Riesgosa euforia

Riesgosa euforia

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El trabajo de la Convención Constitucional finaliza en menos de dos semanas. Fue un año intenso. Después de esa bullada instalación manejada por Carmen Gloria Valladares, siguió la catarsis. Hubo momentos para las lágrimas. También para sonrisas. Y surgieron varias polémicas. La última fue la exclusión de los expresidentes de la ceremonia de clausura. La verdadera dignidad, que fue tergiversada durante el estallido social, reapareció bajo la figura del Presidente Lagos. Su elegante carta nos recordó lo que realmente significa esa idea. El microclima constituyente, inflado y alimentado puertas adentro por la propia Convención Constitucional, de pronto se encontró con el peso de su estatura republicana. Un puñado de palabras claras y precisas fueron más que miles de explicaciones. Al final, los expresidentes no asistirán al evento. En un Chile presidencialista, con una larga tradición republicana, será un cierre que no invita al reencuentro con el pasado.

Ahora bien, revisemos nuestro presente a la luz de la última encuesta CEP. Partamos por lo más evidente. La mayor preocupación de los chilenos es la seguridad pública. Si en diciembre de 2019 las pensiones eran la mayor preocupación, con un 64%, este año bajaron a 33%. La delincuencia, en cambio, subió de un 26% al 50%. Y cuando se pregunta por la actual situación económica del país, un 58% dice que es “mala o muy mala”. De hecho, es la peor percepción sobre la economía en los últimos 23 años. Y al preguntar por la situación económica en los próximos 12 meses, un 42% cree que empeorará. Este nivel de pesimismo frente al futuro económico es el más alto desde que se hace esta pregunta. Bien sabemos que la salud de la economía se valora cuando se está perdiendo. Tal vez por eso la ciudadanía se aferra a la figura de Mario Marcel. Nuestro guardián de la economía aparece como uno de los personajes mejor evaluados.

Pero la mayoría de los chilenos también cree que la situación política es mala o muy mala (52%). Este cocktail, en medio del túnel constitucional, no es alentador. Lo que sí es esperanzador es la evolución de las percepciones desde la crisis del 2019. Ese vértigo pendular del que fuimos víctimas parece volver a converger al centro, a esa moderación y mesura que habíamos perdido. De hecho, el centro vuelve a ocupar su sitial, con un 37% de identificación. Además, volvemos a valorar el esfuerzo individual. Por otra parte, nuestras instituciones recuperan terreno. La confianza en Carabineros aumentó de un 17% el 2019 a un 38%. La PDI sube de 25% a 45%. Y las FF.AA., de un 24% a 36%. La misma tendencia se observa en las municipalidades, los diarios, el Gobierno, las empresas, la justicia y demás instituciones. Solo disminuye un poco la Convención Constitucional, con un 22% de confianza.

En cuanto al proceso constitucional, la encuesta muestra que la gran mayoría de los chilenos (69%) esperaba acuerdos. Esa promesa no se cumplió. Y, tal vez por eso, solo un 25% votaría apruebo y un 27% rechazo. Pero un 37% aún no ha decidido y el restante 11% no sabe o no contesta. La mayoría de los que votarían apruebo acaricia la esperanza del cambio y los derechos sociales. Y la mayoría que rechaza, lo hace por la Convención y su trabajo. Un abrumador 82% prefiere que todos seamos iguales ante la justicia. Y solo un 13% de los chilenos aprueba la propuesta de un sistema de justicia inspirado por el pluralismo jurídico. En cambio, una gran mayoría (61%) aprueba los escaños reservados para los pueblos originarios. En simple, representación, pero no diferencias o privilegios.

El próximo 4 de julio será el acto final de la Convención. Seguirán dos meses de intensa campaña y polarización. Aunque el Gobierno abraza el entusiasmo de la Convención y su trabajo, lo cierto es que la encuesta CEP pone en suspenso esa euforia. (El Mercurio)

Leonidas Montes