Es fundamental contextualizar el análisis. En primer lugar, el aumento en la tasa de desempleo en Chile no es un fenómeno reciente, sino que viene desarrollándose desde hace al menos dos décadas y responde a múltiples factores. Entre ellos se encuentran el menor crecimiento económico; los cambios tecnológicos que han reducido la demanda de ciertos oficios y perfiles laborales; la mayor participación de las grandes empresas en el producto que son más intensivas en capital, y las oscilaciones propias de sectores sensibles como el comercio o la construcción, especialmente afectados en los últimos años por la normalización del consumo tras los retiros de AFP, las altas tasas de interés y la menor demanda inmobiliaria.
En segundo lugar, si no se consideran estas variables y se usa como referencia solo lo ocurrido desde abril de 2023, aumenta el riesgo de atribuir el desempleo principalmente a decisiones legislativas, sin considerar un entramado mucho más complejo de causas que también es indispensable analizar. Por otra parte, tomar solo un período breve de tiempo impide examinar cómo otros factores han incidido en el mercado laboral actual, en circunstancias que la experiencia comparada revela que los fenómenos de desempleo responden a raíces profundas y diversas.
El empleo es nuestra principal prioridad como equipo económico. El escenario es desafiante; sin embargo, hay avances que no pueden ser ignorados.
Hoy los empleos que se crean son formales y mejor remunerados. Desde que asumió el Gobierno, la informalidad laboral ha caído del 27% al 25%, el nivel histórico más bajo, sin considerar la pandemia. Se han realizado transformaciones que Chile esperaba hace décadas: el aumento del salario mínimo y la implementación gradual de las 40 horas, reformas que se llevaron a cabo con diálogo, gradualidad y responsabilidad fiscal, compatibilizando los derechos laborales con la sostenibilidad de las empresas.
Son medidas que buscan reducir desigualdades históricas y dar mayor dignidad al trabajo en el país.
Sabemos que, para sostener más empleos de calidad, la productividad debe crecer de manera sostenida. El panorama futuro aporta mejores expectativas. El último IPoM del mismo Banco Central así lo confirmó al proyectar un escenario más optimista para la economía elevando el rango de crecimiento esperado para este año a 2,25%-2,75%, mientras que la inversión estimada subió de 3,7% a 5,5%, todo ello sin presiones inflacionarias. Además, en los próximos meses se iniciará la implementación de la Ley de Permisos Sectoriales, que reducirá los tiempos de tramitación de los proyectos de inversión entre un 30% y un 70%, contribuyendo así a aumentar el crecimiento tendencial del país. Ese entorno, sin duda, resultará en un aumento de la productividad.
Como gobierno, sabemos que el desempleo es un problema complejo, con causas diversas, que requiere políticas sólidas y acuerdos amplios. Nuestro horizonte es seguir impulsando la creación de empleos formales y de calidad, abordando todos los factores que inciden en el mercado laboral. Hemos creado el Foro de Empleo y Productividad para incorporar todos los análisis, porque todo suma para elaborar políticas públicas que den respuestas efectivas y mejoren, en concreto, la vida de las familias chilenas.
Álvaro García Hurtado
Ministro de Economía, Fomento y Turismo



