, en número creciente, cuando se producen atochamientos o tacos en las carreteras, utilizan la berma interior para adelantar a los demás vehículos, lo que constituye un peligro de accidentes y, además, una falta de respeto con las normas y con los demás conductores que cumplen al manejar en la ruta por las vías correctas. Estas personas son de origen transversal, hombres y mujeres, en autos caros y baratos, por lo que es un problema que está en la sociedad. Se deberían aplicar multas altísimas a aquellas personas que adelanten por la berma. Son bestias incultas que incumplen las normas de convivencia.

El crecimiento de las exportaciones y la necesidad de más y mejores puertos hace muy urgente la prioridad de un mayor desarrollo ferroviario de carga para poder acceder a los puertos con las crecientes producciones de la agricultura, la minería y de productos en general. Chile es un país marítimo, pero para poder embarcar sus productos requiere carreteras y vía férreas, las que hoy día han quedado absolutamente desbordadas. El camión, como medio de transporte, es hoy casi el único medio disponible. El colapso vial, afecta a distintas ciudades de norte a sur. La mayoría de las grandes ciudades no tienen planes de mediano y largo plazo para enfrentar el martirio de los tacos, que afecta a todos, especialmente a quienes deben ir a dejar hijos al colegio y después a trabajar. También afecta a la red de distribución, generando mayores costos y disminuyendo la eficiencia logística.

En ciudades como Puerto Varas, Castro, Villarrica-Pucón, Valparaíso-Viña del Mar, acceso sur de Santiago cada mañana. Acceso a Santiago desde la ruta 68, Rancagua, Curicó, Talca, Temuco. Y suma y sigue, el caos vial reina. ¿Qué hacen las autoridades? ¿Qué hacen los ministerios involucrados? Pasan los años y solo hay malas explicaciones. ¿Cómo puede ser posible que no haya un tren rápido a Valparaíso? La respuesta es que las autoridades son ineptas y se dedican a hablar y hablar y no hacen la pega. Son una vergüenza. El tiempo perdido por los chilenos en tacos viales es infinito. El costo para el país es inconmensurable. Una propuesta totalmente lógica sería privatizar hasta el 40% de Codelco y destinar esos recursos a un plan nacional de carreteras, vías férreas y puertos. Todo, en sociedad con el sector privado, que estaría encantado en participar en un plan de concesiones.

Resulta frustrante y hasta repugnante, que sigamos en Chile discutiendo estupideces, construyendo memoriales, dedicados a la política exterior feminista, destruyendo la educación pública, aniquilando la salud privada y que no seamos capaces de generar infraestructura que le dará mejor calidad de vida a los chilenos. Chile construyó su primer ferrocarril entre Caldera y Copiapó en 1851, y en 1913 se unió por ferrocarril Iquique y Puerto Montt. Han pasado más de 110 años, en los que la tecnología constructiva ha mejorado radicalmente y no somos capaces, como país, de construir obras de importancia. Lo mismo se aplica a los embalses de riego, los cuales no pasan de ser promesas que quedan entrampadas en la asfixiante burocracia estatal. Por su parte, los parlamentarios, preocupados de la reelección, de las listas de candidatos, de las primarias y toda una maraña que agobia y enfurece. Cuándo llegará el día en que se hagan cosas importantes.

Hay industrias con mucho potencial en Chile, como el turismo. Esto requiere mejores y más eficientes aeropuertos. Puertos y muelles, rutas con bermas decentes y anchos adecuados, accesos seguros a las ciudades y trenes de largo y de corto alcance. Tren rápido a Concepción, tren rápido Santiago-Puerto Montt. Ya sé que los expertos me dirán que no se puede, yo les diría que sí se puede. Depende cómo y qué negocios colaterales se planteen. El acceso a Chile por los pasos fronterizos con Argentina son una vergüenza. Demoras insoportables e inaceptables. No hay excusas. Entre Tacna y Arica cada día miles de personas transitan en uno y otro sentido y no hay un tren rápido decente. Autoridades, gremios empresariales y de trabajadores: despierten.

En otra columna me referiré al caos inmobiliario en Chile, en que cada cual solo vela por su utilidad inmediata y poco importa Chile. Hacer bien las cosas parece algo irrelevante. Faltan plazas y faltan planos reguladores racionales en la mayoría de las ciudades de Chile. Para finalizar, quienes practicamos ciclismo de ruta y lo hacíamos entre Maitencillo, Cachagua, Zapallar y Papudo, esto se acabó. Los genios -no sabemos quiénes- han instalado en las bermas unos tremendos promontorios cuadrados, supuestamente para señalizar la vía, lo que impide pedalear por la berma. Ya no queda dónde hacer ciclismo de ruta en Chile. (El Líbero)

Andrés Montero