No alcanzamos los 20 millones de habitantes, pero somos un país bastante largo, tanto así que si nos ubican en distintas partes del mapa cruzamos varios Estados. Sin embargo, ni el tamaño ni la cantidad representan la unidad que sostiene a Chile y que se celebra este fin de semana.
Las Fiestas Patrias son el momento de la cueca, las ramadas y las tradiciones, pero son también el momento en que celebramos las Glorias del Ejército en una fiesta preparada con altísima precisión, nada queda al azar, todo está ahí por algún motivo y esa razón no es más que recordar la importancia de las Fuerzas Armadas y de lo que significan para el país.
La Parada Militar podrá ser el momento en que Chile muestra su poder de disuasión, pero es también un momento de unidad. El Himno Nacional y los de las respectivas unidades militares son el recordatorio de la fuerza que construyó a esta larga y angosta faja de tierra.
La cohesión de cada batallón, la participación de las demás ramas militares y policiales y la gran cantidad de chilenos que se reúnen en la elipse del Parque O’Higgins para participar de la fiesta representan esa unidad y nos recuerdan que nuestro país se construyó a pulso, que los logros se deben sólo al esfuerzo y valentía de sus ciudadanos.
Como la última o la primera, dependiendo de en qué momento del período presidencial estemos, es como describimos a la Parada Militar. Sin embargo, no es ni la última ni la primera, es simplemente la Parada Militar del Ejército de Chile. Y es así como debemos mirar a nuestro país. Dejar de pensar que los tiempos los marcan los períodos presidenciales. Esos son los tiempos políticos, no los tiempos de Chile. Si en 1810 se estableció la Primera Junta de Gobierno y en 1818 se proclamó la independencia, cuatro años no son nada en los más de 200 de país independiente.
Estas Fiestas Patrias nos vienen a recordar eso, que cuatro años no son nada y que si realmente el objetivo es sacar a Chile adelante hay que ser como esos militares para quienes su Parada no es ni la primera ni la última, sino que una más en su larga historia.
Los tiempos políticos son cortos y muchas veces resulta casi imposible separarlos de esos más de dos siglos. Pero es ese esfuerzo el que necesitamos, sólo así seremos capaces de considerar toda nuestra historia al momento de diseñar un proyecto país. Y solo así seremos capaces de comprender las distintas visiones de los chilenos, quienes no quieren más respuestas teñidas de ideología, quieren solo respuestas sensatas. Quieren que se hagan cargo de responder a sus dolores desde la plena compresión de Chile, de su historia y de sus ciudadanos.
Construir un proyecto país necesita mirar esos más de 200 años, implica, necesariamente, fortalecer lo recorrido y levantar desde la esencia e identidad el futuro. Sin eso ninguna propuesta perdurará, sin eso el próximo gobierno serán los cuatro años y no uno más en la historia de Chile. Seamos como esos militares, donde su Parada es una más de su historia y que el próximo gobierno sea uno más en nuestra historia. Construyamos país y no gobierno. Enfocarse en lo primero, necesariamente, hará al segundo brillar. (El Líbero)
Pilar Lizana
