Virtudes constituyentes

Virtudes constituyentes

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Para quienes participamos en la ceremonia de instalación de la Convención Constitucional como simples espectadores, el domingo fue una montaña rusa de emociones. Cada persona habrá tenido las suyas. Por mi parte, experimenté con intensidad en pocas horas al menos expectación, incertidumbre, frustración, emoción y alivio. Una vez terminada la jornada, la siguiente reflexión: el éxito se debió gracias a que ciertas personas, con nombre y apellido, desplegaron algunas virtudes que, por el bien de Chile, esperamos que se manifiesten en abundancia durante todo el proceso que recién comienza.

En ese sentido, si bien el buen funcionamiento de la Convención requerirá de reglas claras e inteligentes que faciliten que su objetivo pueda cumplirse, los hechos del domingo nos recuerdan que los procesos institucionales también requieren de personas que estén a la altura para ser exitosos. La calidad del reglamento de funcionamiento que se dé la Convención podrá ser muy relevante, pero no puede olvidarse que en último término descansa en personas concretas. Así bien, con las mismas normas que Carmen Gloria Valladares tuvo que aplicar, quizás una persona distinta a ella hubiera sido incapaz de administrar la crisis que durante algunas horas se vivió en la jornada inaugural de la Convención. Al mismo tiempo, este hecho también nos recuerda que los procesos institucionales complejos requieren algo de buena suerte para llegar a buen puerto. Y el domingo tuvimos una cuota de fortuna al contar con la funcionaria pública idónea en un momento clave. Pero a la suerte no hay que tentarla, y espero que hacia adelante los aprendizajes de esta primera jornada nos permitan revalorar aquellas virtudes que son imprescindibles si queremos que este proceso cumpla su cometido.

La templanza, la contención, la sobriedad, la ecuanimidad y, especialmente, la conciencia de que existe un bien mayor a los intereses personales son algunas de las virtudes que fueron cruciales para sobrepasar las adversidades del domingo. Ellas son más bien una rareza en la actual esfera pública. Más aun, pareciera que ya hace algún tiempo vienen en retirada en el conjunto de la sociedad. Los conflictos, las rivalidades, las ambiciones y los diferentes intereses son connaturales a la política humana, y por lo mismo este proceso no estará exento de ellos. Con todo, y como le escuché decir a un convencional acertadamente, ninguno de ellos es más importante que la tarea que enfrentan. Esta es una buena oportunidad para rememorar la importancia de ese puñado de virtudes que serán necesarias para acordar una nueva Constitución y practicarlas. (La Tercera)

Pía Mundaca

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