Venía dando que hablar en los análisis políticos, pero con la protesta que enfrentó anteayer en Quintero, el tema se hizo ineludible. ¿Se está exponiendo más de la cuenta el Presidente Sebastián Piñera? ¿Es un accidente o se acabó el diseño original de que los ministros salgan al frente y él se cuide? ¿Está volviendo a ser el del 2010 o nunca dejó de serlo? El derrotero de sus últimas semanas deja éstas y varias otras interrogantes entre sus asesores, dirigentes oficialistas y piñerólogos que estuvieron bajo sus órdenes en su primer cuatrienio.
Las luces de esta nueva actitud venían desde antes del cambio de gabinete que tuvo que hacer el 9 de agosto; ya había tenido que salir a defender a Gerardo Varela (pese a que en privado lo había reprendido y advertido que le quedaba una vida, como pasó) y algunos en el Ejecutivo se preocuparon al verlo nuevamente “chacoteando”, cortándole el mechón de pelo a la intendenta Karla Rubilar, quitándole el gorro a un feriante porque se picó con una broma suya… en fin.
Desde entonces, el gobernante no ha parado: salió a defender a su cuestionado subsecretario Luis Castillo, dio varias y sucesivas entrevistas en contexto de incertidumbre económica y hasta una cadena en TV por la reforma tributaria. En su repentina y accidentada expedición a Quintero -que sus asesores desaconsejaron, se ha insistido hasta el hartazgo-, sin siquiera una avanzada que midiera riesgos “lo traicionó su naturaleza”, advirtió esta mañana el rector de la UDP, Carlos Peña en Radio Duna.
“Traía una estrategia, una actitud, a la hora de manejar el gobierno, muy inteligente, porque lo alejaba de aquella actitud frívola, juguetona, casi payasesca, con que se manejó en muchas ocasiones durante el primer gobierno”, describió.
Sigue: “Lo que ocurrió con su visita a Quintero es probable que esté movida por esa pulsión suya de intervenir personalmente. Es probable haya sentido como un sacrificio menor esto de estar tan contenido, y tuvo un momento de expansión. Pero no creo que pase a mayores”, recalcando que “es de esperar que los asesores lo sujeten y lo contengan”.
«EL RIESGO ES QUE SE PASE CUATRO PUEBLOS»
Una opción que acarrea peligros, según advierte Roberto Izikson (Cadem), quien trabajó en la Secom en su primer gobierno: “El riesgo de esa estrategia es el sobregiro al 2010. Cuando Piñera se libera de sus amarras, el riesgo es que se pase cuatro pueblos”.
Eso, aunque Izikson cree que fue “necesario” optar por un mandatario más presente. “Él decide apostar por esta movida, pese a los riesgos. No creo que sea malo. Es una estrategia distinta a la original. El diseño orginal era correcto: él escoge sus pautas con cuidado, mide sus intervenciones… pero eso requiere de un gabinete muy alineado y muy activo, que es lo que no tuvo, y es lo que no está teniendo”.
Por eso, dice “la intervención del Presidente en Quintero no habría sido necesaria si es que los ministros de Salud y Medio Ambiente hubiesen logrado encausar la crisis. Acá él entró a parchar”.
Y advierte que “se mantiene este nivel de presencia, corre el riesgo de pagar con su desaprobación. Él necesita citar a un consejo de gabinete, ordenar las prioridades, empoderar nuevamente a sus ministros y sacarlos a la calle”.
«ES PROBABLE QUE LE CUESTE SALIR DE LA CANCHA»
“Hasta ahora veíamos al Presidente que se mantenía más en segundo plano. No me cabe duda que dirigiendo el funcionamiento de la orquesta desde atrás, pero llegó el momento en que sintió que eso no estaba siendo suficiente y decidió hacerlo”, es la óptica del abogado Gonzalo Cordero.
“El que baje a la cancha se podría entender como una crítica explícita al comité político pero también es una cierta forma de blindaje del mismo”, añade.
Y anota que “el riesgo obvio es desgastar la figura presidencial, que es la única que en un régimen presidencialista no tiene reemplazo, y sobre todo cuando le quedan 3/4 de su gobierno”.
Sigue: “Riesgo asociado a que es probable que el Presidente, una vez que baja a la cancha, le cueste mucho salir de ella”.
RN, UDI, EVOPOLI: «TIENE QUE SER LÍDER»
Diagnóstico que no comparten en los partidos. “Hay ocasiones en que el Presidente tiene que ejercer el rol de liderazgo al que obliga su cargo. Cuando salió a poner orden ante el ruido de los partidos, fue ejercer su rol de jefe político. Lo de Quintero ha sido puntual”, observa la jefa UDI Jacqueline Van Rysselberghe.
