Solo 13% de las naciones tiene voto obligatorio: 40% está en América...

Solo 13% de las naciones tiene voto obligatorio: 40% está en América Latina

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A nueve años de haberlo abolido, Chile está más cerca de volver a contar con el voto obligatorio dentro de su legislación, luego de que esta semana la Cámara de Diputados despachara al Senado la reforma constitucional que busca reponer esa figura.

Sin embargo, a diferencia de cómo fue la normativa en el país hasta el año 2012, la iniciativa que se aprobó en la Cámara no establece multas o sanciones por no ejercer el derecho a sufragio.

En paralelo, se tramita en la comisión de Gobierno de la Cámara un proyecto que establece sanciones por no votar, aunque es posible que se le incorporen indicaciones que apunten a incentivar acudir a sufragar más que castigar por no hacerlo.

¿Qué ocurre en los otros países que tienen voto obligatorio? Según los datos del Institute for Democracy and Electoral Assistance, IDEA Internacional –organización que asesora a gobiernos en la definición de su institucionalidad electoral–, actualmente solo 27 son los países del mundo que contemplan el voto obligatorio dentro de su legislación, lo que equivale al 13% de las naciones.

Esta disposición está más presente en América Latina, ya que el 40% de los países que hoy cuentan con voto obligatorio (11 países) se encuentran en esta región. Le sigue Europa, con el 29% (8 países), y el 30% restante se divide entre naciones de África (3), Oceanía (3) y Asia (2).

DESDE INHABILIDAD PARA SER CANDIDATO HASTA CÁRCEL

De aquellos países que cuentan con voto obligatorio, el 70% (19 naciones) contempla algún tipo de sanción para quienes no concurran a sufragar. Los tipos de sanciones van desde multas, la privación de algún derecho, y hasta la pena de cárcel.

El país que establece la sanción más severa en su legislación es Grecia, el único del mundo donde se contempla la pena de cárcel para quienes no acudan a votar.

En tanto, hay 18 naciones –Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Bélgica, Francia, Suiza, Liechtenstein, Luxemburgo, Turquía, Egipto, Singapur, Australia, Samoa y Nauru– que consideran multas para quienes no voten.

El monto es variable: Por ejemplo, en Australia varía entre 20 y 50 dólares australianos ($11.215 a $28.038 pesos chilenos), y en Argentina entre 50 y 500 pesos argentinos (entre $391 y $3.919 pesos chilenos.

Pese a lo bajo que puede parecer el monto en este último caso, quienes no lo paguen se verán imposibilitados de realizar trámites ante organismos públicos por un año.

Siete de esos países –Argentina, Bélgica, Bolivia, Brasil, Perú, Uruguay, Singapur– contemplan además la privación de algún derecho para quienes no cumplan con dicha obligación.

Por ejemplo, en Bélgica, si la persona no vota en cuatro elecciones en 15 años es privado de sus derechos. En ese país también puede resultar difícil conseguir un trabajo en el sector público si la persona es no votante.

En Singapur, quien no sufrague es eliminado del registro de votantes hasta que vuelva a solicitarlo y entregue una justificación. Esa persona también está descalificada para ser candidato en cualquier elección presidencial o parlamentaria posterior.

En tanto, en Perú se debe portar una tarjeta de voto sellada durante varios meses después de la elección como prueba de haber votado. Ese sello es necesario para obtener algunos servicios y bienes de algunas oficinas públicas.

En Bolivia a quienes sufraguen se les entrega una credencial para que acrediten su participación. Quienes no puedan mostrar el comprobante de voto durante los tres meses posteriores a la elección no podrán recibir su salario de un banco.

LOS OCHO PAÌSES QUE TIENEN UNA LEY «SIMBÓLICA»

En cambio, hay 8 países –Bulgaria, Costa Rica, México, Honduras, Panamá, Tailandia, Gabón y República Democrática– que cuentan con una ley de voto obligatorio, pero que no contemplan ninguna sanción para quienes no cumplan con esa disposición.

Con todo, IDEA Internacional señala que el voto obligatorio se debe analizar más bien como «un espectro, que va desde una ley simbólica hasta un gobierno que hace un seguimiento sistemático de cada ciudadano e implementa sanciones en su contra».

Dentro de ese espectro, hay «algunos países tienen formalmente leyes de voto obligatorio, pero no las hacen ni tienen la intención de hacerlas cumplir«. Según la entidad, eso se puede deber a que «algunas leyes se crean simplemente para establecer la posición del gobierno con respecto a cuál debería ser la responsabilidad del ciudadano».

De todas formas, apunta que «aunque un gobierno puede no hacer cumplir las leyes de votación obligatoria», igualmente dicha ley puede tener algún efecto sobre los ciudadanos: «Por ejemplo, en Austria, la votación es obligatoria solo en dos regiones y las sanciones se aplican de manera débil. Sin embargo, estas regiones tienden a tener un promedio de participación más alto que el promedio nacional».

Otra posible razón que se menciona para no hacer cumplir dicha ley es «la complejidad y los recursos», ya que «es posible que los países con presupuestos limitados no coloquen la aplicación de las leyes de votación obligatoria como una alta prioridad, pero esperan que la presencia de la ley anime a los ciudadanos a participar». (Emol)

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