El empresario Óscar Guillermo Garretón, histórico hombre del MAPU y el PS, desde el gobierno de Bachelet 2 se fue distanciando de ese mundo. A su juicio el PC y los sectores ultras han dominado en la izquierda. “A mí me carga la palabra centro porque no dice nada. Si en ese cuadro llegamos a acuerdo con Matthei, me parece bien”, dice Garretón, uno de los fundadores de Amarillos.
-Respecto a la fallida venta de la casa de la familia Allende, ¿crees que refleja cierta liviandad e incapacidad de ver que se trataba de algo fuera de toda norma?
-Mi mayor desolación es que termina siendo una agresión a la memoria del presidente Allende. No voy a referir al tema legal ni a lo que haga el TC, pero los responsables de este caso van a ser castigados por la izquierda. Su autoridad política se ve fuertemente dañada.
Aquí hubo un nivel de desdén por cuidar la imagen y la memoria del presidente. Un descuido brutal, irresponsable. Debería haber dentro del mundo de izquierda un reproche o un juicio político, sobre quiénes son responsables de esto, porque es una afrenta contra la figura del presidente Allende.
-Marisol Peña, que formó parte del TC, dijo que al Tribunal no le queda otra opción que cesar a Isabel Allende de su cargo.
-Eso tiene que resolverlo el Tribunal Constitucional. Es una discusión que lamentablemente ha terminado siendo de bandos políticos. Pero en el fondo es un problema de resguardo a la memoria del presidente Allende.
-El presidente Boric comienza su último año -o poco más- de su gobierno. ¿Cómo ves al mandatario en esta recta final?
-Es evidente de que el gobierno, que partió como transformador, ha terminado siendo un gobierno administrador. Y de una calidad bastante precaria. Este último incidente es parte de eso. Yo le diría una cosa al Presidente a propósito de la discusión de pensiones: si no hay acuerdo en pensiones, el primero que paga los costos es el gobernante y no la oposición. Es bueno que él lo entienda y que no se equivoque en esto.
Si hay algún grado de acuerdo, es una cosa que le conviene a él para dejar algún legado en algo. Este gobierno no tiene ningún legado. El aumento del sueldo vital es una variable controvertible, porque termina aumentando la informalidad. Y lo mismo las 40 horas. La segunda cosa sería avanzar en el cambio del sistema político. Y no sé si pedir algo más, porque no han demostrado mucha capacidad para transformar nada.
-Si se hace una reforma política, Amarillos y Demócratas podrían desaparecer.
-Nosotros no vamos a objetar una ley restrictiva para evitar la fragmentación por el hecho de que nos puede ir mal. Hay un asunto de responsabilidad política con el país que tenemos que cumplir. Y en ese sentido estamos a favor de una reforma al sistema político.
-Este año viene la presidencial, ¿estás inclinado a votar por Evelyn Matthei?
–El mundo amarillo tiene que hacer una definición. La izquierda tiene una posición hostil hacia el mundo amarillo y a los que votamos rechazo en el plebiscito. No descarto que podamos terminar apoyando a Matthei.
-Pero tu posición personal es de mayor cercanía a Matthei.
-Porque la probabilidad de que haya un cambio en la situación del país depende de que haya un cambio de signo político en quienes gobiernan. Eso es vital. Se necesita que alguien distinto sea el que gobierna. Pero no creo que la respuesta sea un republicano. Tengo la impresión de que una alianza entre el centro y un mundo democrático de derecha es una posibilidad.
-Has planteado la necesidad de un cambio de gobierno, o sea, de un gobierno de derecha.
-El hecho de que gane, por ejemplo, una alternativa de derecha no quiere decir que se van a resolver los problemas del país. Tiene que haber una alternativa, en la cual haya mayorías. Y la derecha no constituye mayoría por sí sola. La única posibilidad para construir mayoría es con un programa democrático reformista, que asuma las demandas sociales que hoy día existen.
Una derecha encapsulada en lo que son sus pensamientos más ortodoxos, no tiene ninguna posibilidad de ser mayoría. Eventualmente podría ganar una elección, pero no va a poder gobernar. Lo que necesita para gobernar es abrirse a una alternativa hacia el centro.
-¿Qué te parece Evelyn Matthei como candidata?
-Yo no la descarto. Te voy a decir una cosa: en mi experiencia, el candidato presidencial que gana es al que le toca ganar. No es necesariamente ni el más buenmozo, ni el más inteligente, ni el más capo, ni el mejor economista, ni el más político. Es al que le toca gobernar. Y yo tengo la impresión de que una posibilidad de que le toque a Evelyn Matthei es real.
-¿Se van a unir Amarillos con los Demócratas o no?
-Si se trata de unir efectivamente al centro, por supuesto que hay que unirse con el mundo de los demócratas, pero va mucho más allá de eso. Hay una cantidad de gente del socialismo democrático o de parte de la derecha que se siente más interpretada por una posición como la de amarillos, para salir de la polarización del cuadro político.
-¿Pero cuál es tu posición personal sobre que se fusionen?
-Yo no tengo ningún problema. La primera etapa nuestra es fortalecer la posición del reformismo democrático, que algunos llaman la posición más de centro. A mí me carga la palabra centro porque no dice nada. Si en ese cuadro llegamos a acuerdo con Matthei, me parece bien. (Ex Ante)



