«Somos los hijos de los trabajadores y trabajadoras de este país, quienes no han podido ingresar a la educación superior«, afirmó la tarde del lunes el vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Víctor Chanfreau, luego de realizar el balance del primer día de funas contra la rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), que en esa jornada afectaron los test de Lenguaje y Ciencias. «Se van a intensificar de todas maneras las movilizaciones«, aseguró el estudiante del Liceo Experimental Manuel de Salas, ubicado en la comuna de Ñuñoa.
Una amenaza que el martes se cumplió. En distintas sedes manifestantes impidieron que se pudiera tomar el test de Matemáticas. Sin embargo, el mayor golpe contra el proceso se produjo cuando a menos de media hora de iniciar la prueba de Historia, el Demre junto al Cruch comunicaron la suspensión nacional de la PSU debido a la filtración de una forma del examen. El saldo del boicot fue que el 14% de las cerca de 298 mil personas inscritas en el sistema de selección no pudieran completar el requisito de admisión.
La tónica de los discursos de los voceros de la organización, Víctor Chanfreau y Ayelén Salgado, tanto en puntos de prensas de prensa como en redes sociales ha estado marcado por frases como «con la fuerza del pueblo seguiremos cambiando la historia», «los poderosos y sus seguidores defienden la Educación como un negocio y no les importa la segregación» o «por años cientos de estudiantes que dieron la PSU quedaron fuera, no pudieron estudiar aunque tenían los mismos sueños que miles de nosotros». No obstante, las primeras cifras de las comunas donde hubo locales saboteados muestran que los afectados provienen del sector más vulnerable.
El Líbero revisó datos socioecónomicos y académicos de las 26 comunas a las que pertenecen las 67 sedes que vieron truncado el proceso de selección tras problemas para tomar la prueba de Lenguaje, locales que ya fueron identificados por el Cruch y el Demre, organismos que aún tienen que informan públicamente cuáles son los 19 recintos en donde no se pudo rendir el test de Ciencia y los 50 establecimientos boicoteados durante la PSU de Matemáticas.
Según los datos, el 70% de las comunas afectadas por el sabotaje tienen índices mayores de pobreza multidimensional que el promedio nacional, de acuerdo a la Casen de 2015. Además, la mitad de los municipios tienen un rendimiento en el Simce inferior al promedio. En el caso de la PSU, 7 de cada 10 no han superado los 491 puntos ponderados en la prueba. Esto último contrasta con los 573 puntos que han promedio los colegios en los que estudian los voceros de la ACES. Chanfreau es alumno del Liceo Experimental Manuel de Salas (Ñuñoa) y Salgado asiste al Colegio Notre Dame (Peñalolén).
BAJO EL PROMEDIO NACIONAL DE POBREZA MULTIDIMENSIONAL
Según la Casen de 2015, el 16,6% de las personas vivía en condiciones de pobreza multidimensional, estadística que mide la condiciones de Salud, Educación, Trabajo y Seguridad Social, y Vivienda. Al revisar los datos, de las 26 comunas que se vieron afectadas por el boicot a la prueba de Lenguaje, el 70% de ellas presentan un mayor porcentaje de su población afectado por la pobreza. Los casos más extremos, de hecho, muestran que en La Pintana el 42,6% de sus habitantes se encuentra en esta condición.
Una situación similar presenta Cañete, ubicada en la Región del Biobío, en donde el 31,37% de las personas se vive en pobreza multidimensional. Mientras que en Quellón, comuna ubicada al sur de Chiloé y la primera en suspender completamente el proceso, y Puente Alto, cerca del 27% de su población se encuentra en esta condición.
En el norte también hay comunas que presentan un porcentaje de pobreza multidimensional superior al promedio nacional. Se trata de Arica (18,05%), Alto Hospicio (23,18%), Calama (21,86%) y Vallenar (18,99%).
Una realidad que contrasta con las comunas en las que se encuentran los colegios de los dirigentes de la ACES. En Ñuñoa se encuentra el establecimiento donde estudia Chanfreau. Si bien en dicho municipio también un colegio -el lugar donde el mismo vocero tenía que rendir la PSU-, no se pudo tomar el examen, la cifra de pobreza multidimensional solo alcanza el 10,72%. Mientras que en Peñalolén, en donde asiste Salgado al Colegio Notre Dame, esta medición llega al 20,73%, no obstante la pobreza por ingreso es de solo el 4,75%. Una cifra que es bastante menor que el promedio nacional de 10,41%.
REALIDAD ACADÉMICA DE MUNICIPIOS AFECTADOS
En términos académicos, la situación de las comunas afectadas por el sabotaje a la prueba no es muy distinta. Según el Simce de Segundo Medio de 2017, el promedio nacional de compresión lectora fue de 252 puntos, mientras que en matemática los estudiantes obtuvieron 266. Cifras que en la mitad de los 26 municipios que no pudieron completar la PSU no fueron alcanzadas.
Por ejemplo, en Conchalí los alumnos ese año promediaron 237 puntos en lenguaje y 245 en matemáticas. Mientras que en Alto Hospicio los puntajes fueron de 244 y 254 puntos, respectivamente. Una situación similar a la de Coronel en donde en lenguaje el promedio estuvo en 242 y en matemáticas fue de 246.
Quellón también tuvo cifras parecidas promediando 241 puntos en lenguaje y 243 en matemáticas. Una realidad que contrasta con Ñuñoa en donde los estudiantes en las mismas materias lograron los 253 y 278 puntos, cifras similares a las de Peñalolén que en la medición alcanzó 258 puntos en comprensión lectoras y 276 en matemáticas.
Datos que concuerdan con la misma PSU. Durante los últimos años las 26 comunas afectadas por el boicot han promediado 482,6 puntos. Si bien hay municipios que superan la barrera de los 500 puntos como Viña del Mar (520,7), Macul (508), Concepción (503,4), Santiago (514,9) y Ñuñoa (524), municipio en el que estudia Chanfreau; la realidad es que el 70% no supera el promedio nacional de 491 puntos. De hecho, algunas de ellas registran ponderaciones que, incluso, no alcanzan los 470. Es el caso de Alto Hospicio (460,3), Vallenar (463,7), La Pintana (451,8), Conchalí (465,7), Quellón (461,8) y Natales (456,9).
Datos que contrastan con el buen rendimiento de los colegios a los que asisten los voceros de la ACES, cuyos establecimientos en la PSU de 2018 promediaron los 576 puntos. Mientras el Liceo Experimental Manuel de Salas alcanzó los 575,6. en el caso del Colegio de Notre Dame logró 571,4 puntos. (El Líbero)