Te Deum: «Familia de un hombre y una mujer es un valor...

Te Deum: «Familia de un hombre y una mujer es un valor no negociable»

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Alrededor de las 11.00 horas de este sábado 18 de septiembre se dio inicio a la tradicional ceremonia religiosa del Te Deum Ecuménico, que estuvo marcada por ser la última del segundo gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

Con uso de mascarillas, distanciamiento físico y un aforo de 500 personas dentro de la Catedral Metropolitana -entre los que se encontraban autoridades del gobierno, del Congreso y del Poder Judicial- se llevó a cabo la homilía dirigida por el arzobispo de Santiago, el cardenal Celestino Aós, donde se tocaron, entre otros temas, la pandemia de Covid-19 y el trabajo de la Convención Constitucional.

Pero también se abogó por la subsidiariedad del Estado, el matrimonio entre “hombre y mujer”, la “defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural” y la libertad de enseñanza “de los padres”.

El Presidente Sebastián Piñera, junto a la presidenta del Senado, Ximena Rincón; el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Francisco Undurraga; y el presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva. (Foto: Agencia Uno)
PANDEMIA

La ceremonia comenzó recordando a los fallecidos en el marco de la pandemia que -de acuerdo a la última actualización del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS)- se acercan a los 49 mil, con más de 37 mil decesos confirmados por Covid-19 y 10 mil sospechosos por la enfermedad.

Aós afirmó que “estamos saliendo del pozo de la pandemia y, asustados, buscamos afanosamente el progreso, el desarrollo. El objetivo básico del desarrollo es crear un ambiente propiciatorio para que la gente disfrute de vidas largas, saludables y creativas; esto puede parecer una verdad evidente, pero usualmente es dejada de lado por la preocupación inmediata por la acumulación de la riqueza financiera. Nadie de los muertos se ha llevado nada y tenemos los ejemplos de verdaderos héroes que entregaron su tiempo, su salud y la vida por los demás”.

“Pienso especialmente en el personal sanitario y sacerdotes, diáconos y religiosos que sirvieron al enfermo, y en tantos familiares, vecinos o amigos que ayudaron o sirvieron las necesidades de otros compatriotas”, añadió.

CORRUPCIÓN Y POBREZA

El arzobispo también mencionó en la homilía que “tenemos recursos, muchos recursos. Escandalosos son los fraudes y malversaciones, escandalosa en la corrupción y la violencia, la desigualdad y la violencia, la desigualdad y la injusticia”.

Para añadir: “Las causas del subdesarrollo no son de tipo material, sino que con frecuencia se originan en que el hombre se desentiende de los deberes de la solidaridad”.

“Algunos grupos gozan de un tipo de desarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones de pobreza, precariedad y miseria. Rezamos con dolor y vergüenza por los compatriotas e inmigrantes que malviven en los campamentos, jardines y calles”, señaló también.

CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL

En la ceremonia, la autoridad religiosa también se refirió a la labor de la Convención Constitucional. “Damos gracias y pedimos su bendición sobre las mujeres y los varones que trabajan en la Convención Constitucional, preparando y escribiendo una nueva Constitución que nos oriente y gobierne”, expresó.

Foto: Agencia Uno
VALORES “NO NEGOCIABLES”

La agenda valórica también tuvo lugar en la homilía. “Damos gracias por todos aquellos que buscan respetar y proteger los valores no negociables: el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural; la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer”, manifestó Aós.

“La libertad de los padres para elegir el modelo y educación de sus hijos, la promoción del bien común en todas sus formas y la subsidiaridad del Estado que respeta la autonomía de las organizaciones y colabora con ellas”, agregó.

En ese sentido, aludió también al trabajo legislativo: “Hoy en la democracia no es tan evidente la cuestión sobre lo que ahora corresponde a la ley de la verdad, lo que es verdaderamente justo y puede transformarse en ley. El criterio no puede ser el éxito y beneficio material que con frecuencia beneficia a unos pocos; el criterio de la opinión de la mayoría vale en parte de las materias, en lo fundamental, donde está en juego la dignidad del hombre y la humanidad, no basta el principio de la mayoría”. (La Tercera)

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