Ya en 2013 quedó como Vicepresidente de la República y, desde esta semana, debió quedar a cargo de La Moneda como único ministro titular, mientras sus compañeros de gabinete en Palacio salieron de vacaciones. La tarea le llega tres meses después de que uno de sus proyectos emblemáticos, el «Plan Araucanía», se viera cuestionado tras la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca.
Más que conflictos políticos, reconoce, su semana en este rol ha estado marcada por los desastres naturales como las lluvias en el norte y los incendios en el sur. «He estado en contacto permanentemente con el Presidente, él está de vacaciones más o menos nomás , está muy pendiente de lo que sucede», comenta, antes de iniciar su balance del año y el futuro del Plan Araucanía, entre otros temas.
-¿Qué balance realiza del primer año de gobierno próximo a cumplir?
-Muy positivo. Este es un gobierno que se ha caracterizado por enfrentar los problemas. La inversión está avanzando, que es lo que nos asegura que en los años que vienen vamos a empezar a tener mejores resultados. En el caso del empleo, creo que las cifras están empezando a repuntar. Y en materia de problemas importantes a resolver, como es La Araucanía, niñez o salud, creo que la forma de enfrentarlos en base a acuerdos nacionales ha sido extremadamente exitosa. Pero ya este segundo año van a estar en cuestión las principales reformas que quiere impulsar el Gobierno: la reforma laboral, la tributaria, pensiones, Carabineros, Fonasa e Isapres. En materia social: red clase media protegida, los cambios que mejoran las oportunidades para la clase media y los más vulnerables. Son los grandes temas que a la gente le preocupan y afectan en su día a día.
-¿Ha sentido el respaldo del oficialismo en su tarea?
-La coalición de Gobierno ha trabajado muy bien; Chile Vamos tiene un apoyo muy superior de lo que es la ex Nueva Mayoría. En general, ha trabajado como una coalición que apoya al Gobierno, que funciona bien entre ellos. Quizás ha sido una de las grandes ventajas de este Gobierno. Sin perjuicio de pequeñas diferencias, hay un proyecto apoyado por todos.
-¿Más ordenados que en el anterior gobierno de Sebastián Piñera?
-Más bien lo contrasto con lo que ha pasado con la oposición, donde ha habido muchas dificultades, y ha sido un proyecto que no es compartido.
PLAN ARAUCANÍA
-¿Cómo ve la marcha del Plan Araucanía?
-Este es un problema serio, que tiene mucho tiempo, quizás siglos, donde hay muchos dolores de todas las partes. Hemos desarrollado diálogo con comunidades y parlamentarios de oposición y de Gobierno, y con todos los que en esta materia pueden aportar, gremios y universidades de la zona, de manera que incluso sobre el trabajo que se había hecho a fines del Gobierno anterior, construir un camino en común que tiene muchas áreas. Entonces, cuando uno dice si acaso está caminando, todo está caminando, pero todo tiene distintos plazos. Ya hay cosas que se están notando. Esto va a continuar y la intención es que la inversión privada venga detrás de eso y que haya mejor actividad, mejor empleo y vayamos superando la pobreza.
-¿Comparte con Felipe Kast que en la zona están ganando los violentistas?
-Después de lo que sucedió con el joven Catrillanca y su muerte, hemos pasado momentos difíciles. Primero por lo que ha pasado relativo a Carabineros y la forma en que se han ido conociendo cosas que no eran veraces. Y segundo, por la violencia que se desató después, particularmente en el área de Malleco donde muchas personas lo han pasado muy mal por distintos atentados. Hemos tenido muchas dificultades en ese sector que esperamos que se resuelvan. Si no logramos controlar la violencia, todas las otras cosas, siendo todas muy importantes, serán más difíciles.
-El presidente de RN, Mario Desbordes, dijo que el Gobierno flaqueó en el apoyo a Carabineros…
-El Gobierno ha tenido que tomar decisiones muy difíciles y dolorosas con respecto a Carabineros, que es una institución vital a la cual hay que darle todos los recursos y todo el respaldo. Pero esto tiene que ser dentro del marco de la ley, de sus reglamentos. En ese sentido, el Presidente y el Gobierno no deja las cosas para después, actúa. En este caso hubo que actuar, naturalmente esas decisiones provocan dificultades, pero son las únicas que pueden poner las cosas en el camino que deben seguir, y que es el camino correcto.
