Católicos franceses celebraron afligidos la misa de Navidad en la iglesia Saint-Germain l’Auxerrois de París, a unos cientos de metros de la catedral de Notre Dame, que por primera vez en más 200 años no acogió el oficio navideño tras el incendio de abril.
«No es el mismo sentimiento, pero sigue siendo una misa de Navidad», declaró Juliette, de 16 años, que ha recorrido 700 kilómetros desde Aix-en-Provence (sur) con su familia. «Esta noche, pensaremos en Notre Dame, eso seguro», añadió.
«Hemos estado llorando desde el 15 de abril, y hoy todavía más», explicó Danielle, una fiel parisina, que el año pasado asistió a la misa en Notre Dame. Sin embargo, se sintió reconfortada al escuchar el coro de la célebre catedral que estaba presente en la misa oficiada en la iglesia Saint-Germain l’Auxerrois, enfrente del museo del Louvre.
Por primera vez en 216 años, la catedral de ocho siglos permaneció en silencio la noche de Navidad. El templo, que siempre se mantuvo abierto -incluido durante la ocupación Nazi- se vio obligado a cerrar solo durante el periodo revolucionario a finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Desde el incendio que arrasó con su aguja y devoró una parte de su tejado el 15 de abril, Notre Dame de París, la emblemática catedral de la capital, permanece cerrada, a excepción de una misa que se celebró sin la presencia de fieles. En tanto, las obras de reconstrucción continúan.
El presidente francés, Emmanuel Macron, estableció un periodo de cinco años para reparar por completo la estructura, que permanece rodeada de andamios y coronada por una grúa gigante.
La fiscalía de París apunta a una negligencia y abrió una investigación en junio, sugiriendo que una colilla de cigarro extraviada pudo ser el fatídico detonante.
El ministerio de Cultura dijo en octubre que se recaudaron 922 millones de euros (unos 1.021 millones de dólares) de donaciones y de promesas de donaciones para su reconstrucción. (Emol-EFE)
