Legionarios de Cristo: millonaria red en paraíso fiscal, según «Pandora Papers»

Legionarios de Cristo: millonaria red en paraíso fiscal, según «Pandora Papers»

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Los «Pandora Papers» revelaron una opaca red de fideicomisos y empresas subsidiarias desplegada en la última década por sacerdotes y empresarios cercanos a los Legionarios de Cristo desde un paraíso fiscal, que desde ese entonces ha acumulado más de 295 millones de dólares en activos en sectores como el inmobiliario, tecnológico y petrolero.

Según publicó El País, esta millonaria estructura financiera fue creada durante la investigación encargada por el Vaticano a la institución, una vez que salieran a la luz múltiples escándalos de abuso sexual y la opacidad de sus finanzas desde que Marcial Maciel la creó, montándose un esquema para absorber dinero a través de tres fideicomisos en Nueva Zelanda, destino frecuente para evadir impuestos.

El 6 de julio de 2010, y antes de conocer quién intervendría en la congregación, se creó The Retirement and Medical Charitable Trust (Fideicomiso Caritativo Médico y de Jubilación, RMCT), con el fin de «recaudar donaciones y hacer inversiones» para «asistir financieramente a miembros retirados, afectados mentalmente, o heridos en algún accidente».

Pero detrás de esta fachada, el histórico arquitecto de las finanzas legionarias, el sacerdote mexicano Luis Garza Medina, junto a dos de sus hermanos empresarios, abrieron el 15 de noviembre de 2011 Salus Trust y AlfaOmega Trust, dos fideicomisos que invertían millones de dólares supuestamente provenientes de «una herencia familiar».

Pese a que aseguran que el dinero inicial inyectado en estos fideicomisos era propio, los millonarios beneficios que generaban las inversiones iban a parar a RMCT. Y si bien la orden justifica la creación de su propio fideicomiso por ser «un instrumento legalmente establecido», rechazó ser propietaria o tener control de AlfaOmega y Salus, indicando que los millonarios beneficios que reciben desde la estructura de Garza Medina son una generosa contribución.

«No es poco común que miembros y sus familias decidan libremente dar donaciones a la congregación o a otras causas religiosas y de beneficencia», remarcan.

Sin embargo, el vínculo apuntado por el reportaje se evidencia en más de mil correos, contratos, registros financieros o propuestas de inversión, puesto que la ley neozelandesa obliga a reportar acuerdos económicos y distribuciones recibidas.

¿EN QUÉ INVIERTE LA ORDEN?

Al 2017, AlfaOmega contaba con activos por 148 millones de dólares, mientras que Salus acumulaba cerca de 147 millones, dinero que fluía a través de cuentas en cuatro bancos suizos y hacia inversiones en América y Europa, por medio de dos compañías radicadas en Reino Unido: AOG Investments y LUS Investments, que llevaban adelante las operaciones comerciales.

La española Proaltus Capital recomendaba cuándo y dónde invertir, apuestas financieras que incluyen desde proyectos petroleros en el Caribe, hasta propuestas de desarrollo de tecnología biomédica; incluso destinaron un millón de dólares en franquicias de Kentucky Fried Chicken.

Pero gran parte del dinero fue invertido en propiedades residenciales ubicadas en una decena de ciudades de Estados Unidos, y de hecho, muchas empresas conocerían el origen de los fondos, ya que Aspen Trust -compañía que administraba los fideicomisos- enviaba correos a los posibles destinatarios de inversiones indicando que el beneficiario era RMCT.

¿QUIÉN SE HACE CON LAS GANANCIAS?

La investigación además apunta que los activos acumulados aparentemente benefician a los pocos miembros de la institución que son considerados consagrados, categoría para la que se necesita una fidelidad y una entrega superior al resto, económicamente hablando.

De esta manera, el patrimonio de grupos adinerados de México, históricos benefactores de la congregación, terminó fusionándose con el dinero de la orden, como es el caso de Garza Medina.

«En la Legión, cada miembro continúa siendo propietario de sus posesiones, pero tiene que poner a alguien más a cargo de la administración», justificó el portavoz de la congregación, aunque no es el caso del sacerdote mexicano, ya que su familia no puede acceder a los montos de los fideicomisos, por haber sido donados irrevocablemente a ellos.

Si bien Garza Medina fue desplazado de su importante cargo con la intervención del Vaticano, es probable que todavía juegue un rol clave en cuanto a las finanzas: su hermana Roberta Garza Medina incluso asegura que nunca dejó de tener el mando de las cuentas, pues «la mayoría de los activos no están a nombre de la Legión, sino a nombre de los prestanombres de mi hermano». (Cooperativa EFE)

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