A cinco días de la cumbre Prosur, la Cancillería se encuentra inmersa en el esfuerzo de poder confirmar la asistencia del mayor número de presidentes o altos representantes de países de Sudamérica, al palacio de La Moneda, donde se espera dar inicio a la constitución del bloque en reemplazo de la polarizada Unasur.
El impulso de Prosur supone la creación de una instancia reducida en burocracia, con un mandato acotado y sin ideologías. A eso están invitados los gobernantes de la región. A esa difícil tarea está dedicada, junto a otras autoridades, la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Valdivia.
Sobre la asistencia a la cumbre, para la integrante de la American Society of International Law lo relevante es haber extendido la invitación a ser parte del evento. El éxito está ahí, afirma Valdivia, evitando especular con la cantidad de altos representantes sudamericanos que visitarán Chile el próximo viernes.
-¿Qué perspectivas tiene para el encuentro del 22 de marzo?
-Las expectativas que tenemos para el próximo encuentro de integración sudamericana del 22 de marzo, bueno, es una iniciativa que surge del Presidente Piñera, en vista de que Unasur está prácticamente paralizada. En vista de que hace un año seis países suspendieron su participación, estamos buscando un proceso de diálogo para llegar a alinear un foro o algún mecanismo de coordinación de materias sectoriales entre los países de la subregión.
Con el hecho de que exista una cumbre de líderes en la región, en Chile, después de cinco años que fue cuando se hizo la última cumbre Unasur, ya es una iniciativa muy positiva.
-¿Qué impulso hay detrás de esta propuesta?
-Recordar, por un lado, que la integración sudamericana no ha sido un tema fácil. Y aquí lo que estamos buscando es a ver, establezcamos un mecanismo de coordinarnos, un mecanismo de poder dialogar, de poder conversar, pero ¿sobre qué?, sobre temas que sean sectoriales y que sean específicos, reconociendo las cosas positivas o los aciertos que han tenido otros mecanismos de integración regional, y también dándonos cuenta de aquellas cosas por las que no se ha podido seguir avanzando.
Lo que no queremos es crear un nuevo organismo internacional. Ahora será un proceso para iniciar, para escucharnos, y para ver luego de esta cumbre cómo seguimos avanzando, pero con un objetivo específico y concreto como ha sido el caso exitoso de la Alianza del Pacífico, que tiene un mandato acotado. Que no tiene excesiva burocracia, que no tiene excesivas rigideces. Que no tiene una estructura física que impida muchas veces que decisiones o ciertas buenas prácticas de los distintos gobiernos de la región puedan llevarse de la manera más eficiente y lo más posible hacia adelante.
-¿Cómo es eso de no crear una nueva organización con Prosur?
-Me refiero a no crear una nueva organización internacional; es decir, lo que queremos acá es un mecanismo de coordinación donde sean los líderes de cada Estado a nivel de ministros de Relaciones Exteriores o a nivel de ministros sectoriales los que se reúnan cada cierto tiempo para que se tomen ciertas decisiones sobre cuestiones que atañen a sus propias carteras. Esa es la diferencia; por ejemplo, Unasur tiene una sede enorme en Quito con un montón de personal. Queremos un poco sacar esa excesiva burocratización para que haya mecanismos más ágiles para poder conversar. Eso es lo que estamos buscando. Por ejemplo, que la secretaría técnica sea ya uno de los organismos que existen como en el BID u otros organismos existentes para no duplicar esfuerzos.
-Dependiendo de quienes participen, ¿le preocupa que se tilde al bloque de estar representado solo por líderes de centroderecha?
-Esa ha sido una de las críticas que se han hecho desde que salió al público esta propuesta, pero lo importante es establecer que se ha invitado a todos los países de la región que cumplan con las condiciones de ser un Estado de Derecho, de respeto a la democracia y a los derechos humanos.
Las reuniones que hemos sostenido en Santiago y en las gestiones que ha realizado el canciller Ampuero, lo que hemos tenido presente es ser convocantes. El que todos estén invitados a esta reunión. Hemos escuchado las propuestas que se han traído a las reuniones que hemos celebrado en Santiago a nivel de coordinadores y así entonces empezar a preparar la cumbre del 22 de marzo. Están todos invitados en la medida en que cumplan con esos tres requisitos.
