En la segunda estación de su gira por Medio Oriente, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se reunió con el rey Abdalá II de Jordania, quien este domingo (21.01.2018) le hizo ver la inconveniencia de la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Asimismo, el monarca recalcó ante el político estadounidense que Jerusalén Este debe ser la capital del Estado de Palestina.
De acuerdo con fuentes gubernamentales jordanas, Abdalá II argumentó que «Jerusalén es la clave para la paz» en la región, y pidió medidas para «reconstruir la confianza» y allanar el terreno para un futuro desenlace al conflicto, advirtiendo que mover la embajada a Jerusalén da fuerzas a los fundamentalistas, desestabiliza la región y echa por tierra los esfuerzos por alcanzar un acuerdo en el conflicto árabe-israelí.
«Jerusalén Este debe ser la capital de un estado palestino como parte de una visión de los dos estados», dijo el rey jordano a Pence, quien expresó su desacuerdo con la visión de Abdalá II con respecto a la decisión de Trump. En cambio, el vicepresidente de Estados Unidos aseguró que su país «apoya una solución de dos estados, si las dos partes están de acuerdo», según las fuentes del Gobierno.
RESPETO POR JORDANIA
«Desde nuestro punto de vista Jerusalén es igual de clave para musulmanes y cristianos que para los judíos. Es clave para la paz en la región”, dijo el monarca en presencia de Pence, citado por periodistas que lo acompañan en el viaje. Pence, por su parte, habló de una «decisión histórica» que respeta el papel de Jordania como custodio de los lugares sagrados para el islam en Jerusalén. Añadió que EE.UU. no ha tomado «ninguna posición con respecto a las fronteras y el estatus final» de Jerusalén, según el documento de la casa real.
La gira de cuatro días de Pence, que continúa este lunes y martes en Israel, es la primera de un alto cargo estadounidense a la región tras la controvertida decisión de Trump sobre
Jerusalén y el anuncio de traslado de la embajada a esa ciudad, anunciada el 6 de diciembre. Los países árabes lo rechazan y tanto ellos como los palestinos reclaman la parte oriental de la ciudad -ocupada en 1967 y posteriormente anexionada por Israel- como capital de un futuro Estado palestino, mientras Israel la ve como su capital «eterna e indivisible». (DW, EFE, dpa, Reuters)