“Me parece bien que el Presidente se involucre directamente en temas importantes. Yo creo que la imagen presidencial es muy potente, sobre todo en estos tema trascendentes y sensibles”, acota Mario Desbordes (RN).
“Las canas le han hecho bien, y el capítulo Quintero es puntual. Me consta que hay una experiencia y aprendizaje, un Jefe de Estado que es un entrenador que deja al equipo jugar, pero que cuando siente que tiene que poner su capital político, lo hace”, añade Hernán Larraín Matte (Evópoli), quien estuvo en su segundo piso en su primer período.
¿Qué dicen en La Moneda? Que la prioridad es mostrar un gobernante activo, que sale a zanjar los conflictos antes y no dilatarlos como en su primer gobierno. Así pasó, por ejemplo, en la crisis que protagonizó la entonces intendenta Jacqueline van Rysselberghe -que se estiró cuatro meses, desangrando al oficialismo-, o la del gas en Magallanes, que precipitó un cambio de gabinete.
Claro que en otras, Piñera se involucró personalmente, como también recordó Peña: “Cuando convocó a los dirigentes estudiantiles a La Moneda, pretendiendo él mediar o negociar directamente con los estudiantes el fin de las movilizaciones, y fue un fracaso gigantesco”.
Entre los colaboradores más cercanos del mandatario insisten en que “no hay cambio de estrategia”, sino que “hay momentos que requieren que esté más presente, sus atributos para de liderzago y capacidad de resolver problemas son muy altos. La clave es la flexibilidad para adaptarse a la coyuntutra sin perder el eje central de conducir la agenda”.
SCHMIDT Y SILVA, ENFRENTADAS
“Para el Presidente debe ser complejo porque Carolina Schmidt se está enfrentando a una de las mujeres más cercanas a él, Loreto Silva” destaca un dirigente de Renovación Nacional al resumir parte de la crisis que hoy enfrenta el Ejecutivo a raíz del conflicto medioambiental en Quintero y Puchuncaví: el choque entre la titular de Medioambiente y la exministra de Obras Públicas, que hoy encabeza la Empresa Nacional de Petróleo, Enap. Esta última compañía ha sido sindicada como responsable de la emanación de gases tóxicos.
Según afirman en Chile Vamos, la situación es “complicada” y de difícil resolución. Schmidt ha encabezado la arremetida del Gobierno en la zona y, según parlamentarios, se “apresuró” al atribuir la responsabilidad de este episodio a ENAP, generando un flanco adicional a la ya difícil resolución de un problema que se arrastra por décadas. Sin embargo, destacan, ha estado presente, conforme con la distinción que ha decidido realizar esta administración respecto de la de Michelle Bachelet: “Acá la orden es estar donde están ocurriendo las cosas”, sentencia un parlamentario que agrega que Smith, en su primer día en el congreso, interrumpió sus actividades y se fue a trabajar a terreno por este tema.
Eso, y el escaso tiempo que lleva en el cargo, apenas dos semanas, hacen que el oficialismo estime que podrá sortear este episodio, aunque un eventual conflicto de interés al que aludido la oposición, y que piden que sea investigado en Contraloría y que forme parte de una comisión investigadora sobre el caso, ha encendido las alarmas: Fernando Barros, presidente del directorio de Oxiquim, una industria de la zona, fue socio por 17 años de Gonzalo Molina, el esposo de la secretaria de Estado. El vínculo es, en rigor, indirecto, pero puede entregar réditos políticos.
En este escenario, el diputado Javier Macaya (UDI) defiende la gestión de Schmidt. Apunta a que le “parece bien que desde el día uno, el Gobierno, a través de la ministra y el Presidente, hayan tomado el mando en esta crisis, sin quedarse con un liderazgo de oficina. Se asumen riesgos, sí, pero es correcto. Ahora hay que dar con las causas de la intoxicación y tomar medidas y para eso estamos contra el tiempo”.
En este cuadro y con el impacto del informe contratado por Enap, que apunta a exculpar a dicha empresa, la ministra -vía Twitter- salió a declarar hoy que “no existe contradicción entre los estudios contratados por Enap y la resolución de la SMA. Enap debe entregarlos como antecedentes en la investigación en curso. Será la SMA quien finalmente determinará su culpabilidad o inocencia”. (La Tercera)