Rosa Catrileo: “Lo primero es definir si Chile será un estado plurinacional”

Rosa Catrileo: “Lo primero es definir si Chile será un estado plurinacional”

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Facilitar la deliberación y dar garantías a todos los sectores. Ese es el sello que busca imprimirle a su nuevo rol la convencional mapuche Rosa Catrileo. Con apoyos transversales, la representante de escaños reservados se convirtió este martes en una de las coordinadoras de una de las comisiones más relevantes de la Convención Constitucional: la que repensará el sistema político.

En esta entrevista, en los jardines del edificio del Congreso en Santiago, la abogada de 40 años hace sus primeras definiciones sobre lo que viene: está por un sistema semipresidencial y una sola cámara legislativa y espera representar tanto al mundo mapuche como al resto de los pueblos indígenas en ese espacio. En ese sentido, descarta que exista una intención de su mundo por “mapuchizar” las demandas de los pueblos originarios como han acusado algunos sectores.

¿Cómo recibe su nominación y qué perspectivas tiene?

Es bastante simbólico que yo sea una de las coordinadoras de la Comisión de Sistema Político, porque nosotros los pueblos indígenas estamos excluidos. Y también por el hecho de ser mujer, que es otro grupo que nos ha costado estar presentes ahí. Contenta por el apoyo transversal; fueron 18 votos, salí electa en primera vuelta, entonces también refleja un poco el sello que he tratado de imprimir en mi presencia acá; venimos a dialogar y salir de las trincheras, a hacer un poco de pedagogía respecto de los derechos indígenas, que es lo que yo represento por ser de escaños reservados, porque también hay mucho desconocimiento, mucho prejuicio cuando uno habla de los derechos indígenas.

¿Qué desafíos inmediatos ve? Se van a abordar asuntos bien estructurales y los plazos son acotados.

Dependemos, en virtud del reglamento, del cronograma que está elaborando la mesa directiva. Nosotros tenemos que elaborar un cronograma en base a eso, por lo tanto, estamos a la espera. Sin perjuicio de aquello, vamos a continuar con este proceso de instalación, fijando los días y horarios de funcionamiento. Y si bien en el reglamento se establecen los temas que a lo menos debemos ver, también vamos a abrir el debate para las consideraciones de qué otros temas en específico, dentro de esa área, nosotros deberíamos contemplar y debatir.

¿Ahí se podrían incluir temas que, por ejemplo, fueron rechazados en esos temarios previamente?

Vamos a tener la posibilidad de incluir esos temas. También otros que no están previstos, y que traigo a colación por un tema coyuntural, que es el tema del estado de excepción de emergencia, que el Ejecutivo promovió en el wallmapu. Bueno, esos estados de excepción no aparecen en ninguna de las comisiones y por una cuestión lógica, porque es una facultad del Poder Ejecutivo y donde también el Parlamento tiene injerencia -o debiera tener injerencia, eso lo vamos a debatir-, debiéramos verlo nosotros.

¿Cuál es el primer tema que debieran ver como comisión?

Mi postura es que lo primero que deberíamos ver es si tendremos o no un Estado plurinacional. ¿Por qué? Porque no podríamos estar debatiendo sobre sistema político, sobre el Parlamento, las facultades que va a tener, si vamos a tener un régimen parlamentario o no, si no tenemos la definición si vamos a ser o no un Estado plurinacional, porque esa no es una mera declaración, trae consecuencias a toda la institucionalidad (…). Después los sistemas de gobierno, vamos a tener que debatir si queremos seguir con el presidencialismo, ya hay voces que hablan de parlamentarismo, y esa definición va a traer consecuencias para los debates posteriores.

¿Cuáles son sus definiciones en esos temas, cómo proyecta el sistema de gobierno, un nuevo Parlamento?

Estoy abierta al debate, tengo una posición personal, pero que también tengo que conversar con el grupo que represento, que primero son los escaños mapuches, pero también los escaños de los pueblos indígenas. Tenemos que tener un debate interno para fijar nuestras posiciones. En lo personal, creo que Chile se ha caracterizado por tener siempre un Presidente, yo no eliminaría esa figura ni la posibilidad de que la ciudadanía elija un Presidente, pero sí que las facultades, estas suprafacultades que tiene, sean disminuidas drásticamente. Y ahí el Parlamento tiene que tener también un rol más activo. Por lo tanto, un régimen semipresidencial o un régimen presidencial atenuado es el que a mí me hace más sentido para la realidad chilena, por la tradición, por la cultura, por la idiosincrasia.

Y respecto del Parlamento, ¿se inclina más por un sistema unicameral?

Sí, en el mismo sentido anterior, los escaños reservados vamos a estar con el régimen que nos permita tener mayor representatividad, tener presencia, así como la tenemos ahora en la Convención. Estamos abiertos al debate, lo que nos interesa es asegurar que nosotros tengamos esa presencia, pero, en lo personal, yo me inclino por el unicameralismo. No lo hemos debatido como colectivo.

Algunos convencionales se omitieron de buscar la coordinación, pensando que el cargo les impediría defender de la misma forma sus principios en ese espacio. ¿No teme que este rol institucional pudiera pasarle la cuenta?

