«Nos comprometemos en cuerpo y alma a lograr que la seguridad que afecta tanto a la ciudadanía, se mejore, se acreciente y podamos tener una vida más tranquila». Esas fueron de las primeras palabras que Hermes Soto dirigió a los miembros de la institución, cuando asumió como general director de Carabineros, el 14 de marzo. Desde entonces, 281 días han pasado.
El Presidente Sebastián Piñera lo designó en reemplazo de Bruno Villalobos, quien renunció al cargo en medio de la crisis que golpeaba a la institución a raíz del mega fraude al interior de Carabineros y de la polémica y fallida «Operación Huracán». Su gestión al frente de la institución ha estado marcada por una serie de hechos. Filtración de hoja de vida Soto era el jefe de la Zona Metropolitana, cargo que dejó cuando fue nombrado por el Mandatario quien le encomendó una misión: Llevar a cabo una profunda modernización de Carabineros que, tras los escándalos, apunta a privilegiar la labor de prevención y no la investigación del delito.
Esta última área fue duramente golpeada por «Huracán». «Le he encargado avanzar en la conformación del nuevo alto mando de la institución para iniciar con mayor fuerza y a la mayor brevedad un profundo proceso de modernización, tanto administrativa, operativa, como tecnológica y de equipamiento de Carabineros de Chile», indicó el Presidente durante la presentación oficial de Soto como general director.
En medio de su nombramiento, y aún sin siquiera haber asumido su nuevo cargo, el entonces nuevo mandamás policial enfrentó lo que sería la primera polémica en sus nueve meses de gestión: la filtración de su hoja de vida. El documento oficial fue dado a conocer en Twitter por el diputado Hugo Gutiérrez (PC), y allí registraba un arresto en 1985, cuando tenía el grado de subteniente, por sostener supuestos vínculos con un lenocinio. En la ocasión, Soto reconoció que recibió un castigo disciplinario, cuando tenía 21 años, y sostuvo que el hecho no influyó en su carrera. «Yo creo que lo que tenemos que hacer es trabajar por el país, trabajar con fuerza, porque desde esa época hasta hoy han pasado 33 años. Son situaciones ocurridas en una época bastante antigua y que no me afectaron nunca en el desarrollo de mi trabajo en Carabineros, porque yo jamás tuve una situación de otra índole», manifestó. 1981 año en que ingresó a Carabineros
Finalmente se reveló que la información había sido facilitada por el comandante Jorge Espinoza, quien recibía órdenes del general (r) y ex subdirector de Carabineros Julio Pineda. Ambos fueron sometidos a proceso por la Fiscalía Militar.
Retiro de un tercio del Alto Mando
En su primera actividad pública como nuevo general director de Carabineros, Hermes Soto, se refirió a las investigaciones del fraude y la «Operación Huracán». En esa línea, anunció que se harían importantes modificaciones en la institución.
«Se requiere hacer cambios. Así lo señaló el señor Presidente de la República. En este caso el encargado de hacerlos soy yo, esperamos que todo resulte bien como lo esperamos en la institución y en el Gobierno», manifestó. A tres días de esas declaraciones, el Presidente Piñera aprobó la propuesta del nuevo Alto Mando de Carabineros presentada por el general director, lo que implicó el paso a retiro de 15 generales y el ascenso de 16 coroneles, siendo ésta la mayor reestructuración al interior de la institución desde el retorno a la democracia.
«Sobresueldos»
El 11 de abril, estalló una nueva polémica que pondría en jaque al líder de Carabineros. Un informe de la Contraloría General de la República reveló la entrega de supuestos «sobresueldos» a altos mandos de la institución que comandaba, la PDI y las FF.AA., por ser parte de directorios y consejos de mutualidades.
El hecho fue dado a conocer por el programa «Informe Especial» de TVN, en el que se consignó que dichas autoridades habrían recibido una remuneración extra en sus sueldos de $2 millones, en promedio.
En la ocasión, desde Carabineros emitieron un comunicado asegurando que el general director Hermes Soto no había recibido pago alguno desde su asunción. Caso Catrillanca La muerte de Camilo Catrillanca impactó tanto al Gobierno como al Alto Mando. De hecho, a poco más de un mes del hecho, la institución ha dado de baja a siete efectivos -dos de ellos en prisión preventiva-, y ha acogido la renuncia de otros tres: uno era el cuarto en línea de mando. En el proceso, diversas voces solicitaron la renuncia de Soto. Estas sonaron más fuerte después de revelarse la existencia de videos con fuertes imágenes del operativo policial en el que murió el comunero mapuche, que derrumbaron sus afirmaciones iniciales que formuló ante la fiscalía, el Parlamento y el Gobierno, además de la opinión pública.
En esa línea, incluso el padre de Camilo, Marcelo Catrillanca se sumó a las críticas, y apuntó a su responsabilidad y a la del ministro Chadwick. «Desde el primer momento dijimos que el intendente de ese entonces (Luis Mayol) y el ministro del Interior (Andrés Chadwick) mintieron. Por lo tanto, nosotros nos quedamos tranquilos, pues desde el primer momento dijimos la verdad. Ahora que ellos asuman la responsabilidad», puntualizó.
Asimismo, el padre del comunero declaró que el general Soto «tiene que ser imputado y condenado, porque él también ocultó la verdad de los funcionarios que estaban a su cargo en ese momento», recordando que el representante de Carabineros aseguró que el único video que existía del operativo, había sido destruido.
La frialdad de La Moneda
Luego de que durante el miércoles se conocieran las inéditas grabaciones sobre el cuestionado operativo policial, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, entregó las primeras declaraciones en representación del Ejecutivo. En medio del punto de prensa, el secretario de Estado fue consultado por la continuidad de Hermes Soto y por primera vez, desde la muerte de Catrillanca, el gobierno optó por no respaldar de forma pública al general director de Carabineros. «Mañana (hoy) seguiremos transmitiendo y comunicando las decisiones que se van adoptando», respondió Chadwick ante la pregunta de los medios.
Aquella frase contrasta con la posición que La Moneda tomó en los hitos que anteriormente marcaron el caso. Uno de ellos fue cuando, pese a ser citado al Palacio de Gobierno a raíz del polémico video grabado por el ex sargento Carlos Alarcón, desde el Ejecutivo respaldaron su actuar asegurando que «no está en cuestión la evaluación del general director». En este contexto fue que La Moneda le solicitó su renuncia.
Emol/Agencias
