Tras el triunfo del «Apruebo», Longueira avanza en «la toma de la...

Tras el triunfo del «Apruebo», Longueira avanza en «la toma de la UDI»

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Si la UDI posterga las elecciones, me alegraría mucho, porque me volvería a desafiliar y me radicaría definitivamente en la Patagonia. Los espero en la Villa Campo de Hielo Sur. Un abrazo. Pablo Longueira.

Fue una medida de presión esto que divulgó ayer en distintos grupos de mensajería porque la fecha de la interna ha vuelto a ser un problema en el corazón del partido al que volvió a militar este año. La otra fue anunciar -también ayer- en Radio Duna que va en serio con eso de competir a la presidencia del colectivo y que ya está armando su lista. Y eso también se lo toman en serio en la UDI porque está provocando reacomodos y otras consecuencias. Cuatro días después del plebiscito, con el impacto de la paliza sufrida por el Rechazo, y a menos de dos semanas que se cierre la inscripción de candidaturas para la interna, la situación es la siguiente.

Por lo que dijo ayer, “llevo al la vicepresidencia a dos mujeres: va a ir la (ex alcaldesa de Recoleta) Sol Letelier, va a ir la (core de la RM) Paula Gárate. Estoy conformando mi directiva, estoy trabajando en eso”. Eso es leído por algunos como un mensaje con gusto a pasada de cuentas a un modus operandi gremialista que el exsenador no comparte: que hoy no se está dando “la pelea en sectores populares”. Letelier estaría dirigido a su ex aliado Gonzalo Cornejo, asesor cercano de la presidenta Jacqueline van Rysselberghe y también de la precandidata presidencial Evelyn Matthei: en la derecha no olvidan que si Jadue está hoy donde está, fue por culpa de la agria pugna entre Cornejo y Letelier el 2012 por la alcaldía de Recoleta, que se la regaló al comunista. La gente de Longueira centra la responsabilidad en él y no en ella.

A Gárate la habría elegido entre otras razones porque es de la misma zona por la que el ex líder gremialista quiere ir como candidato a convencional, el distrito 14 (San Bernardo, Buin, Paine, Calera de Tango, Talagante, Peñaflor, El Monte, Isla de Maipo, Melipilla, María Pinto, Curacaví, Alhué, San Pedro, Padre Hurtado). Por esa misma zona era diputado el hoy ministro vocero Jaime Bellolio.

Pero también es diputado por el 14 Juan Antonio Coloma Álamos, así que algunos acá también leen un recado con sabor a advertencia a la generación más joven de la UDI y al bando de la diputada María José Hoffmann, retadora y adversaria de la facción de JVR.

Longueira no ha dicho y su gente no suelta el dato de a quién fichó como secretario general de su lista. Sólo afirman que es un hombre.

Pese a ambas implicancias, los íntimos del coronel aseguran que no tiene nada en contra de JVR ni de Hoffmann, sino que quiere revivir el ambiente de “UDI Popular” de sus años de gloria. Y aseguran que aunque estuvo silencioso y algo desaparecido de las redes, grupos de mensajería y de su canal de Youtube las últimas semanas antes del 25/O, que haya ganado por tamaño margen el Apruebo, habría motivado a dirigentes de base supuestamente animados porque leen que al final tenía razón en su tesis de enfriar el plebiscito y mirar de inmediato a abril.

Ante esto, Van Rysselberghe -que ha puesto sus esperanzas de mantener algo del control del partido a través de Longueira- está considerando otras decisiones. De partida, en el partido sostienen que ella está cada vez más inclinada a no sumarse a su lista por varias razones. Una, es que piensa que al ir podría convertir la interna en una suerte de referéndum a su cometido y ella fue una de las principales portaestandartes del Rechazo.

Dos, seguir en la mesa aunque sea en otro cargo le distraería fuerzas pensando en que el próximo año quiere ser reelecta para otro período en el Senado. Su circunscripción, la VIII Región, es más complicada que la vez pasada, y en su baraja de opciones también está cambiarse a la Región de Ñuble, donde el ex Segpres Claudio Alvarado fue designado para reemplazar a Víctor Pérez cuando asumió en Interior.

Otra consecuencia que dan casi por hecha en el partido es que con esto, no flotaría más la candidatura del secretario general Felipe Salaberry porque no caben dos listas así. JVR no va a intervenir en eso, sino que debería ser algo que zanjaran entre el ex subsecretario y Longueira.

Pero además está el asunto de la fecha de la elección, motivo de la amenaza de Longueira de irse a la Patagonia. Anteayer lunes, en sesión de directiva, JVR planteó que al menos se discuta la opción de aplazarla hasta después de las municipales (11 de abril 2021), lo que obliga a negociar con la disidencia (Hoffmann es vicepresidenta).

En ese punto la discusión tiene muchas aristas, pero al menos en la facción de JVR argumentan que el partido se compraría un problemón al enzarzarse en una interna (las listas tienen que inscribirse el 11 de noviembre, en menos de dos semanas) por una nómina de motivos. Uno, que entremedio tienen que fichar a (cifras aproximadas) a unos 2.400 candidatos a concejales, al menos 150 a alcaldes, un número no determinado de aspirantes a gobernadores (hay primarias) y para qué decir el desafío del casting de convencionales, que es harina de otro saco porque involucra al resto de Chile Vamos y el asunto de unir o no fuerzas con José Antonio Kast.

A todos esos postulantes hay que inscribirlos ante el Servel sí o sí el 11 de enero.

El diagnóstico es que trasladar la pugna por el control de la UDI a las plantillas sería muy nocivo. “Es un riesgo innecesario”, sostienen. Otra razón es que también sería peligroso que pase lo mismo con la pugna entre Matthei y Lavín. Claro que como la disidencia leerá en esto un intento por prolongar el mandato de la mesa, JVR y los suyos prefieren que un eventual cambio de fecha sea colectiva para que las responsabilidades sean colectivas y no le pasen la cuenta después. (La Tercera)

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