Ossandon: «Conmigo entró la derecha social a la campaña»

Ossandon: «Conmigo entró la derecha social a la campaña»

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Tras su controvertida incorporación al comando de Sebastián Piñera, el senador Manuel José Ossandón salió a la calle a hacer puerta a puerta y grabó la franja televisiva con miras a la segunda vuelta. Este miércoles, sin embargo, hizo un alto en su despliegue para viajar a Estados Unidos, donde expuso justamente sobre campañas políticas en la Universidad de Georgetown, en Washington.

En esta entrevista, el senador RN subraya la importancia de convencer a los electores de que un gobierno de derecha será mejor que uno liderado por Alejandro Guillier. Dice estar satisfecho del compromiso adquirido por Sebastián Piñera para avanzar en gratuidad universitaria, y cuestiona el exitismo que imperó en Chile Vamos antes de la primera vuelta. “El gran error de la derecha en esta elección fue querer tomarse la leche antes de ordeñar la vaca”, afirma.

¿Qué evaluación hace a poco más de una semana de su incorporación al comando de Piñera?

Con mi incorporación entraron las banderas de la derecha social a la campaña. Pero lo importante en las próximas dos semanas que quedan es hacer todo lo que podamos para convencer a una mayoría de los chilenos de que la propuesta de la derecha es mejor para Chile que la continuidad de reformas mal hechas que promete Guillier. Esta elección no se trata de mí. Se trata de lo que es mejor para Chile y de cómo avanzar para construir ese país más desarrollado, más justo y con oportunidades para todos.

Su equipo se ha reunido con Andrés Chadwick para plantear sus propuestas para el despliegue en terreno. ¿Esas propuestas van en línea con lo que está haciendo el comando?

No voy a comentar lo que hace o deja de hacer el comando. Entiendo que ellos están comprometidos con su trabajo. Yo estoy dedicado a estar en la calle, tratando de convencer a la gente que nuestra opción es la mejor. No me voy a dedicar a darle consejos al comando. Yo hago mi trabajo y ellos hacen el suyo. Si cada quien hace el trabajo que le corresponde, entonces podremos celebrar una victoria el 17 de diciembre. Si la gente se dedica a criticar o a pelearse con otros, entonces van a celebrar los que quieren seguir haciendo mal las reformas.

A su juicio, ¿qué factores incidieron en la baja votación que obtuvo Piñera en primera vuelta?

Creo que la campaña no leyó bien lo que decían las encuestas. La gente rechaza la forma en que Bachelet hizo sus reformas. La gente entiende que, para que las reformas sean posibles, primero debe haber crecimiento y ese crecimiento debe ser sustentable. Pero la gente quiere reformas. La gente sueña con la gratuidad en educación precisamente porque quieren ser parte del sistema. La gente sabe que la cancha está cargada a favor de los mismos de siempre. Lo que la gente pide es que les den una oportunidad de competir accediendo a educación de calidad. La gente pide algo justo. A mí me alegra que el presidente Piñera se comprometiera a seguir avanzando en gratuidad en los próximos cuatro años. Creo que esa es una señal potente. Yo creo en la gratuidad como meta a largo plazo.

¿Coincide con quienes aseguran que a la campaña le ha faltado calle y corazón?

Mucha de esa gente que dice esas cosas ni siquiera conoce la calle. Los que hemos estado en la calle sabemos que nuestra propuesta le hace sentido a la gente. A mí me encantaría que la derecha estuviera más en la calle. Pero lo que toca ahora es andar en la calle, no seguir reclamando desde sus zonas de confort que a esta campaña le falta calle. Le aseguro que Piñera ha estado mucho más en la calle que varios de los líderes del sector que se sienten cómodos reclamando desde los medios.

El alcalde Germán Codina dijo que la votación de Puente Alto siempre ha sido de izquierda en las presidenciales. ¿Cree usted que será capaz de revertir esta situación, dada la relevancia que tiene esa votación para Piñera?

