Los Lirios de Caval

Los Lirios de Caval

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No son dos sitios eriazos -como aparecen en el Servicio de Impuestos Internos y han informado distintos medios- los que Caval le compró a Hugo Silva en la cuestionada operación que investiga el Fiscal Luis Toledo para determinar si hubo negociación incompatible, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.

Cada terreno cuenta con su respectiva casa: una de 200 m2 y la otra de 300 m2. De un piso, arquitectura moderna, en sitios de 2 mil m2 y 2.900 m2, respectivamente, están ubicadas en el exclusivo condominio Los Lirios de Requínoa. Este es uno de los favoritos de los empresarios de la zona y santiaguinos que se han ido a trabajar a la Sexta Región por su cancha de golf de 18 hoyos.

Las viviendas fueron levantadas hace dos años por el empresario Hugo Silva, quien había intentado venderlas sin éxito. Hasta que Caval aceptó recibirlas en parte de pago, aunque para simplificar la operación la figura escogida fue la compra. Caval acordó pagar $260 millones por una y $240 millones por la otra. En total, $500 millones, por lo cual la plata en efectivo a recibir por la sociedad de Natalia Compagnon, la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, y Mauricio Valero, eran $2.000 millones. Los restantes $7.000 millones fueron a pagar el crédito contraído por Caval con el Banco de Chile, cuyo vicepresidente y dueño, Andrónico Luksic, se reunió con Sebastián Dávalos, el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, quien no es socio de Caval, para tratar el asunto.

El cheque no llegó a manos de Caval. A raíz de la querella por estafa presentada por Silva en contra de la sociedad de Compagnon su defensa pidió una medida precautoria que acogió el Fiscal Toledo, a cargo también de este caso. El cheque por los $2.000 millones así como los dos que entregó Caval por cada una de las casas quedaron retenidos en la notaría Benavente.

Silva ganó un tiempo precioso, que probablemente le permitió elaborar una estrategia legal. Hubo problemas con los deslindes de los terrenos en las escrituras. Cosa que, a veces, ocurre en la venta de propiedades y para lo cual las partes entregan un poder a uno o dos abogados nombrados de común acuerdo para que hagan las rectificaciones y no sea necesario concurrir nuevamente a la notaría.

En este caso, fueron designados María Teresa Diez y José Manuel Tagle Quiroz, del estudio Philippi, que atiende a Hugo Silva. Fue Mario Silva, socio de esta oficina, el que presentó la querella por estafa en contra de Caval.

José Manuel Tagle es hermano de Arturo Tagle, gerente general del Banco de Chile, que le otorgó créditos a Caval para comprar las 44 hectáreas en Machalí al agricultor Patricio Wiesner, a través del síndico Herman Chadwick, y a Hugo Silva, que las adquirió más tarde a Caval.

Tagle es socio de Philippi y experto en el área inmobiliaria. Pero raramente un abogado de tanta experiencia se encarga de trámites menores como rectificar errores en escrituras de compraventa, lo que revela el cuidado del estudio de abogados por esta operación. E indirectamente, el interés del Banco de Chile, porque resulta difícil obviar el parentesco y menos sabiendo que Luksic se reunió con Dávalos y Compagnon, cuya sociedad tenía un capital de $6 millones y pidió y obtuvo un crédito por una cifra mil veces mayor.

Los problemas con los deslindes fueron informados por el Conservador de Bienes Raíces de Rengo a Caval, que se lo hizo saber a los abogados de Philippi. Pasaron diez días sin que nada se modificara, lo que generó fuerte molestia en la sociedad de Compagnon y Valero al punto que Igor Garafulic, abogado de Caval en la demanda laboral presentada por el comisionista Sergio Bustos, amenazó con todo tipo de acciones judiciales.

Tagle Quiroz hizo las correcciones para que los terrenos pudiesen inscribirse en el Conservador. Pero el tiempo corría, era más de la mitad de febrero y la inscripción demora unos 30 días. Más en Rengo, donde las oficinas se trasladaron de lugar, lo que ha enlentecido los trámites.

Caval no alcanzó a tener lista la inscripción, requisito necesario para cerrar la operación, cobrar los $2.000 millones y que Silva hiciera lo propio con los cheques por $500 millones correspondientes a las casas. El 9 de marzo el empresario presentó la querella por estafa y el 17 de marzo el Fiscal Toledo dio orden de retener los cheques en la notaría Benavente.

Hasta ahora, no se puede hablar del negocio redondo de Caval.

Tenía, además, una segunda parte: como Valero apostaba a que las 44 hectáreas de Machalí se venderìan mucho más caras con el cambio del Plan Regulador Intercomunal que transformaría esos terrenos agrìcolas en urbanos firmò el mismo 5 de febrero, después de suscribir las escrituras de venta con Hugo Silva, un contrato privado con él en otra notaría. Según detalla Qué Pasa Silva le dio la exclusividad a Valero por un año para vender esos terrenos y si el precio superaba los $14.700 millones, el socio de Caval se llevarìa un 26%. Si conseguía un valor mayor a esa cifra aumentaría su comisión a 35%.

Compagnon no habría quedado excluida, pues la sociedad de Valero -FVM- constituida con su hermana y su señora, que figura en el acuerdo notarial suscrito con Silva, sólo podría cederle este contrato a otra sociedad representada y controlada por Valero, y la ùnica que tiene esa calidad es Caval, afirma Qué Pasa.

Por último, ¿por qué los dos terrenos que Caval le compró a Silva en el condominio Los Lirios aparecen como sitios eriazos en el SII? Las respuestas son dos: o el municipio de Requínoa hizo la recepción final de las viviendas y se ha demorado en notificar al SII o el SII se ha tomado más de un año y medio en ir a inspeccionar las casas para recalcular el pago de contribuciones.

Extrañamente, aunque están en el mismo condominio que es urbano, uno de los terrenos paga $199 mil de impuesto territorial trimestral, porque se le aplica una recarga de 100% debido a que para el SII es un sitio eriazo. El otro, que tiene la misma calidad, cancela $71.052 trimestrales, porque no se le cobra recarga.(El Mostrador)

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