¡Por favor!-Jorge Claro

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Se habla de que al fin tendremos una vacuna contra el Covid. Persisten dudas razonables si las vacunas serán efectivas ante al menos las 2 mutaciones conocidas del virus. Y también si los proveedores cumplirán sus compromisos. Ante el alza de contagios en el país, dos meses puede ser mucho tiempo. Muchas muertes y posibles paralizaciones de muchas personas. Ambos costos demasiado grandes. Como para preocuparse y ser precavidos.

El 15 de abril pasado escribí una columna en El Mercurio (”¿Una idea posible?”) sugiriendo una estrategia distinta para enfrentar la pandemia. Después escribí otra en La Tercera (”Hacia una nueva estrategia”) y, además, le mandé un proyecto de cómo enfrentar esta pandemia a las autoridades pertinentes. Estaban basadas, simplemente, en el sentido común. Todavía se pueden revisar ante lo que viene. En resumen, propuse que se debía hacer lo siguiente:

i.- Diseñar una estrategia doble: una primera dirigida a los adultos mayores y jóvenes vulnerables al virus (por tener enfermedades de base), y una segunda al resto de la población. ¿Por qué? Porque más del 85% de los fallecidos por el virus pertenece al primer grupo (al menos 15.000 fallecidos de 60 años o más y vulnerables desde el 15 de abril pasado). Así de simple. ii.- Diseñar una potente campaña comunicacional (no basta con la información que entreguen las autoridades de salud por TV), con los mejores publicistas y rostros confiables -a difundir por todos los medios- para explicarle al primer grupo de personas la importancia “vital” de autoaislarse y cuidarse. Literalmente, se juegan su vida en esto. Una segunda campaña dirigida al segundo grupo, destinada a explicarles cómo se pueden contagiar ellos y así contagiar al primer grupo, generándoles una alta probabilidad de muerte. iii.- Por favor, entender que las cuarentenas totales son ineficientes, básicamente porque los jóvenes no vulnerables saben que si se contagian normalmente solo arriesgan un fuerte resfrío y no saben que pueden matar a sus abuelos o hermanos vulnerables.

Adicionalmente, el Estado debe facilitar y colaborar con el aislamiento preventivo, en sus casas, de los adultos mayores que así lo soliciten, porque salva vidas y disminuye la ocupación de camas críticas.

Finalmente, un comentario a la estrategia “estrella” aplicada: Testear – Trazar – Aislar.

No ha funcionado ni funcionará. Testeando se descubre menos de un tercio de los contagiados (R. Baeza), debiendo aislarlos a ellos y a sus contactos directos (unas 10 personas por cada contagiado). Con 3.000 nuevos contagiados diarios ¿es posible trazar, es decir, contactar y registrar, a 33.000 personas diariamente? Pero, aun suponiendo que se pudiera, ¿quién garantiza que esas personas, 460.000 en 14 días, se aislarán sin fiscalización, en sus casas (como indican las normas del Minsal), sin contagiar a adultos mayores que vivan con ellos? ¿Y los no detectados?

Por favor, aplicar un poco de sentido común y cambiar de una vez la estrategia. Más vale tarde que nunca. (La Tercera)

Jorge Claro

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