Participación y gobierno universitario

Participación y gobierno universitario

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Este año, la mayoría de las universidades han estado convulsionadas con paros y tomas prolongadas de sus recintos que han alterado de manera significativa su desarrollo académico. El movimiento feminista ha planteado temas que son apoyados de manera transversal, en el sentido de avanzar en igualdad, respeto, derecho y oportunidades al interior de las universidades. Por otro lado, es imprescindible contar con la existencia de adecuados protocolos para evitar y denunciar acosos y abusos sexuales cuando estos se produzcan en las dependencias universitarias.

Sin duda, el tema de fondo se apoya fuertemente. Pero hay serias discrepancias en cuanto a la forma en que se ha conducido el movimiento, alterando la convivencia y ejerciendo la violencia que significa la toma de los espacios universitarios. Por esto, es importante analizar el estilo de gobierno universitario.

La forma y las características del gobierno de una universidad son un aspecto clave para lograr la excelencia y calidad internacional de una institución. Los pilares fundamentales de la calidad de una universidad son: una misión e identidad nítida y definida; alta concentración de talento académico constituida por profesores y estudiantes de excelencia; existencia de recursos adecuados que permitan el desarrollo de un proyecto innovador en docencia e investigación y, por último -y de gran importancia-, un gobierno universitario conducido por autoridades académicas que tengan autonomía para realizar un proyecto libre y de futuro.

En las últimas semanas ha habido cierta polémica pública por algunos cambios en la participación universitaria en la UC. Recientemente se aprobó el derecho a voto de los dos representantes estudiantiles en el Honorable Consejo Superior de la Universidad, quedando los estudiantes con una ponderación inferior a un 10% de los votos totales. Esta propuesta fue presentada al Consejo por la rectoría, y refleja la voluntad de los estudiantes desde hace muchos años, a través de propuestas de la Federación de Estudiantes, de Centros de Alumnos, Consejería Superior, dirigentes independientes y movimientos políticos de manera transversal. Esta iniciativa no es un hecho aislado, sino que forma parte de una política dirigida a una mayor participación de la comunidad universitaria que se ha implementado desde hace ya varios años.

Así, desde hace cinco años se inició la labor del Ombudsman, que busca mediar y colaborar para una mayor relación armónica de los miembros de la comunidad; hace un lustro planteamos la «UC Dialoga», un espacio de discusión y encuentro para el análisis de temas relevantes de la institución; y, por último, el año pasado inició su labor el Foro Universitario UC, organismo en el cual todos los estamentos de la universidad -incluidos los exalumnos- participan en el debate de temas importantes en el futuro de la institución. Todo lo anterior se orienta de manera decidida a fomentar una mayor participación de la comunidad universitaria y a potenciar su aporte al desarrollo de la institución.

La medida de otorgar derecho a voto a los representantes estudiantiles, aprobada por el H. Consejo Superior, apunta a tener un mayor compromiso de los estudiantes con el desarrollo de la UC. Así, al hacerse parte con su voto, buscamos un mayor compromiso y responsabilidad, y estamos seguros de que lo van a hacer con seriedad. Esta medida se aplicará de manera gradual al interior de los Consejos de las Facultades con similar quórum, proceso que se realizará de manera programada a partir del próximo año.

Plantear con estos cambios de mayor participación la presencia de un cogobierno universitario o de un gobierno triestamental no tiene ningún sentido. Más bien refleja temores infundados, basados en experiencias del pasado y en un miedo de adaptarse a los cambios que nos presenta la sociedad. Nuestro país ha cambiado y una universidad que se proyecta a futuro debe saber leer y aprender de estos cambios, incorporándolos de acuerdo con su propia identidad y cultura institucional. Nuestra comunidad UC tiene la madurez, cultura y responsabilidad para actuar de acuerdo con estos cambios.

El gobierno universitario forma parte esencial de la autonomía y de la libertad académica de una institución, es un valor que hay que cuidar en bien de la comunidad. Su desarrollo es fundamental para realizar la misión universitaria y el compromiso con la sociedad. La participación de todos los integrantes de la comunidad de la UC requiere un gobierno universitario que se adapte a los cambios de la sociedad. El desafío es mantener como norte los principios y la identidad de la universidad; esto es lo que va a permitir seguir en la senda de la UC, que es un patrimonio nacional y que está al servicio del país. (El Mercurio)

Ignacio Sánchez

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