Puente Alto, y el resto de Chile, siempre ha votado por aquellos líderes que los representan adecuadamente y que son capaces de ayudarlos a solucionar sus problemas y materializar sus sueños. Puente Alto ha votado por candidatos presidenciales de izquierda, pero por alcaldes de derecha y por un senador de derecha. Pero ocurre lo mismo en el resto del país. La gente premia a los políticos que se la juegan por ellos y defienden sus intereses y castigan a aquellos políticos que se sirven a sí mismos. No se trata de izquierda o derecha, se trata de hacer bien la pega. Eso es lo que la gente premia. La gente vota por candidatos que sean capaces de representar sus sueños y de demostrarles que van a defender sus intereses cuando lleguen al poder.

¿Hubo exceso de exitismo en la primera vuelta?

Yo nunca fui parte de eso. Los que dieron esta elección por ganada tienen que responder a esa pregunta. Yo siempre he creído que las elecciones se ganan solo haciendo el trabajo bien y demostrándole a la gente que uno está de su lado. Los que creen que las elecciones se ganan mirando encuestas se llevaron una tremenda sorpresa el 19 de noviembre.

Hasta antes de la primera vuelta, muchos dirigentes de su sector hablaban de proyectar a la centroderecha en el poder por ocho, doce años. ¿Siente que el resultado de la elección fue un balde de agua fría para esa aspiración?

Yo estoy convencido de que tenemos que aspirar a proyectarnos hacia el futuro. A mí me gustaría ganar todas las elecciones en las que me presento. Pero para poder ganar el 17 de diciembre y para ganar futuras elecciones, tenemos que saber representar los sueños y las aspiraciones de la gente y tenemos que ser capaces de lograr que la gente confíe en nosotros y deposite en nosotros la responsabilidad de dirigir el país. Si lo hacemos bien, seguiremos ganando elecciones. Si lo hacemos mal, nos van a mandar para la casa de nuevo.

Pero, ¿están sentadas las bases en la centroderecha para un proyecto de largo plazo?

Nosotros tenemos valores social cristianos con los que se identifica una mayoría de los chilenos. Creo que la derecha tiene mejores respuestas teóricas y prácticas para el Chile de hoy. Pero no basta con tener mejores respuestas. Tenemos que tener también un mejor desempeño en el gobierno y nos tenemos que ganar la confianza de la gente. La gente tiene que creer que sus vidas van a mejorar más si nosotros estamos en el poder que si hay un gobierno de izquierda.

En esta segunda vuelta, la campaña ha adquirido un tono más duro. En esa línea, el comando de Piñera y el propio candidato han señalado que Guillier puede convertir a Chile en Venezuela, y lo han comparado con Maduro. ¿Coincide con ese juicio?

Yo no creo en el discurso del terror. Chile no va a ser Venezuela. Pero es evidente que hay una diferencias gigantesca entre la izquierda y la derecha. Si gana la izquierda, el gobierno va a ser una bolsa de gatos. Se van a pelear entre todos y no van a poder avanzar en ninguna dirección. No estoy diciendo que va a ser Venezuela, pero el país no va a poder enfrentar adecuadamente sus desafíos. Si ganamos nosotros, tenemos la oportunidad de demostrar que podemos hacer bien las cosas, que podemos avanzar para cumplir las metas, para lograr que los chilenos alcancen sus sueños.

¿Cree que es una forma correcta de encarar la campaña?

Hay que ir de frente, sin miedo. Hay que decir la verdad a los chilenos. Yo le digo a la gente que quiero educación gratuita para todos. Pero vamos a avanzar de a poco, de forma responsable. Y para poder avanzar, hay que crecer primero. La gente entiende eso. La gente no quiere que le regalen cosas. La gente quiere tener derechos y quiere asumir sus responsabilidades. Pero necesitan que el gobierno les dé una mano para poder salir adelante.

Piñera adquirió una serie de compromisos con usted. Uno de ellos fue el aumento de la gratuidad. ¿El compromiso original se circunscribió exclusivamente a la educación técnico-profesional o se contempló en algún momento aumentar también el 60% de cobertura a la gratuidad universitaria como usted planteó durante la campaña a primarias?