-¿Cuál es el parámetro para medir la convocatoria?
-No me gustaría ponerlo en términos numéricos. Si viene más o menos de la mitad de los invitados. No creo que ese sea el significado. Yo me quedaría con que hay una invitación y esperemos que estén todos presentes. No creo que lo numérico sea aquí lo relevante. Ya es exitoso el haber lanzado una convocatoria de esta naturaleza.
-¿Cómo van a conjugar el funcionamiento del bloque sin burocracia con lo político y lo técnico?
-El foco que tiene esta instancia, por ejemplo, hagamos un símil con la Alianza del Pacífico, la que tiene un mandato bastante claro. Acá se irá en esa senda, buscando mandatos que sean específicos y sectoriales donde podamos avanzar en soluciones de carácter concreto. Las prioridades, por ejemplo, son en materia de cooperación ante desastres naturales. En infraestructura, en medio ambiente, en salud o en seguridad…
-¿Para esos objetivos, entonces por qué no seguir haciéndolo mediante la OEA, por ejemplo, que ya los cubre?
-Sin desconocer para nada su existencia, aquí estamos hablando también que (Prosur) sea de carácter subregional. Que sea de Sudamérica. Cuando hablamos de OEA hablamos de todo el continente entonces es diferente. Lo que nos atañe a nivel de Sudamérica es distinto a lo que atañe a Centroamérica o al Caribe o inclusive más al norte.
-¿No es un bloque anti-Venezuela, como lo han referido analistas?
-No. Para nada. Aquí no está Venezuela porque hoy en día hay un no reconocimiento al régimen de Nicolás Maduro y, además, hemos establecido que quienes quieren estar presentes tienen que cumplir con tres condiciones, que son el respeto al Estado de Derecho, el respeto a la democracia y a los DD.HH. Además, el tema de Venezuela en la subregión lo lleva el Grupo de Lima y además de todas las gestiones del canciller Ampuero para tener una convergencia con la Unión Europea, con México y con Uruguay, pero no es bloque para nada sobre Venezuela. Al contrario, aquí estamos hablando de aspectos concretos y específicos en áreas sectoriales. No es un tema de iniciativas políticas o para un país determinado.
-¿Qué le parecen los cuestionamientos de parte de excancilleres de oposición a la conducción de la política exterior?
-Bienvenidas las críticas constructivas. Yo me quedaría con eso. También hubo críticas cuando se decidió suspender la participación en Unasur, porque se señalaba que nos íbamos a quedar sin una instancia de integración subregional; bueno, ahora tenemos precisamente una propuesta que va en ese sentido. También hubo críticas en su momento a la Alianza del Pacífico, la que ha demostrado ser una instancia muy positiva, por eso veamos cómo va avanzando Prosur antes de criticarla (ver nota secundaria).
-¿Sería extraño si solo responden a la invitación representantes de países con liderazgos de centroderecha?
-No. Creo que haber hecho esta propuesta y el hecho de que haya una cumbre presidencial después de cinco años (de Unasur) demuestran que no hay un fracaso. Veamos lo que pase el viernes, pero el hecho de lanzar esta iniciativa es una apuesta convocante y abierta.
ESTADO DE ALERTA
-¿Hay riesgo para la buena realización de la cumbre ante el estado de alerta anunciado por las asociaciones de funcionarios de la Cancillería por la modernización del ministerio?
-No. Estamos trabajando muy dedicada y detalladamente en sacar adelante los decretos (que dan contenido a la Ley de Modernización de la Cancillería, cuyo plazo expira el 20 de marzo), proceso que viene desde hace un tiempo y donde hay un equipo fuerte de la Cancillería y en donde hemos estado trabajando con los gremios.
-¿Debería estar zanjada la diferencia que expresan los gremios previo a la cumbre?
-Estamos trabajando en la preparación de los documentos. Trabajo que viene desde hace tiempo atrás y que están dentro de todos los parámetros legales que establece la Ley 21.080. (El Mercurio)