-Doce gremios de La Araucanía lo nombraron como una persona non grata . ¿Cuál es su autocrítica?
-Los gremios en esta materia han sido muy colaboradores. No podemos esperar que vamos a ponernos a trabajar en resolver el problema y que todo el mundo pueda estar de acuerdo con cada una de las cosas que se realicen. Nosotros trabajamos con todos. Seguiremos teniendo a La Araucanía como primera prioridad, y no vamos a cejar en eso, porque es donde hay más violencia, más pobreza, más dificultades.
-¿Cuándo ingresarán las indicaciones a los proyectos relativos a la zona?
-Esperamos próximamente poder enviar los proyectos que vuelven a hacer algunas modificaciones, como a la ley de Consejo de pueblos y la del Ministerio Indígena. Se nos ha pedido que tengamos un trabajo en común para la modificación de la Constitución respecto del reconocimiento, y por eso nos hemos atrasado un poco, para enviarlo después de volver a conversar con los distintos sectores. La fecha depende del Presidente y de este trabajo en conjunto, pero lo importante es que sigue avanzando.
-En el caso del Ministerio Indígena y Consejo de pueblos, ¿cómo vio las críticas desde el oficialismo?
-Entiendo perfectamente que a alguien del grupo del Gobierno le parezca que no es conveniente porque tiene costos, porque ‘para qué’, si no va a ayudar tanto; y a otros les parezca que aunque sean iniciativas positivas, a lo mejor debiéramos dejarlas para después. Aquí necesitamos un apoyo muy grande. ¿Cómo no va a ser valioso tener un grupo amplio de personas de todas las sensibilidades y procedencias que lograron un acuerdo en que hay unanimidad sobre las distintas cosas’?.
-¿Considera que es necesario un nuevo ministerio cuando se critica el alto número de carteras?
-Concuerdo en que debemos tener menos ministerios y ser más eficientes en el manejo del Gobierno y del Estado. Pero el Ministerio Indígena permite crear una organización que les da representación. Hoy, un ministerio tiene la virtud también de mostrar que el tema de los pueblos originarios en Chile está en el lugar más importante.
-¿En cuáles proyectos sería más fácil llegar a acuerdos con la oposición?
– Creo que el Consejo de pueblos y el Ministerio Indígena debieran ser más expeditos, porque son proyectos que ya pasaron por su primer trámite constitucional y en su origen está en el Gobierno anterior. En el resto, es posible que sean más difíciles porque provienen de este gobierno: ley de cuotas, cambios a la ley indígena, reconocimiento constitucional, en que vamos a hacer una propuesta.
-¿Cuánto costo político le significa abordar el tema de La Araucanía?
-En general, La Araucanía ha sido un lugar donde la gente no quiere meterse porque tiene costos, un problema que está ahí hace mucho tiempo. Pero, por otro lado, no podemos olvidar a la gente que vive ahí, y debemos hacer todo lo que sea necesario para resolver esos problemas.
-¿Se siente cómodo en la política?
-Me gusta la política con mayúscula. Es una gran manera de poder servir a otras personas y al mismo tiempo poder llevar a la práctica las idea que uno tiene de cómo un país puede funcionar mejor. Pero en la práctica diaria es dura, es confrontacional, porque se confrontan las ideas de uno y otro y, por lo tanto, se compite; y las maneras de hacerlo son duras. Al final hay gente que está dedicada a mostrar que lo que hace el otro es negativo. Yo no creo en esa política.
-¿Considera que tiene este «cuero de chancho» para estar en política?
-Se desarrolla (ríe). Pero en el caso mío, no he tenido muchos problemas de esa índole. Pero, veo lo que les sucede a otros y sin duda que es difícil.
«En este segundo año van a estar en cuestión las principales reformas que quiere impulsar el Gobierno. Toda su discusión está en este periodoperíodo».
«Me gusta la política con mayúscula. Pero en la práctica diaria es dura, confrontacional. Hay gente dedicada a mostrar que lo que hace el otro es negativo. Yo no creo en esa política». (El Mercurio)



