¿Por qué se equivocan las encuestas?

¿Por qué se equivocan las encuestas?

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Se ha vuelto un fenómeno recurrente en la política global. Y este mes los resultados de la segunda vuelta presidencial en Perú, del referendo sobre la permanencia de Reino Unido en la UE y de las elecciones generales en España parecen ratificarlo: las graves fallas de las encuestas electorales.

En el caso de los comicios del 26-J en España, los sondeos daban al gobernante Partido Popular (PP) como vencedor, pero la inmensa mayoría auguraba menos escaños respecto de diciembre. Sin embargo, el partido de Mariano Rajoy añadió 14 escaños en relación a las elecciones del 20-D, pasando de 123 a 137. Las encuestadoras también habían adelantado que la coalición izquierdista Unidos Podemos iba a adelantar -el famoso “sorpasso”- a los socialistas, cuando lo que en verdad ocurrió es que el Psoe resistió como segunda fuerza pese a perder cinco escaños de los 90 que tenía.

En declaraciones al diario El Mundo, José Miguel de Elías, director de Investigación y Análisis de Sigma Dos, y Narciso Michavila, presidente de GAD-3, coinciden en el acto de contrición: “Faltó capacidad de análisis”. Por su parte, José Juan Toharia, director de Metroscopia, explicó en una columna de El País (periódico para el que realiza encuestas), la posible razón del fallo: “El Brexit, que al principio pareció un factor de escasa relevancia electoral, puede haber acabado resultando decisivo”.

Tres días antes de las elecciones en España, los británicos fueron convocados para decidir si aprobaban o no la salida de Reino Unido de la UE. Las encuestas previas a la consulta del 23 de junio mostraban a la opción “No”, es decir, por quedarse en el bloque, con cuatro a cinco puntos de ventaja sobre el “Brexit”. Incluso, el mismo día de los comicios una encuesta de YouGov aseguraba que el “Bremain” se impondría 52% contra 48% del “Brexit”. Sin embargo, el resultado fue exactamente el contrario. “Creo que hay algunas preguntas para que las encuestadoras contesten”, comentó a Deutsche Welle John Curtice, profesor de política en la Universidad de Strathclyde en Glasgow. “Muchas personas malinterpretaron las encuestas; hubo una tendencia a mirar los sondeos que eran consistentes con lo que esperaban que pasaría e ignoraron aquellos que no lo eran”, agregó.

A comienzos de mes fue el turno para Perú. Una semana antes de las elecciones del 5 de junio, todos los sondeos le daban una amplia ventaja a Keiko Fujimori frente a Pedro Pablo Kuczynski. Sin embargo, PPK terminó imponiéndose por apenas 41.000 votos. Luis Benavente, director de la encuestadora Vox Populi, defiende el trabajo de sus colegas. “Las encuestas no fallaron, todas dieron resultados dentro de los márgenes de error estadísticos en comparación con los resultados oficiales (…) Muestran resultados de trabajos de campo a dos semanas del balotaje, e indican un rango de 25% de indecisos, que tomarían una decisión en esas dos semanas”, explica a La Tercera. Según este encuestador y analista limeño, “hay muchos pedidos para que se permitan las encuestas en la última semana. Eso es parte de la reforma del sistema electoral que el país demandó”. Ocurre que precisamente dos días antes de los comicios, las encuestas efectivamente le otorgaron una leve ventaja a PPK, pero en Perú hay prohibición de publicar encuestas en la última semana.

Pero los “fallos” en los sondeos  no son nuevos en la región. Ya en la primera vuelta presidencial de Colombia, en mayo de 2010, se habló del “papelón” de las encuestas. Los últimos tres sondeos dados a conocer una semana antes de esos comicios hablaban de un empate técnico entre Juan Manuel Santos y Antanas Mockus en torno al 35%. Sin embargo, Santos obtuvo un 46,5% y Mockus un 21,5%, una abismal diferencia de 25 puntos (poco más de 3,6 millones de votos de diferencia).

Algo similar ocurrió en la primera vuelta presidencial de octubre de 2015 en Argentina. Casi por  unanimidad, las encuestas decían que el oficialista Daniel Scioli estaría en torno al 40% de la votación, mientras que el opositor Mauricio Macri rondaría el 30% y que era muy probable que el kirchnerismo lograría ganar sin necesidad de segunda vuelta. Ningún sondeo se acercó al resultado final que reveló un empate técnico con cerca del 35%. “Me inclino a pensar que se trata más de razones centradas en la complejidad de la mente del elector hoy que de los tipos de relevamiento, presencial, telefónico u online”, comenta a La Tercera Analía del Franco, directora de la consultora Analogías. La socióloga admite, sin embargo, que el tema le preocupa. De hecho, dice que consultores argentinos y de América Latina preparan una jornada de trabajo para evaluar este tema.

El reputado encuestador norteamericano John Zogby explica a este medio que hoy “es mucho más difícil sondear a las personas que antes”. “Ahora los votantes están menos influenciados por los partidos políticos, líderes y grupos como los sindicatos. Ellos están empoderados por ser capaces de tener acceso a su propia información sin depender de los medios tradicionales. Por tanto hay potencial para más volatilidad”, plantea.

Fuente: Edición Original La Tercera

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