Traspasos de fondos Corfo y la reforma previsional

Traspasos de fondos Corfo y la reforma previsional

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La polémica sobre los confusos traspasos de US$3.500 millones de dólares que realizó en 2023 el gobierno del Presidente Boric desde Corfo hacia el erario público para cubrir la baja en ingresos fiscales buscaba evitar que el país tuviera que endeudarse más. Si bien todavía no están claros los detalles de esa decisión, es inevitable que la opacidad con la que actuó el gobierno alimente dudas sobre cómo van a actuar futuros gobiernos con las cotizaciones de los trabajadores que vayan a manos del Estado cuando se comience a implementar la reforma de pensiones.

Si el Ministro de Hacienda no trepidó en echar mano al dinero que estaba en las cuentas de Corfo para tapar el hoyo del gasto fiscal que aumenta más rápido que los ingresos, hay buenas razones para anticipar que futuros gobiernos actuarán con igual pragmático descaro para tapar nuevos hoyos fiscales, pero echando mano a las cotizaciones que presumiblemente «prestan» los trabajadores para que el Estado las utilice para mejorar las pensiones de los actuales jubilados.

Es imposible no tener dudas sobre por qué el gobierno no manejó con mayor transparencia y de mejor formal la polémica que se ha producido por el traspaso al erario público de una enorme cantidad de dinero que estaba en las cuentas de Corfo en 2023. El monto del traspaso equivale a más del 1% del PIB nacional. Esos 3.500 millones de dólares equivalen a un 7,0% del gasto público en 2023. No es una trivialidad.

Tanto las acusaciones de algunos líderes de la oposición como las explicaciones que hasta ahora ha dado el gobierno generan más dudas que clarificaciones. ¿Por qué la oposición no se dio cuenta de esto antes si los datos eran públicos? ¿Cómo pudo fallar tanto la capacidad fiscalizadora de la oposición en el Congreso y de los think-tanks asociados con los partidos de oposición?

A su vez, si todo esto es solamente un procedimiento normal que hizo el gobierno del Presidente Boric, emulando lo que habían hecho gobiernos anteriores, ¿por qué el Ministro de Hacienda Mario Marcel tuvo que apurar el regreso de sus vacaciones? Si esto era normal, ¿por qué el gobierno no transparentó y explicó de mejor forma este supuesto traspaso que sólo buscaba proteger los intereses del fisco y evitar que el país se endeudara más? Para empeorar las cosas, es imposible no recordar que hace un tiempo, Marcel, en una declaración de la que ahora seguramente se arrepiente, dijo que Javiera Martínez era la mejor directora de presupuesto que había tenido el país.

Las ponderadas declaraciones que han ofrecido ex directivos de la Corfo sobre las inusuales particularidades de esta transferencia de recursos que ocurrió en 2023 alimentan también las dudas que los líderes de oposición hábilmente han estado sembrando en estos días. Es de esperar que la investigación que está iniciando la Contraloría aclare lo que ocurrió y establezca si existen responsabilidades legales y penales por las decisiones que se tomaron.

Pero las implicaciones políticas de este escándalo van por un carril distinto. Hasta ahora, la confusa información que existe no permite exculpar ni inculpar a nadie. Pero es evidente que el gobierno, una vez más, demostró incapacidad para manejar la crisis y controlar la agenda política. Al igual como ha pasado con varias crisis anteriores, el gobierno se ha visto confundido y sobrepasado por las noticias, filtraciones y revelaciones sobre lo que presumiblemente ocurrió cuando se produjo esta transferencia de recursos.

Para muchos en el gobierno, se acabaron las vacaciones de verano. Para la oposición, se abre una nueva ventana de oportunidades para dispararle al gobierno por sus errores, omisiones y mal manejo de la billetera fiscal. Pero para el resto del país, esta polémica invita a pensar sobre el riesgo que implica confiarle al gobierno el manejo de un fondo de pensiones financiado con el préstamo obligado que deberemos hacer todos los trabajadores formales por las próximas décadas al gobierno para financiar el componente solidario para los jubilados actuales.

La facilidad que tuvo el gobierno de Boric para echar mano, en 2023, a los ingresos adicionales que recibió Corfo producto de los altos precios del litio en ese tiempo son una valiosa advertencia respecto a cómo se comportarán futuros gobiernos ante la tentación de echar mano al dinero acumulado en ese fondo de «préstamo» de las cotizaciones mensuales de los trabajadores chilenos.

Como bien dijo Marcel, cuando se trata de cuidar el patrimonio fiscal -queriendo decir que cuando se trata de tapar los hoyos del déficit fiscal efectivo- no hay ningún dinero que pueda estar seguro del voraz apetito de cualquier gobierno para financiar más gasto público. En vez de aceptar la realidad y disminuir el gasto cuando disminuyen los ingresos, el gobierno de Boric decidió gastarse el dinero que estaba destinado para otros objetivos. Esto sienta un mal precedente sobre cómo se manejarán los dineros del «préstamo» de los trabajadores al fondo de pensiones que estará en manos del Estado cuando se empiece a implementar la reforma previsional. (El Líbero)

Patricio Navia