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Siempre el 16% obtiene más de 600 puntos en la PSU: DEMRE explica cómo funciona

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«Sólo un 16% saca más de 600 puntos en la PSU. Qué manera de robarle la autoestima a nuestra juventud», escribió ayer la activista feminista «Kena» Lorenzini en su cuenta de Twitter, al comentar los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU).

Varios tuiteros salieron a aclararle que eso siempre es así, entre ellos Luis Larraín, de Iguales, quien le señaló: «Pero Kena, siempre el 16% va a tener sobre 600. Así está diseñado el puntaje. Da lo mismo si la dan puros físicos de la NASA o puros desertores escolares». A lo que Lorenzini respondió «no entiendo… pero me parece una estupidez». Ella no fue la única en resaltar ese dato.

El periodista Felipe Bianchi también publicó en la misma red social: «Sólo el 16% de quienes dieron la PSU superaron los 600 puntos. El 52% logró menos de 499…». Otros usuarios también intentaron aclararle el punto, iniciándose una discusión. «Se piensa que ese gráfico es como teóricamente se distribuye la habilidad en un grupo poblacional suficientemente grande, que es el caso» de la PSU.

Ante estas interpretaciones, María Leonor Varas, directora del DEMRE –organismo técnico a cargo de aplicar la PSU– detalla cómo realmente funciona la prueba. Explica que lo que se hace es «normalizar» el test, esto es, que el puntaje bruto (el número de respuestas correctas) en cada prueba se traspasa a una escala con un puntaje estándar, que va entre 150 y 850 puntos. Esto se hace para que las distintas pruebas –así como el NEM y el ranking– se puedan luego ponderar correctamente.

«Todo se lleva a una escala común para que efectivamente uno controle la importancia que le quiere dar a los distintos factores en las distintas carreras», señala.

Así, a quienes no tienen ninguna respuesta correcta se les asigna 150 puntos y quienes aciertan al máximo de preguntas en cada prueba obtienen 850. Para esto último se consideran sólo las preguntas válidas, ya que hay ocasiones en que se elimina una pregunta, por no cumplir con los estándares técnicos. Eso ocurrió este año, por ejemplo, en la prueba de Lenguaje, donde los 850 puntos correspondieron a 74 respuestas correctas. El 50% siempre obtiene más de 500 puntos Junto a esto, la prueba tiene una «media» de 500 puntos, es decir, que el 50% de quienes la rindieron tienen un puntaje sobre 500 y la otra mitad bajo esa cifra. A partir de ahí, los puntajes se distribuyen con una «desviación estándar» de 110 puntos, lo que implica que entre los 500 y los 610 puntos debe haber un determinado porcentaje de personas, que es 34,13%; luego, entre 610 y 720 hay 13,59%; y entre 720 y 830 puntos debe situarse el 2,14% de la población.

Sobre 830 sólo hay un 0,13% de quienes rindieorn el test. Esta misma fórmula opera de la media hacia abajo, por lo que, gráficamente, se forma una curva, donde el grueso de las personas se concentra entre los 390 y los 610 puntos.

«Se indica claramente qué porcentaje de la población va a quedar en cada uno de esos tramos», explica Varas. Dice que eso se hace así, utilizando una «distribución normal», ya que «se supone que la distribución de habilidades en cualquier población va a ser que hay muchos que tienen habilidades medias y muy pocos que tienen habilidades muy altas y muy pocos que tienen habilidades muy bajas; y se piensa que ese gráfico es como teóricamente se distribuye la habilidad en un grupo poblacional suficientemente grande, que es el caso».

Eso implica que, efectivamente, todos los años cerca del 16% de los jóvenes obtiene más de 600 puntos (en rigor, el 15,86% obtiene más de 610 puntos) y eso no significa nada especial, ya que es la forma en que está diseñada la prueba. Varas señala que cada año ese porcentaje puede variar algunas décimas, pero eso tampoco «quiere decir nada». La directora del DEMRE explica que la PSU tiene «el exclusivo propósito de ordenar a los postulantes, hacer una lista que permita cortar en un momento, de manera que se pueda tomar la decisión de ‘este quedó dentro y el que tenía un punto menos quedó fuera'» de los cupos que ofrecen las universidades. Por eso, dice que «la PSU no tienen un significado respecto de qué tan buena está la educación, si no que su único propósito es ordenar a los que ese año dieron la PSU».

 

Emol/Agencias

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