Problemas de Jackson para alinear al FA en la CC y Congreso...

Problemas de Jackson para alinear al FA en la CC y Congreso molesta al PS

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“¡Digan su nombre!”, dijo a viva voz el senador y jefe de bancada de la UDI, Iván Moreira, en medio de la sesión de la Cámara Alta en la que se discutía una nueva prórroga del estado de excepción en La Araucanía y el Biobío.

A esa hora intervenía el senador socialista Fidel Espinoza, quien aludiendo indirectamente al ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson, manifestó que “aquí ha habido ministros, uno que salió de la sala recién, que han estado más preocupados de la destrucción de las instituciones democráticas que de preparar verdaderamente una agenda de seguridad para el país. Hay ministros que han estado más preocupados de estar destruyendo la soberanía popular, la institucionalidad, pero no los temas de seguridad por los cuales fueron elegidos para gobernar”.

La frase, además de ser una alusión a Jackson, era una mención implícita a lo que estaba sucediendo paralelamente en la Convención Constitucional, que el martes en la tarde zanjó definitivamente que el Senado dejaría de funcionar en marzo de 2026 para dar paso a la conformación de la Cámara de Regiones, si es que se llega a aprobar el texto fundamental en el plebiscito del próximo 4 de septiembre.

En el PS admitían que varios andaban más irritables de lo habitual por el episodio. De hecho, fue un tema que afloró en la reunión almuerzo que sostuvieron los senadores socialistas con la presidenta de la colectividad, Paulina Vodanovic, quien concurrió el martes al Congreso. En esa cita, la molestia por la forma cómo el gobierno había conducido el proceso constituyente volvió a aflorar, reinstalando la sospecha de que detrás había una estrategia oscura del Frente Amplio de desplazar al PS, que dada su orgánica tiene mayor presencia en regiones y, por ende, una mejor representación en el Senado. Inversamente, el Frente Amplio ha sido un fenómeno electoral en grandes urbes, como Santiago y Valparaíso, que aún no penetra masivamente en otras provincias.

Así, las críticas de Fidel Espinoza a Jackson, a quien algunos responsabilizan de ser el autor intelectual de ese supuesto plan, cambió drásticamente la discusión en el Senado. Y ante la incitación que comenzó a hacer Moreira desde la bancada del frente, otro senador socialista, Alfonso de Urresti, se motivó para darle una repasada a Jackson.

“No me gustan las actitudes pusilánimes de algunos ministros, que en la Comisión de Constitución, ministro Jackson, al abordar la infraestructura crítica, señala que no es necesario abordar este tipo de situaciones”, sostuvo De Urresti aludiendo a que una comisión mixta, que estudió una cambio constitucional para facultar al Presidente disponer del uso de militares para resguardar lugares estratégicos, Jackson había sugerido frenar esa iniciativa a la espera del desenlace del proceso constituyente.

Para algunos legisladores, ese comentario de Jackson marcó un antes y un después. Particularmente a partir de ese episodio senadores de la UDI, de RN y de la DC tomaron mayor distancia del Ejecutivo y de secretario de Estado.

Tras ambas intervenciones, se registraron algunos movimientos. El presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), bajó de la testera para conversar con Jackson, mientras que la ministra de Defensa, Maya Fernández (PS), se acercó al jefe de bancada socialista, José Miguel Insulza. Sin embargo, consultados algunos protagonistas de esos diálogos, negaron que el tema de conversación haya sido la arremetida de Espinoza y De Urresti.

Por su parte, en los discursos, el senador comunista Daniel Núñez salió en defensa del titular de la Segpres.

Al final de la sesión, casi toda la bancada socialista se había retirado, por lo que tampoco hubo mayores felicitaciones a los ministros por haber aprobado el estado de excepción. Solo Núñez y Elizalde se acercaron a saludarlos por la votación.

