Fiscal Arias: «Religiosos destruyeron evidencias sobre abusos sexuales»

Fiscal Arias: «Religiosos destruyeron evidencias sobre abusos sexuales»

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Esta semana, el Arzobispado de Santiago comunicó que el cardenal Ricardo Ezzati fue citado a declarar por el Ministerio Público en calidad de imputado por el eventual delito de encubrimiento de abusos sexuales.

Antes de esta diligencia que se llevará a cabo el día 21 de agosto, el medio español El País habló con el fiscal Emiliano Arias, quien lleva adelante la investigación por casos de abusos ligados a integrantes de la Iglesia Católica, para conocer su opinión respecto a los abusos y encubrimientos que han ocurrido en el clero local.

En esta entrevista, el persecutor regional de O’Higgins señaló que «es un hecho que los religiosos en este país no tienen la obligación de denunciar, pero ¿pueden ampararse en que no están obligados para no trabajar estrechamente con la autoridad civil denunciando los delitos contra los menores de edad? Es igual que si hubieran tenido debajo de una capilla muchos muertos y solo hubieran hecho investigaciones canónicas».

Y continúo: «¿Quién es el responsable de una organización y de lo que ocurre en un territorio? El obispo. ¿Por quién pasan todas las denuncias de abusos sexuales contra niños, niñas y adolescentes? Por el obispo. Conocen los hechos durante todo el proceso».

Asimismo, ante los casos conocidos de vejaciones, Arias cree que ocurrieron porque «el sistema no funcionaba, porque no se daba la atención adecuada a las víctimas, no se les creía, no se daba curso a las investigaciones, no se cumplían las obligaciones de enviarlas todas a la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, unido a un sistema ineficaz de justicia canónica». De esta forma, el fiscal realizó también una potente confesión: «Sabemos que religiosos chilenos destruyeron evidencias sobre abusos sexuales». Además, Arias dijo que «el Papa abrió el camino para investigar el encubrimiento de abusos», con su carta a los fieles chilenos del pasado 31 de mayo, en la que reconoció que existe una «cultura del abuso».

 

Emol/La Tercera

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