Virtudes para salir del marasmo-Jorge Correa Sutil

Virtudes para salir del marasmo-Jorge Correa Sutil

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Lo que estaba oculto sale a la luz , paralizando la actividad política de moros y cristianos. Sale a gotas. La mayoría de los afectados esperan el chaparrón en silencio, con la expectativa de que las goteras más gruesas se inclinen en alguna dirección que haga menos notorias sus propias manchas. Es una estrategia que ha servido a más de alguno en el pasado.

Este caldero, sin embargo, parece más grande y más bullente que los que hemos conocido. Genera un efecto en cadena, en que una investigación va destapando la siguiente, en que un investigado busca aminorar sus riesgos colaborando con confesiones que involucran a otros y en que algunos de los que caen deciden hacerlo en abundante compañía.

Es posible que la estrategia de soportar el chaparrón en silencio y lo más guarecido que se pueda, a la espera de que cambien los vientos y otros resulten ser más vistosos que uno, no sea, en esta ocasión, la más eficiente. Es posible que debamos salir de otro modo y recurriendo a algunas virtudes ciudadanas.

Algunos piden el liderazgo de la Presidenta para promover un gran acuerdo. Es probable que haya que esperar, pues los golpes demoran en absorberse y es improbable también que ese liderazgo pueda ejercerse sin que haya antes un cambio de gabinete. La creación de una comisión como única fórmula para enfrentar un asunto de esta magnitud parece un signo inequívoco de parálisis temporal. Pero, sobre todo, ningún acuerdo, y ningún cambio legislativo o siquiera constitucional variará el clima político si antes no hay ritos explicativos claros de lo que se ha hecho mal, si antes no se explicita aquello por lo que se va a pedir excusas y no se muestra abiertamente lo que necesita ser corregido. La fórmula para salir del marasmo pasa por un relato de lo ocurrido.

Por eso, pienso, es hora de invocar ciertas virtudes. Primero, la de la humildad y la del coraje, para atreverse a relatar antes que los datos acusen. Habrá que buscar fórmulas para hablar por muchos de quienes han sido candidatos, confesar que, por regla general, ninguno ha podido competir con éxito con sólo el financiamiento que legalmente se rinde ante el Servel; que los recursos adicionales hubo que pedírselos a los ricos, que muchos de los que lo dieron no se sacaron la plata de sus bolsillos, sino que de las empresas que dirigen y entonces, para registrar el gasto, y de paso computarlo tributariamente, pidieron a cambio boletas (ideológicamente falsas) y que varios de los candidatos o los que se hacen cargo de sus campañas no pudieron hacerle asco a esta condición renunciando al aporte. Cierto que no es lo único, pero esta es la situación más expandida. Por ahora sólo han salido a la luz los casos en los cuales Penta y parcialmente Soquimich han aportado, pero nada detendrá que mañana salga la tercera y la cuarta empresa.

El sistema favorece que así ocurra y nadie podría ni debiera ejercer liderazgo alguno para evitarlo. Más vale, con humildad y coraje, buscar fórmulas para que este relato salga entero y detallado. ¿Muchos perderán sus escaños en la próxima elección? Por cierto, ¿pero no ocurrirá igual a cuentagotas y provocando más rabia?

Habrá luego que invocar la templanza para que amaine la rabia en la opinión pública. Aparecerán muchos santones a lanzar piedras. Ojala la mayoría se pregunte si habría actuado igual o distinto si hubiera sido candidato o empresario donante. Hay mucho de cinismo y de autocomplacencia moral en la ira que algunos expresan. Los casos de enriquecimiento personal deberán ser distinguidos y cada conducta, juzgada en su contexto y precisa gravedad.

Por último, creo que habrá que invocar la virtud de la persistencia. De aquí a unos meses estaremos concentrados en otra cosa. El esfuerzo para cambiar las condiciones de la relación entre el dinero y la política debe durar más que eso. No debiéramos olvidar este estado de vergüenza y de parálisis en que estamos, pues ese recuerdo nos ayudará a persistir en los necesarios cambios. (El Mercurio)

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