El material del que están hechos los sueños

El material del que están hechos los sueños

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Hasta hace poco -limitaciones culturales que tiene uno- no sabía que la frase “el material del que están hechos los sueños” era original de La Tempestad, de Shakespeare, aunque tenía muy presente la frase de Sam Spade en El Halcón Maltés de Dashiell Hammett, diciéndole al sargento Polhaus que el pájaro negro que ambos están mirando está elaborado con ese enigmático material. Tal vez por ello fue que busqué en mi viejo ejemplar de la novela de Hammett para darme el gusto de releer el pasaje, pero, para mi sorpresa, no logré encontrarlo. Recordaba que estaba al final, muy al final, pero aún con esa referencia fue imposible. Entonces reparé que, quizás, lo que recordaba era la escena final de la película que, basada en la novela y con el mismo título, protagonizó Humphrey Bogart en 1941 y que yo -y seguramente muchos de quienes leen esto- han visto más de una vez porque es un clásico. Y sí, parece que así es, de modo que el tributo a Shakespeare no fue de Hammett sino de John Huston, el director y guionista (en realidad adaptador del libro original) de la película.

La reflexión viene a cuento porque da el caso que existen partidos políticos que, como en las obras de Shakespeare y de Huston, construyen sus programas y sus estrategias con ese mismo material: aquel del que están hechos los sueños. En el caso del Partido Comunista ese sueño les fue legado por un alemán llamado Karl Marx, que lo dejó plasmado en obras que se conocieron durante el siglo XIX. Su sueño: una sociedad en la que los obreros industriales se hacen del poder del Estado y lo administran dictatorialmente, la “Dictadura del Proletariado”.

El sueño se basaba en una interpretación de la historia y de las relaciones entre los seres humanos que sus seguidores no titubearon en calificar de “científica”. El sueño, así, se convirtió en una guía para la interpretación del presente y una orientación para la acción política que uno de sus seguidores, el ruso Vladimir Illich Ulianov mejor conocido como Lenin, tradujo en verdaderos manuales para la práctica de la revolución. Como el origen de todo era una elaboración “científica”, dudar de ella era imposible, por lo que el sueño se convirtió en una fe y los comunistas, desde entonces, han dedicado lo mejor de su inteligencia a la tarea de tratar de hacer coincidir la realidad con lo que mandata esa fe.

Se trata de un empeño crecientemente difícil en la medida en que el desarrollo de la sociedad se alejó de la realidad en la que Marx basó sus análisis. Pero eso no ha parecido importarles porque una fe, cuando es verdadera, es impenetrable para la realidad. De ahí que los marxistas estén dispuestos, aún hoy, a perseverar hasta que llegue el día en que el sueño se haga realidad, aunque deban esperar décadas o siglos… la fe es así. Y mientras tanto se dedican a avanzar pequeños pasos que pretenden mover la aguja social en la dirección que ellos estiman correcta.

Pero a veces la realidad se impone y entonces tienen problemas. Como ahora. Y su problema hoy viene a ser “cómo le hacemos para elegir un(a) candidato(a) presidencial que crea todo eso… y que al mismo tiempo parezca vivir en este mundo”. Y por ello hasta ahora no pueden decidir quién asumirá esa candidatura.

Desde luego la candidata ideal es Jeanette Jara. Ha demostrado ser una política hábil, no desprovista de capacidades técnicas, buena oradora, la cumbia no la baila mal y hasta dicen que se parece físicamente a Michelle Bachelet… pero no parece comunista. Y, como ha recordado Juan Andrés Lagos, custodio de la fe dentro del partido: “quien sea candidato (o candidata en este caso), debe parecer comunista”. Y Jeanette Jara, por más que haya sido comunista desde los 14 años y haya pasado por todos los cursos de marxismo-leninismo que debió pasar para llegar hasta donde llegó… no lo parece. Se ha especializado en negociar con sus adversarios antes que en denunciarlos como lo que “verdaderamente” son, esto es representantes del empresariado capitalista; se muestra interesada en su trabajo y lo honra vistiéndose adecuadamente, en lugar de mostrarse aburrida, desaliñada y con ganas de estar en otra parte como algunos de sus colegas del gabinete y el propio Presidente de la República.

Y para terminar de complicarle las cosas a sus camaradas, cuando baila cumbia lo hace para festejar una reforma constitucional que consagró la continuidad de las AFP. Nada de esto aproxima la sociedad al sueño comunista y más bien la alejan. Lo que debiera hacer una comunista que parezca comunista es lo que hacen algunos diputados: estar en la agitación social azuzando a los pescadores artesanales a protestar “a peñascazo limpio”; así nos acercamos al sueño comunista y no… bailando cumbia.  Y ahí está el PC tratando de ajustar la realidad a su sueño, sin darse cuenta de que su propia vida, cual diría Calderón, es “Una ilusión, una sombra, una ficción”.

Y en un dilema semejante se encuentra el Frente Amplio. Como el PC ellos también tienen un sueño, pero, como son de otra generación o de muchas generaciones posteriores al centenario PC, no hablan de “revolución”: la substituyeron por “refundación”, que al fin y al cabo es lo mismo. Seguramente sintieron estar a punto de cumplir ese sueño cuando alcanzaron la presidencia de República, pero una vez allí se dieron cuenta de que lo único que no se puede substituir es la realidad. Y ésta se encargó de barrer su sueño refundacional. Formaron gobierno afirmando que Chile iba a ser la tumba del neoliberalismo… y allí están hoy, preocupados de tasas de crecimiento, equilibrio fiscal y deuda pública; iban a refundar Carabineros y sus dirigentes se muestran orgullosos entregándoles nuevos vehículos; eran enemigos de los acuerdos internacionales de libre comercio y su gobierno terminó apoyando el TPP-11; eran los adalides del “No más AFP” y Gabriel Boric terminó bailando cumbia al lado de Jeannette Jara para celebrar la reforma que consolida a las AFP.

¿Cómo no va a ser difícil entonces encontrar un candidato o candidata presidencial del Frente Amplio para dar continuidad a un gobierno que destruyó sus sueños? ¿No será preferible para ellos mejor volver a ser oposición dónde les fue tan bien? Total, siendo oposición podían gritar al mundo su sueño y siempre podían encontrar a soñadores y soñadoras como ellos que los siguieran. Ahora se dice que están considerando la posibilidad de apoyar directamente a Carolina Tohá en la primaria del oficialismo. Podría ser, aunque con ello terminarían de enterrar definitivamente ese sueño que algún día tuvieron.

¿De qué material están hechos los sueños? En la obra de Shakespeare y en la película de Huston se sugiere que los sueños están construidos con lo fugaz, lo ilusorio, lo insubstancial. Contemplando el momento presente del Partido Comunista y del Frente Amplio no cabe más que estar de acuerdo con ello. (El Líbero)

Álvaro Briones