Con verdadera perplejidad y creciente indignación hemos conocido las conclusiones de la Comisión presidencial para la Paz y el Entendimiento en la Región de La Araucanía.
Perplejidad, ya que se insiste en alterar las bases de la convivencia democrática demoliendo el principio de igualdad ante la ley, con la creación artificial de los derechos colectivos, en este caso indígenas, que la ciudadanía ha rechazado de modo contundente no en uno, sino en dos procesos constitucionales. De ello se sigue la profundización de la crisis institucional que enfrentamos, puesto que se avanza en contra del veredicto soberano del pueblo de Chile horadando los principios en que se funda la república. Nos referimos no solo a la igualdad ante la ley, fundamento del Estado de Derecho, sino al principio jurídico latino que establece que nemo dat quod non habet (nadie puede dar lo que no tiene).
Es un hecho que tras los dos procesos constitucionales, las autoridades no están facultadas para avanzar en plurinacionalidad, igualdad sustantiva, interseccionalidad, derechos colectivos o en el cambio de la meritocracia por principios distributivos acorde con la ideología de género.
De ahí la indignación al constatar que en la oposición un grupo significativo siga pensando que conceder nuestra institucionalidad democrática a la extrema izquierda es signo de gobernabilidad. La evidencia muestra justamente lo contrario: el soberano ha hablado y es hora de que sus representantes actúen conforme a su voluntad. Ese es el único camino posible si lo que queremos es recuperar la gobernabilidad y, con ella, la paz y seguridad que Chile tanto necesita. (El Mercurio Cartas)
Vanessa Kaiser
Jorge Reyes
