Quórum socialista

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La reciente Conferencia de Programa y Organización del Partido Socialista (PS) en rigor solo fue de Programa. Pasada la medianoche la mesa directiva aduciendo falta de quórum procedió a leer las propuestas de organización, pero no permitió debatirlas ni votarlas. Una súbita pérdida del quórum permitió soslayar temas como el clientelismo político, la probidad y ética socialista, la rendición de cuenta de los mandatarios, la regionalización del presupuesto y las sedes, el tope a la reelección de cargos de elección popular, y otros temas que en tiempos de desconfianza ciudadana hacia la política son del todo claves.

Para lo que sí hubo quórum fue para debatir y decidir sobre temas programáticos. Predominó una crítica al modelo neoliberal y se lo definió como el antagonista principal de esta etapa. De manera más específica se incluyó en el voto sobre un nuevo sistema previsional solidario y de reparto, el fin del sistema de AFP. También se acordó impulsar la nacionalización de recursos naturales y la creación de una empresa estatal del litio, apoyar la negociación ramal y la titularidad sindical, y respaldar la propuesta de nueva Constitución Política vía Asamblea Constituyente. Lo más noticioso fue, sin duda, la inclusión de la definición de “feminismo socialista” en la declaración de principios del PS. También se resolvieron votos bastante avanzados -redactados por los colectivos concernidos- en materia de diversidad y disidencia sexual, y pueblos indígenas.

¿Dio un giro a la izquierda el PS? Lo que es claro es que hay nuevas definiciones programáticas y se observa otro lenguaje. Se percibe un cambio hacia una identidad programática con más referencias a las raíces históricas del socialismo chileno y a los procesos de reflexión crítica que vive la izquierda a nivel mundial. Los más escépticos dirán que el papel aguanta todo. Otros más escépticos todavía dirán que se le puede conceder quórum a las bases socialistas para mover el cerco programático, pero no para debatir e intervenir en los temas orgánicos y del poder interno. Podría tratarse más de una retórica a administrar que de un mandato imperativo a seguir. La práctica lo dirá.

El itinerario de reconstrucción programática del PS contempla ahora un congreso general. Habrá que ver si las definiciones programáticas se consolidan o retroceden, y si esta vez se les reconoce a las bases socialistas la mayoría de edad -o sea el “quórum”- para debatir sobre temas que parecen orgánicos, pero son esencialmente políticos: qué tipo de organización, de liderazgos y cuáles prácticas y formas de militancia se requieren en estos tiempos para construir cercanía y confianza con las grandes mayorías del país. (La Tercera)

Ernesto Águila

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