Perspectivas económicas mundiales y de Chile post covid-19-Vittorio Corbo

Perspectivas económicas mundiales y de Chile post covid-19-Vittorio Corbo

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La evolución reciente y las perspectivas económicas mundiales y de Chile están directamente relacionadas al progreso de la pandemia, las medidas de contención y sus efectos, las respuestas de políticas públicas y los avances en salud.

En cuanto al progreso de la pandemia, la buena noticia es que, gracias a las medidas de contención, la propagación del covid-19 está bastante controlada en China y, en menor medida, en Europa, Este de Asia y Oceanía. Sin embargo, la mala noticia es que los contagios han estado aumentando en los Estados Unidos, y que la pandemia está en pleno desarrollo en los países emergentes y en desarrollo, destacando los casos de Brasil, México, Chile y Perú en América Latina como también los de India, Sudáfrica y Turquía.

En la etapa inicial de propagación de la pandemia, los países han recurrido a distintas medidas de contención —medidas sanitarias, de distanciamiento físico y cuarentenas—, para reducir las muertes y no colapsar los sistemas de salud. El efecto colateral de las medidas de cuarentenas en la actividad económica, especialmente las de mayor cobertura geográfica y temporal, ha sido contribuir a la peor recesión global desde la Gran Depresión.

En políticas públicas, esta vez en todo el mundo y dentro de sus capacidades, las autoridades fiscales, monetarias y regulatorias han introducido medidas excepcionales para amortiguar los efectos de este shock. En una primera etapa, han estado orientados a apoyar a hogares, trabajadores, al mantenimiento de los vínculos trabajador/empresa y a evitar una destrucción costosa e innecesaria del andamiaje productivo. En una segunda etapa, se han orientado a apoyar la reapertura progresiva de la economía y la reactivación. Gracias a estas políticas se han amortiguado los efectos en los hogares y empresas y se han evitado costosas crisis de los sistemas financieros y protegido el aparato productivo, para impulsar la recuperación cuando la pandemia esté más controlada.

Perspectivas de crecimiento global

Con el progreso en la contención de la pandemia, China primero, después Europa, y ahora incluso Estados Unidos han estado levantando restricciones a la movilidad, con lo que la actividad comienza a recuperarse. Indicadores parciales como también indicadores líderes de actividad muestran un importante repunte con respecto a la pronunciada caída de los meses anteriores. Sin embargo, después de este rebote inicial, lo más probable es que la recuperación sea lenta, afectada por una incertidumbre global que está en niveles récords relacionados con el progreso que pueda tener la pandemia, los riesgos de segundas olas, los avances que se puedan lograr en vacunas o tratamientos, y el daño al tejido económico que dejará este shock.

En ausencia de una solución médica, la solidez de la recuperación es altamente incierta y el impacto en sectores será disparejo. En áreas como automóviles y equipamiento del hogar, la demanda latente va a ayudar, pero servicios intensivos en contactos (hospitalidad, viajes, turismo, espectáculos, servicios médicos y odontológicos, etc.) tendrán una lenta recuperación y muchos tendrán que reconvertirse o adaptarse a un nuevo modo de operación.

Como consecuencia, la mayor parte de las proyecciones apuntan a una caída del PIB mundial entre 5 y 7% este año, una caída más de 10 veces mayor que la del 2009, y un alza entre 4,0 y 6,5% el próximo. El FMI, que publicó la actualización de su informe de Perspectivas Económicas Mundiales este miércoles, proyecta una caída del 4,9% este año y un crecimiento del 5,4% el próximo. La OCDE, en su actualización de comienzos de este mes, presentó un escenario aún más negativo, proyectando una caída entre 6 y 7,6% este año y un crecimiento entre 2,8 y 5,2% el próximo. El FMI proyecta también que el volumen de comercio mundial en bienes y servicios caería 11,9% este año y crecería 8% el próximo. Tanto el FMI como la OCDE proyectan una recuperación lenta, donde el nivel del PIB del cuarto trimestre del 2019 se recuperaría, en su mejor escenario, recién avanzado el año 2022.

Perspectivas de crecimiento de Chile

En Chile, los contagios han seguido aumentando, lo que ha obligado a endurecer las cuarentenas y su control. La actividad económica nos estaba sorprendiendo por su rápida recuperación después del estallido social, cuando recibió el primer impacto de la pandemia. A partir de mediados de marzo, el deterioro abrupto de la economía mundial, la expansión interna de la pandemia y las cuarentenas comenzaron a golpear con más fuerza a la actividad económica y el empleo. La única noticia positiva de este período ha sido la recuperación del precio del cobre, impulsado por la recuperación de China y problemas de oferta derivados de la pandemia en algunos países productores, incluido Chile.

Para mitigar los efectos de la pandemia en la actividad económica y el bienestar de la población, las autoridades han estado respondiendo con políticas macro/financieras agresivas. El Gobierno ya había introducido en marzo un programa de unos US$ 17.000 millones con medidas de apoyo al ingreso familiar, a la protección del empleo y la liquidez, y al crédito de personas y empresas, el que fue seguido en abril con otro programa de apoyo a los más vulnerables y a los independientes y garantías de crédito por otros US$ 5.000 millones. El Banco Central redujo en marzo la TPM a 0,5% e introdujo medidas no convencionales. Estas medidas de Hacienda y del Central han ayudado a compensar las pérdidas de ingreso de las familias, a estabilizar el mercado financiero y apuntalar el crecimiento del crédito. Gracias a la solvencia fiscal, la credibilidad del Banco Central y la institucionalidad y solidez financiera que se ha construido en los últimos 30 años, Chile ha podido utilizar programas de apoyo substancialmente mayores a los que han podido hacer países como Argentina, Colombia y México y más cercanos a los programas de los países avanzados.

Sin embargo, con un escenario mundial y sanitario mucho más negativo del que se tenía en marzo, era necesario fortalecer las medidas de apoyo a hogares, trabajadores y empresas. El plan de emergencia para la protección de los ingresos de las familias y la reactivación económica y del empleo, acordado entre el Ejecutivo y la Comisión de Hacienda ampliada del Congreso, que se nutrió de una propuesta de 16 economistas, es un muy buen programa que incluye medidas de corto plazo de mitigación, seguidas por medidas para apoyar la reapertura gradual de la economía y apuntalar la reactivación más adelante. Lo que queda pendiente es un programa de contención fiscal post 2022 que permita acotar la razón deuda a producto para mantener nuestro acceso privilegiado a los mercados de deuda internacionales, del que tanto nos estamos beneficiando en estos momentos.

Con todo, las proyecciones de caída del PIB para este año de distintas fuentes están en el rango de 5 a 8%. Un riesgo es que los contagios comiencen a afectar con más fuerza a la minería, algo que ya estaría ocurriendo. (El Mercurio)

Vittorio Corbo

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