Muñequeros

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Yo no soy de los que creen que el episodio de la muñeca inflable refleje el país en que vivimos. Pensé que se trataba de un error de proporciones de una persona, Roberto Fantuzzi, que acumula un verdadero prontuario de bromas de mal gusto y fuera de lugar. La condena general del hecho por parte de todos, tendía a avalar aquello. Pero me equivoqué. La decisión de directorio de Asexma de respaldar la continuidad de su presidente, habla de que estamos en un problema mayor.

Aquí no bastan las excusas. Aunque fuera un error, el caso merecía actuar en consecuencia y aplicar una medida ejemplar. Lo único que hubiera salvado el daño, era echar a Fantuzzi. Al ratificarlo, los empresarios reunidos en Asexma entregan un pésima señal, porque respaldan el hecho, aunque digan los contrario.
Con esto, amplifican el problema de una manera inaudita. Lo generalizan, afectando la imagen no solo de ese grupo, sino de los empresarios en general. No es justo, es cierto, pero los errores tienen consecuencias. Acá pagarán justos por pecadores, porque si el daño ya era grande, ahora es devastador.

Pero eso no es todo. Cuando se escuchan las explicaciones respecto de la continuidad de Fantuzzi, pareciera que más que un respaldo, es casi un apoyo. Frases como que se trataba de una broma, de llamar la atención o que en la audiencia había mujeres que no protestaron, solo agravan el tema y dan cuenta de un problema mucho mayor que el error puntual de una persona.

Claro, a ellos nada les importó haber comprometido no solo la dignidad de las mujeres, sino también la de un ministro de Estado, dos candidatos presidenciales y muchos otros que se vieron envueltos en esta verdadera trampa de pésimo gusto. Con esto, se ponen sobre el bien y mal. Pareciera que nada les importara. Bueno, que después no se quejen cuando los critiquen.

En su declaración piden disculpas a las mujeres. Por favor, lo menos que se puede decir, es que se trata de otra broma del mal gusto. Es un discurso poco creíble luego de lo que han hecho. La verdad, es que todo parece una pantalla, un volador de luces, para ocultar su satisfacción con lo ocurrido.

¿Estarán de acuerdo los cerca de 500 socios de Asexma con lo sucedido? Bueno, uno solo puede concluir que sí, toda vez que el directorio que los representa ha decidido hacer la vista gorda, intentando hacer pasar esto como algo sin importancia. Que no digan otra cosa, porque lo mínimo que se hubiera esperado es la salida de Fantuzzi. Lo demás es música.

Ayer, en una entrevista de otro tema, Roberto Angelini, dijo que hoy es duro ser empresario. “Es cosa de ver la televisión y leer los diarios. Es un rol que está muy castigado y vilipendiado”. Bueno, tiene razón, pero casos como estos en nada ayudan a mejorar esa imagen.

Lo único que queda es que el resto de los grupos empresariales repudien lo sucedido. Que se desmarquen de este bochorno histórico que estamos presenciando. (La Tercera)

 Andrés Benítez

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