Liderazgo escolar: fortalecer, no retroceder

Liderazgo escolar: fortalecer, no retroceder

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A pesar de que existe consenso de la importancia que tienen los directores en la mejora de la escuela y en los aprendizajes del estudiante, en la discusión pública este tema no ha sido tomado con la debida seriedad. Ejemplo de ello es que no se tomara en cuenta en la Ley de Desarrollo Profesional Docente.

Si bien se han introducido una serie de cambios en el último tiempo, como su selección por Alta Dirección Pública (ADP) y el fortalecimiento en las políticas de formación de directores que realiza el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (Cpeip), éstos no han sido suficientes. En consecuencia, observar el impacto de estas modificaciones en el desempeño de los alumnos ha sido difícil debido -en parte- a que, en la práctica, el contexto de la escuela y la excesiva burocracia no han permitido al director ejercer realmente sus capacidades ni las facultades que le entrega la ley.

Es por ello que llama la atención el proyecto de ley presentado por un grupo de diputados de oposición, que, contrario a toda la evidencia y sin presentar fundamentos, buscan volver atrás los cambios introducidos en la Ley 20.501 el año 2011, restringiendo nuevamente las facultades de los directivos. La iniciativa no sólo significaría un retroceso, sino que además no da solución al problema ni atiende a las preocupaciones que los propios directivos han manifestado, que dicen relación con la falta de autonomía para la toma de decisiones, entre otras.

En vez de seguir planteando políticas aisladas que sólo atacan a problemas superficiales, debiésemos enfocarnos en fortalecer los liderazgos, avanzar en la formación y preparación de los líderes al interior de las escuelas y generar las condiciones para una “carrera directiva”. Además, eliminar la alta carga burocrática que los mantiene sumidos en las labores administrativas en vez de cumplir sus funciones de liderazgo pedagógico, tomando en consideración las recomendaciones que hiciera la Comisión Todos al Aula. Y, por supuesto, es fundamental y urgente darle las atribuciones a los directivos para que efectivamente puedan generar los cambios dentro de la escuela.

Para que exista liderazgo pedagógico, los directores deben contar con las atribuciones mínimas que les permita ejercerlo. Hoy los directores municipales tienen prácticamente incidencia nula en la contratación y despido de profesores. Tampoco tienen mayor injerencia en lo que se refiere al currículo, ya que son resueltos por el sostenedor o el Ministerio de Educación, y tienen menor influencia que los particulares pagados y subvencionados en gestión de financiamiento. Lo que significa que tienen una menor capacidad de mejora respecto de los otros tipos de establecimientos.

En su más reciente cuenta pública el Presidente Sebastián Piñera anunció un proyecto que buscaba fortalecer el liderazgo directivo. Es de esperarse que dicha iniciativa vaya en la línea de dar mayor autonomía y no seguir restringendo las pocas facultades con las que cuenta, teniendo una mirada integral respecto de la labor que realizan dentro de la escuela.

Magdalena Vergara/El Líbero

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