Vamos a avanzar lo más posible. Pero eso va a depender del crecimiento. Lo vamos a hacer de forma responsable y sustentable. No vamos a prometer cosas que no vamos a poder cumplir. Tenemos un sueño como país que es lograr la gratuidad universal. Pero los sueños se convierten en realidad solo cuando uno tiene un plan serio y responsable para alcanzar la meta. No basta con ponerse a soñar. Hay que trabajar duro para hacer realidad esos sueños. Si el país crece como esperamos, podremos avanzar mucho más en gratuidad.

¿Qué otras propuestas de su campaña debería incorporar Piñera para fortalecer su programa de gobierno?

El presidente Piñera sabe que para ganar hay que representar los sueños y las aspiraciones de los chilenos. La gente quiere un país más justo, con más oportunidades, sin abuso. La gente quiere compromisos sin letra chica. La gente no quiere promesas al vuelo, como hace la izquierda y como, lamentablemente, está haciendo Alejandro Guillier. La gente quiere promesas ambiciosas, pero quiere promesas que se puedan convertir en realidad de forma responsable y sustentable.

El día que anunció su incorporación al comando, usted dijo que sería el peor enemigo de Piñera si no cumplía lo acordado. Días después, sostuvo que “le voy a dar como caja” si no cumple. ¿Le genera preocupación que este acuerdo haya sido solo algo instrumental y que finalmente no se avance en las materias pactadas?

Yo dije esas cosas porque siempre he ido de frente y siempre he defendido mis valores y principios. Yo sé que el presidente Piñera va a cumplir sus compromisos. Con él en La Moneda, Chile va a crecer más que con Guillier. Por eso, la gratuidad va a avanzar más con Piñera que con Guillier. No se saca nada con querer gratuidad si no puedes hacer que el país crezca y se desarrolle. Guillier puede querer gratuidad, pero no va a poder hacer que Chile crezca y no va a poder cumplir su promesa. Con Piñera vamos a avanzar decididamente en ampliar la gratuidad hacia los que más lo necesitan.

En el comando no todos quedaron contentos con su incorporación. Cuestionan que usted ha mantenido un tono agresivo y que Piñera vio debilitada su posición al ceder a sus peticiones. ¿Qué opina de esos análisis que se han hecho en el comando?

No me voy a hacer cargo de rumores y de peleas. Las personas que andan reclamando debieran salir a la calle y ponerse a trabajar para que ganemos la elección. Si tienen problemas y quejas, que se vengan a la calle y me acompañen para que escuchen a la gente y se dejen de escuchar a sí mismos.

¿Qué opina de los que creen que usted se dio una voltereta al apoyar a Piñera?

Siempre he defendido mis principios y valores. Lo sigo haciendo. Nadie me ha dicho en la calle eso que usted dice. La gente me felicita por lograr que Piñera se comprometiera a seguir avanzando en gratuidad.

Al sumarse a la campaña de Piñera usted pone en juego su capital político. Si Piñera es Presidente, parte de ese éxito será suyo. Si, por el contrario, Piñera pierde, a usted le reprocharán que su aporte es insuficiente o su tardía incorporación a la campaña. ¿Tomó en cuenta estos factores al adoptar la decisión?

No ando haciendo esos cálculos políticos. El 19 de noviembre la gente habló y los chilenos enviaron un mensaje. Ellos quieren las reformas, pero no de la forma en que las hizo el gobierno de Bachelet. Quieren que las reformas se hagan bien. Si gana Piñera y hace bien las reformas, va a ganar la gente. Eso es lo que me importa.

¿Coincide con quienes creen que un triunfo del ex presidente con usted jugando un rol protagónico lo instala como potencial sucesor de Piñera para 2022?

Esa pregunta refleja por qué la gente rechaza la política. La gente cree que los políticos están interesados en sus propias carreras. A mí ahora me preocupa que avance la gratuidad, que haya una nueva Ley de Pesca, que haya elecciones directas de intendentes, que se terminen los abusos, que mejoren las pensiones, que disminuye la delincuencia. El gran error de la derecha en esta elección fue querer tomarse la leche antes de ordeñar la vaca. Muchos se estaban repartiendo el gabinete y otros ya estaban pensando en la elección presidencial de 2021. Yo no voy a cometer ese error. Mi única prioridad ahora es ganar la elección del 17 de diciembre. (La Tercera)

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