Es un riesgo que hay que correr y que asumo, también pensando estratégicamente que la coordinación puede facilitar el diálogo y la deliberación. De todas formas, uno imprime su sello en el trabajo que se hace. Por lo tanto, ese sello yo lo voy a marcar siempre en lo que represento, que es el tema de los derechos indígenas, sin restarme de este otro debate general, que también a nosotros nos incumbe como pueblos originarios. Entonces, lo tomo como un desafío y también para dar muestras de que nosotros no venimos solamente a discutir los derechos indígenas; nosotros vamos a discutir los temas del país, por lo tanto, no me resto de la discusión cuando voy a hablar del sistema político, porque nosotros estamos insertos dentro de este Estado y dentro de ese sistema.

En el caso de Elisa Loncón, su rol institucional le ha valido críticas no solo de algunos del comité mapuche, sino también de representantes de otros pueblos. ¿Cómo analiza eso?

Ahí hay un tema, porque cuando se habla de pueblos originarios, nos creen a todos uniformes, que pensamos todos lo mismo, no es así, dentro de los pueblos indígenas hay realidades diversas. El trabajo de nosotros ha sido difícil por lo mismo, porque tenemos realidades culturales, espirituales, geográficas, distintas. Entonces, no tienen por qué estar todos los escaños reservados de acuerdo con las decisiones que se tomen, por ejemplo, por la mesa directiva, aunque esté Elisa Loncón ahí. Ahora, eso no ha impedido que la figura de Elisa en la mesa haya permitido visibilizar aún más la presencia indígena dentro de la Convención. Y eso no solo ha visibilizado lo mapuche, sino que lo indígena en general. Y en la Comisión de Sistema Político voy a coordinar en ese mismo sentido. Ir visibilizando que lo indígena también tiene que estar en esa reflexión, no podemos quedar de nuevo excluidos.

Algunos de los pueblos del norte han acusado una intención por “mapuchizar” las demandas. ¿Cómo lo recibe?

Bueno, eso tiene que ver un poco también con el número que representamos, somos más de un millón de personas que se identifican como mapuche. Entonces, hay un discurso potente, también lo que está pasando en el wallmapu, uno no puede abstraerse de eso. Y eso marca la agenda también. Pero no significa que yo estando en la Comisión de Sistema Político voy a defender solamente los intereses del pueblo mapuche, sino que de todos los pueblos indígenas. Esa “mapuchización” no es tal y se debe a la realidad que vivimos; a la militarización del wallmapu, a los presos políticos.

La convencional de su comité Natividad Llanquileo cuestionó el cruce de apoyos que se dieron en algunas comisiones, donde la derecha apoyó a algunas figuras del Frente Amplio y el PS…

Ese análisis apunta un poco a la lógica de las izquierdas y las derechas. O estás con la izquierda o estás con la derecha. Yo me salgo un poco de eso, porque es una visión muy colonizadora, yo estoy aquí por el tema indígena. Nosotros podemos conversar con la derecha, pero en los hechos, lo que ellos han hecho es votar todo lo que nosotros promovemos en contra. Ha habido muy pocas cosas, muy simbólicas, las que han apoyado. Entonces, entiendo lo que plantea Natividad Llanquileo, porque a ese sector le incómoda lo indígena. De hecho, les molestan incluso nuestros apellidos. Entiendo esa reflexión, pero nosotros tenemos que conversar con todos.

Cuando habla de que se puedan incluir temas que ya fueron rechazados en los temarios para la Comisión de Sistema Político, ¿no iría eso en contra de lo resuelto por una instancia de mayor rango?

El reglamento establece que los temas que van a tratar las comisiones son un mínimo. Dice: “A lo menos estos temas”. Por lo tanto, nosotros podemos decidir como comisión que podamos debatir otros temas. Y es lo que siempre dijimos cuando se espantaron tanto algunos por dejar fuera del catálogo el derecho preferente de los padres para decidir sobre la educación de sus hijos… Cuando en realidad no se trataba de excluirlo, sino que no quedó en el temario, pero eso no significa que después no se vaya a debatir.

Planteaba el tema de los estados de excepción, ¿qué más debiese debatirse?

Había un tema con la carrera funcionaria que vamos a tener que analizar y ordenar bien el temario, porque quedó muy general. También se reconoció en el reglamento la posibilidad de que cada comisión fuera discutiendo también las normas provisorias para materializar lo que se resuelva ahí. Eso no quedó explícito, pero es algo que nosotros seguramente vamos a considerar en la discusión.

Sobre las normas transitorias, el vicepresidente Jaime Bassa decía que como Convención Constitucional pueden establecer que el próximo mandato presidencial se acote y se llame a elecciones anticipadas del Congreso. ¿Cómo lo ve?

En lo personal, no como coordinadora, sino como convencional, efectivamente nosotros podemos decidir eso. Si vamos a fijar una nueva institucionalidad sería, desde mi punto de vista, muy raro que la que vamos a dejar atrás sea la que materialice los cambios. Por lo tanto, me hace mucho sentido lo que decía el vicepresidente.

Se ha abierto un debate sobre los plazos; el convencional Manuel Woldarsky planteaba que había que ampliar el mandato de la Convención a dos años.

Cuando uno tiene un trabajo siempre quiere más plazo. Pero claro, coincido en que estamos recién instalándonos como comisiones, viendo cómo vamos a organizar el trabajo, entonces es un poquito anticipado. Pero claro, es una posibilidad. Si uno ve la experiencia comparada, los plazos no han sido tan restringidos, por lo que uno pudiera pensar que es posible que para hacer un buen trabajo necesitemos un poco más de tiempo. Pese a eso, no me arriesgaría a decir que necesitamos dos años, porque estamos recién empezando.  (La Tercera)

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