Tras el cierre de la jornada, el único que expresó palabras fue el mismo Elizalde. “Yo espero que al gobierno le vaya bien en esto, espero que el gobierno esté dispuesto a escuchar críticas constructivas, a incorporar distintas miradas, a asumir que aquí nadie tiene la verdad. Por tanto, así como el Congreso debe ser profundamente humilde, espero que el gobierno también lo sea”, indicó.

En la bancada socialista si bien precisaron que no compartían la forma usada por Espinoza y De Urresti, había ciertas coincidencias.

“Considero que la discusión se fue a un plano muy retórico, agresivo contra el gobierno como lo hizo Iván Moreira, o de autodefensa como lo hicieron los senadores comunistas. Se entorpeció la sesión”, señaló el senador PS, Juan Luis Castro.

Su par de bancada, Gastón Saavedra, en tanto, agregó que “hay una opinión de carácter colectivo que se manifiesta en distintos énfasis. Evidentemente creemos que en el tratamiento de la nueva Constitución no hubo una tarea asertiva del ministro Jackson para la vigencia del Senado”.

LA MIRADA DE LA MONEDA

Pese a que Jackson había logrado bajar la beligerancia con el PS, la votación en la Convención evidentemente revivió las tensiones. En Palacio, la sesión del martes en el Senado es vista con inquietud y reconocen que ordenar el Congreso se ha vuelto una complicación no solo por no contar con las mayorías necesarias, sino porque desde que asumió el cargo, Jackson ha despertado resistencia en las propias filas oficialistas.

Para nadie es un secreto en La Moneda que el militante de RD ha tenido un aterrizaje complejo en el cargo y una recepción tibia y a veces hostil, especialmente de parte de los senadores del Socialismo Democrático (PS y PPD), donde prefieren relacionarse con la subsecretaria Macarena Lobos.

Sin embargo, en Palacio esperan que el episodio sea aislado y que este debate se supere con los días.

Lo que aún no está claro en La Moneda es cuánto de esto podría afectar al avance del programa de gobierno ad portas de que el Ejecutivo envíe los proyectos de reforma tributaria a fines de junio y el de reforma previsional, pronosticado para agosto.

“Estamos en un proceso soberano de discusión, bajo reglas del juego democráticas que fijó nuestro país ratificadas en un plebiscito, donde ganó el Apruebo y dio las facultades para que los representantes pudieran determinar una propuesta de nueva Constitución (…). Y, por lo tanto, no veo por qué este sea tema de responsabilidad del Ejecutivo cuando es del Poder Constituyente”, dijo la ministra Camila Vallejo (Segegob), en alusión a las críticas de los socialistas a su par de la Segpres.

DESMARQUE DEL FA EN ESTADO DE EXCEPCIÓN

El problema para Jackson es que, además episodio ingrato del Senado, en la Cámara también quedaron secuelas por el masivo desmarque de los diputados del Frente Amplio ante la prórroga de una estado de excepción en el sur.

De partida, en las bancadas oficialistas quedó la sensación de que una nueva solicitud del Mandatario para mantener a los militares contará con menos apoyo, ya que el desorden del Frente Amplio podría contagiar a los otros grupos políticos.

El diputado Leonardo Soto remarcó que “las lealtades se prueban no cuando las cosas andan bien o cuando hay que distribuirse cargos, sino cuando hay que tomar decisiones difíciles. Y para los socialistas esta era una decisión difícil y nosotros logramos ordenar a nuestras bancadas”.

Más duro fue el subjefe de los socialistas, Tomás de Rementería, quien replicó que “la lealtad es un valor muy preciado, sobre todo cuando tienes nombrado hasta tu gato en el gobierno”, publicación que más tarde borró. Sin embargo, más tarde reiteró: “Nobleza obliga, notable lealtad de Convergencia Social con el gobierno, junto con el PS son el anillo de la lealtad”.

El jefe del comité de diputados PS, Marcos Ilabaca, dijo -y en línea con las palabras de los senadores socialistas- que “vamos a seguir apoyando, a pesar de las críticas del actuar de algunos ministros, en particular del ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson”. (La Tercera)