En la última edición de «El Informante» (TVN), fue entrevistado el exacólito Javier Molina, quien denunciara por abusos al sacerdote Jorge Laplagne. En el programa, dijo haber sido víctima por primera vez del presbítero cuando tenía 15 años, lo que se habría reiterado durante tres años.
Molina se refirió también al sacerdote Raúl Hasbun, ante quien prestó declaración en la investigación canónica.
Al respecto, señaló que en 2010 el religioso le había hecho «preguntas macabras», dicho que los delitos estaban prescritos y consultado si sintió placer cuando era abusado.
Contactado por «El Mercurio», Hasbun desmintió a Molina y mostró sus «serios reparos éticos y jurídicos sobre el modo de realizar la entrevista».
Aseguró que «fue unilateralmente empática, llena de apelaciones emocionales, lágrimas, suspiros del entrevistador. Con imágenes en las que aparecen mi rostro y mi nombre con la expresión ‘en la mira’. Esa es una expresión característica del cazador de animales y del francotirador, que dispara a hombres. Esa sugestión de imágenes la encuentro gravísima».
«No acepto este linchamiento mediático. Espero que estos autodesignados justicieros mediáticos algún día comprendan la cabal diferencia entre informante e infamante. La honra no se toca. Es el único patrimonio de una persona, sobre todo si es un sacerdote», afirmó.
Según Hasbun, el programa constituyó «una grave lesión a mi honra personal y ministerial. Si fueran ciertas esas aseveraciones estaría éticamente impedido de realizar lo que hago en la Iglesia».
«(Molina) me atribuye una expresión de una obscenidad inimaginable. Es una fantasía delirante de mi injuriador, no se la puedo aceptar. Y falsamente me atribuye haberle dicho que los delitos estarían prescritos. Jamás le dije eso. No es un tema que se haya conversado siquiera», sostuvo.
Además, remarcó que a Molina «se le dieron todas las facilidades para contar con el mayor apoyo psicológico… Y él nunca manifestó interés en continuar con ese apoyo ni indagar en el resultado de esas investigaciones».
Hasbun agregó: «Todo se hizo de acuerdo al protocolo… Investigué a todas las personas que quisieron hablar. No tenemos facultad para llamar a declarar bajo apercibimiento de arresto, como la fiscalía».
Añadió que «hace 35 días» presentó una querella por injurias graves con publicidad en contra de Molina.
«Por este joven rezo todos los días y con fervor de corazón y pidiendo a Dios que lo llene de todo bien. Estoy dispuesto a que en la audiencia de conciliación, si admite que lo que dice no corresponde, seré el primero en ofrecerle un abrazo», afirmó Hasbun. (El Mercurio)
