En la edición de “El Mercurio” de ayer, el señor Mauricio Claver-Carone, candidato del Presidente Trump a ocupar la dirección del Banco Interamericano de Desarrollo, llama “anticuado” al canciller de Chile, Andrés Allamand, por haber señalado ante el Senado de Chile que la magnitud de la tarea que hoy enfrenta el BID no aconseja tensionarse con una elección en septiembre, razón por la que Chile se inclina por una postergación del proceso.
Si el señor Claver-Carone, en su calidad de candidato, se atreve a emitir juicios derogatorios contra una declaración del canciller de Chile formulada en el Senado de la República, es dable imaginar cuál sería su comportamiento ante las autoridades nacionales si llegara a ocupar el cargo de presidente del Banco.
La presidencia del BID debe estar en manos de quien demuestre capacidad técnica, poder de convocatoria y experiencia diplomática. La estridencia y la descalificación, menos aún contra las autoridades de un país miembro, no pueden tener cabida en una institución que tuvo a personalidades tan brillantes y consideradas como Felipe Herrera y Enrique Iglesias, entre otros. Además, debe ser dirigida por un latinoamericano, según los acuerdos y tradiciones del propio BID.
Los argumentos exhibidos por Chile, Argentina, México y Costa Rica, entre otros, acerca de la necesidad de postergar la elección, son sólidos y convincentes. El Banco está siendo sometido a la tensión propia de la elección norteamericana más conflictiva que recuerde el país del norte. La crisis económica de América Latina es la mayor que tendremos que enfrentar desde la Gran Depresión. Las opiniones vertidas por el señor Claver-Carone en la entrevista de marras agregan de manera patente un tercer problema: el señor Claver-Carone pareciera carecer de la personalidad adecuada y el buen juicio necesario para encabezar esta tarea. (El Mercurio Cartas)
Soledad Alvear
Mariano Fernández
José Miguel Insulza
Heraldo Muñoz
Juan Gabriel Valdés
Ignacio Walker
Exministros de Relaciones Exteriores de Chile
