Reunión del Presidente y empresarios

Reunión del Presidente y empresarios

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Hasta la sede de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) llegó el Presidente Sebastián Piñera para reunirse con los líderes de las distintas ramas que componen la asociación gremial y otros importantes dirigentes empresariales. Esta cita se enmarca dentro del esfuerzo del Gobierno por retomar su agenda económica, enfatizando los logros obtenidos en la recuperación del dinamismo económico y promoviendo una serie de proyectos legislativos que ha planteado al Congreso Nacional.

Naturalmente, la agenda de reformas económicas del Gobierno fue parte central de la discusión. De acuerdo con lo planteado por el presidente de la CPC, Alfonso Swett, el Presidente Piñera y los empresarios tuvieron un debate abierto sobre los proyectos en discusión actualmente, y se planteó la preocupación por propender a reformas que sean de buena factura técnica, lo que no solo permitirá potenciar el crecimiento, sino también darles estabilidad en el tiempo. En este sentido, más que muchas reformas, la discusión habría girado en torno a la necesidad de hacer buenas modificaciones al Código Tributario o al sistema de pensiones.

A su vez, también se discutió en torno al dinamismo de la economía, y las señales mixtas que se derivan de datos promisorios de importaciones e inversión y cifras más débiles de empleo y consumo. En esta materia, destacan los esfuerzos del Gobierno por promover y facilitar la inversión a través de mecanismos regulatorios y de simplificación de trámites que retrasan y encarecen la inversión, y que no requieren modificaciones legales.

Quizá lo más novedoso del encuentro haya sido la preocupación manifestada por sectores empresariales respecto del deterioro institucional que se observa en diversos ámbitos del quehacer político y económico. Las polémicas que han alcanzado a instituciones como Carabineros o algunas ramas de las Fuerzas Armadas, así como los conflictos que aquejan a la Contraloría General de la República, por nombrar algunas, dan cuenta de un deterioro en la credibilidad de ciertas instituciones públicas, lo que inevitablemente repercute en el quehacer empresarial. Aunque algunas de estas no formen parte de la institucionalidad económica en un sentido restrictivo de la palabra, sí constituyen un tema de preocupación, toda vez que determina el ambiente general para hacer negocios y desarrollar proyectos en el país.

Esta percepción de menor credibilidad pública en ciertas entidades de importancia en el aparato estatal viene observándose desde hace un buen tiempo, tanto por casos de corrupción como por la mayor sensibilidad de la población a cualquier noticia que rápidamente pueda ser calificada como de escándalo. Más allá de sus causas, hoy se percibe un debilitamiento institucional que naturalmente repercute en la capacidad del país para promover un clima de concordia, acuerdos y diseñar políticas de largo plazo amigables con el crecimiento.

Estas consideraciones, de carácter más cualitativo, son igualmente importantes a la hora de promover un clima amigable con la inversión y la toma de riesgos. En este sentido, la preocupación empresarial por el debilitamiento institucional es reveladora de un problema efectivo y cuya solución es tarea de todas las fuerzas políticas que buscan el bien general del país. Tanto el Gobierno como la oposición debieran propiciar una dinámica de fortalecimiento institucional paralela al debate legislativo de proyectos específicos de ley. (El Mercurio)

Editorial de El Mercurio

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