Solo Matthei puede amenazar las posibilidades de Kast

Solo Matthei puede amenazar las posibilidades de Kast

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La evaluación del desempeño de los candidatos presidenciales en el primer debate en TV fue claramente favorable a Evelyn Matthei. Al respecto, fue coincidente el juicio de los analistas y el resultado de los sondeos del día siguiente. Al mismo tiempo, no hubo discrepancias acerca de cuán deficiente fue la presentación de la candidata del PC.

Con los datos actuales, José Antonio Kast tiene la primera opción de ganar la Presidencia. Pero, su camino no está despejado. Hasta ahora le favoreció la percepción de que su rival era Jara, a lo cual contribuyó el impacto mediático conseguido por ella luego de ganar la primaria oficialista y asegurar el apoyo de quienes aprueban a Boric. Parecía, pues, una aspirante real a la Presidencia, pero era una ilusión. Las encuestas muestran que ella pierde ampliamente frente a Kast o Matthei en segunda vuelta.

A Kast le sirvió electoralmente la irrupción de la “amenaza comunista”. En los hechos, la candidatura de Jara revivió los temores de que Chile se deslice hacia una crisis mayor en el caso de que el PC se instale en la conducción del Estado. Tal sensación de riesgo se ha debilitado ostensiblemente. Los dirigentes comunistas, frenteamplistas, socialistas y pepedeístas saben que su candidata no tiene ninguna posibilidad de convertirse en presidenta de la República. Hasta el senador Huenchumilla lo sabe.

Para Kast, Jara era la competidora ideal. Una segunda vuelta con ella, le facilitaba el recurso de aparecer como quien representaba la firme garantía de que los comunistas no pasarán. Pero, si en lugar de ella, entrara Matthei en la recta final, se podría producir un realineamiento de fuerzas que complicaría seriamente la opción del candidato republicano.

A 9 semanas de la primera vuelta, hay base para creer que Kast tiene asegurado el pase a la segunda, programada para el 14 de diciembre. Restaría, entonces, definir quién será el otro postulante que pasará a la votación definitoria, pero no como saludo a la bandera, sino con posibilidad real de disputar la Presidencia. Esto implica considerar la gravitación que tendrá el voto útil. ¿Puede Parisi complicarle las cosas a Kast? No da la impresión. ¿Puede hacerlo Kaiser? Difícilmente.

¿Y qué pasa con Harold Mayne-Nicholls, que resultó bien evaluado en el primer debate? Él se presenta como un hombre de centro, y podría atraer a ciertos sectores centristas, sobre todo cercanos al mundo DC, que hoy miran hacia Matthei. El exdirigente deportivo podría crecer como candidato testimonial, pero sin esperanza de ir más lejos. Lo que sí podría ocurrir es que, sin proponérselo, favorezca el paso de Jara a segunda vuelta.

Todo está en movimiento. La campaña oficial partirá recién ahora, y veremos por lo tanto el despliegue de las ideas-fuerza de cada candidatura, una mayor presencia de los equipos, la creatividad de los lemas de impacto, etc. Será el momento en que mucha gente se informará recién de lo que representa aproximadamente cada postulante.

El asunto clave será quién logrará inspirar mayor confianza frente a los complejos tiempos que vienen, lo cual está ligado a las capacidades personales para ejercer el poder con determinación, pero también con mesura. Se trata de reforzar la estabilidad y la gobernabilidad, que estuvieron gravemente amenazadas en los años recientes. De ello depende que el país atienda eficazmente los problemas económicos y sociales, y vuelva a progresar a buen ritmo.

Todos sabemos que la mayor preocupación nacional es la inseguridad pública, expresada cotidianamente en asaltos, portonazos, baleos a la luz del día, la acción de mafias dedicadas a la extorsión de comerciantes, etc. Esto requiere que el Estado cumpla sin vacilaciones su obligación de proteger a la población, y que las instituciones policiales actúen con mayor eficacia, pero cuidando que ello no debilite las libertades. Necesitamos orden, por supuesto, pero orden democrático.

Chile debe evitar a toda costa los bandazos. Después de un extravío de izquierda no puede venir un extravío de derecha. Se trata de evitar que los remedios terminen siendo peores que la enfermedad. Para ello, es clave el fortalecimiento de las normas y procedimientos que ordenan el funcionamiento de los poderes del Estado. Hay que recuperar la legalidad y el civismo como bases de nuestra convivencia. Y fomentar el diálogo y los grandes acuerdos.

Es indispensable tener a la vista las duras enseñanzas que están derivando de la experiencia de Javier Milei en Argentina. Invocando la libertad, el populismo de derecha ha causado estragos económicos, sociales e institucionales que amenazan con llevar al país vecino a una nueva crisis. No necesitamos en Chile nada parecido. (Ex Ante)

Sergio Muñoz Riveros