Se deterioran las perspectivas de Chile y del mundo-Vittorio Corbo

Se deterioran las perspectivas de Chile y del mundo-Vittorio Corbo

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Los shocks recientes en los precios de los alimentos, granos y combustibles —causados por la invasión rusa a Ucrania— le dan un nuevo impulso a la inflación global y aumentan el riesgo de que las inflaciones se tornen más persistentes y difíciles de controlar sin generar una severa recesión. Esto ha llevado a los bancos centrales a responder más agresivamente con alzas de tasas para intentar evitar este escenario.

Por ejemplo, en Estados Unidos, la sorpresiva inflación de mayo y la mayor extensión de las alzas de precios, desde alimentos y combustibles hasta otros bienes y servicios, llevaron a la Fed a acelerar las alzas de tasas. La Fed había comunicado que esperaba introducir dos alzas de tasas de medio punto cada una en junio y julio y una de un cuarto de punto en septiembre. Después de la sorpresa, decidió subir la tasa tres cuartos de punto en su reunión de junio, dejándola entre 1,5 y 1,75%. Además, en sus nuevas proyecciones de tasas conocidas en esa ocasión, proyecta una tasa de 3,4% en diciembre versus el 1,9% que proyectaba en marzo.

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha comenzado a reducir los estímulos monetarios, dada la aceleración de la inflación en la zona euro. En el resto del mundo, en tanto, la mayoría de los países avanzados y emergentes enfrentan el mismo problema de aceleración de la inflación y sus bancos centrales también están subiendo la tasa de política.

Como resultado, las buenas perspectivas de crecimiento de la economía global que había a comienzos de año se han deteriorado con fuerza. En el caso de las principales economías, Estados Unidos se desacelera, afectado por el alza de la inflación, un menor impulso fiscal y los efectos de las alzas de tasas en un estrechamiento de las condiciones financieras, lo que ha estado afectando el consumo de durables y el sector inmobiliario. Además, si la Fed se ve obligada a subir la tasa en forma más agresiva para controlar la inflación, podría caer en recesión el 2023-2024. De hecho, encuestas recientes a analistas e informes de bancos de inversión elevan la probabilidad de una recesión a más de 40%. Europa —la región más afectada por la invasión rusa por su proximidad al conflicto y su alta dependencia del petróleo y gas rusos— corre un riesgo mayor que Estados Unidos de caer en recesión. China, que se ha desacelerado con fuerza por factores internos, tiene la inflación controlada y los instrumentos necesarios para evitar una desaceleración mayor que pudiese derivar en una recesión.

El deterioro del entorno externo es una muy mala noticia para los países emergentes. Producto de este deterioro, las condiciones financieras externas empeoran, los flujos netos de capitales se reducen, sus monedas se deprecian y los términos de intercambio caen en los países que no son importantes exportadores de granos, petróleo, carbón o gas. Los países emergentes más afectados son los que tienen altos déficits fiscales y en cuenta corriente, una duración más corta de su deuda, altos niveles de deuda pública a producto y mayor incertidumbre interna.

¿Cómo encuentra a Chile el deterioro del entorno externo? Las políticas de ajuste están haciendo el trabajo, toda vez que la demanda final y el PIB se han estado contrayendo y la generación de empleo pierde dinamismo. Sin embargo, el PIB aún está por sobre su nivel potencial y unido al shock de precios internacionales, sigue alimentando presiones inflacionarias, con una inflación anual que ya supera el 11% y expectativas que siguen alejadas de la meta.

El sobrecalentamiento aún presente, el alza de la inflación y de las expectativas de inflación y los mecanismos de indexación aumentan el riesgo de que la alta inflación resulte más persistente, incrementando el costo de llevarla de regreso a la meta. Ante este escenario, el Banco Central ha continuado subiendo la tasa, con un alza de 75 puntos base en su última reunión, llevándola a 9%. El estrechamiento de las condiciones financieras, el ajuste fiscal, la caída de las remuneraciones reales —tras el aumento de la inflación— y la desaceleración global deberían intensificar el ajuste de la demanda final, lo que unido a una menor variación de los precios de alimentos y combustibles, deberían contribuir a reducir la inflación. Por lo anterior, las nuevas alzas de tasas debieran ser más moderadas, terminando este ciclo en torno a 9,5%, y comenzar a descender más adelante, cuando la inflación empiece a transitar hacia la meta.

En cuanto a las perspectivas de más largo plazo, en su reciente visita a Canadá y Estados Unidos, el Presidente Boric resaltó la importancia de aumentar el crecimiento tendencial a una tasa de 4,5% anual, para contribuir a mejorar el bienestar de los chilenos y, en particular, satisfacer las demandas sociales de la población. Gran objetivo, pero con una tasa de crecimiento tendencial actual estimada por debajo del 2%, es una meta ambiciosa. El paupérrimo crecimiento tendencial actual es consecuencia del bajo crecimiento de la productividad —fenómeno de larga data—, de la caída de la inversión y del deterioro del capital humano por la pandemia.

Para dar un salto en crecimiento son importantes tanto las políticas económicas como las instituciones. En particular, si la Constitución, las leyes y el Estado no garantizan los derechos de propiedad, el respeto a la ley, la estabilidad macrofinanciera, ni generan un ambiente favorable a la competencia y a la inversión, será casi imposible dar un salto en crecimiento de largo plazo.

En cuanto a la institucionalidad, varias propuestas de la Convención afectarán negativamente las perspectivas de crecimiento. En particular, el debilitamiento del derecho de propiedad y de los derechos de agua afectarán la incertidumbre y la inversión. Los cambios institucionales, como la creación de autonomías regionales con atribuciones de endeudamiento, iniciativa del Congreso de Diputadas y Diputados en materia de impuestos y gastos, y la eliminación de la iniciativa exclusiva del Ejecutivo en pensiones y salud, pondrán en peligro la solvencia fiscal. El debilitamiento del Poder Judicial, tras el reemplazo por un Consejo Judicial con una minoría de jueces, afectará la certeza jurídica. Por estas razones, la nueva Constitución, en caso de aprobarse, contribuirá negativamente al crecimiento de largo plazo.

En estas circunstancias, las perspectivas de progreso de Chile tanto de corto como de largo plazo son preocupantes. Para enfrentar la situación de corto plazo, lo principal es controlar la inflación. El Banco Central y la autoridad fiscal están haciendo su trabajo. En esto no se puede vacilar. La experiencia internacional muestra que reducir inflaciones altas que terminan arraigándose resulta muy costoso para los países. Más aún, la evidencia señala que las inflaciones altas son dañinas para el crecimiento y, especialmente, para las personas más pobres. Por su parte, enfrentar la situación de largo plazo requiere preocuparse de las instituciones y de las políticas que lo hagan posible. (El Mercurio)

Vittorio Corbo