Las derechas en la recta final de la presidencial

Las derechas en la recta final de la presidencial

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“Entramos a la recta final de la elección presidencial. Estamos a tan solo un mes y se acaban los tiempos. Qué duda cabe que es para la derecha una elección muy especial y diferente. Lo es porque desde el retorno a la democracia que no se enfrenta con un ambiente tan ganador. Tres de los cuatro candidatos con más adhesión en las encuestas son del sector y la suma de ellos bordea en todas las encuestas cerca del 60%. Es por ello que todo indica que el próximo Presidente se define en la primera y no en la segunda vuelta. El candidato de la derecha que pase, salvo un hecho a estas alturas bastante improbable, asumirá la Presidencia el próximo año.

Termina así definitivamente nuestra transición. Asumirá alguien que votó por el Sí en el plebiscito del 88. Culmina así un largo camino de la derecha que se inició con la notable candidatura de Joaquín Lavín en 1999, con su emblemática campaña “Viva el Cambio”, que elevó ese 43% al 49%, en ese histórico empate técnico en primera vuelta con Ricardo Lagos, continuó posteriormente con Sebastián Piñera, que votó que No, en dos ocasiones como Presidente, y por último, todas las encuestas señalan que será Evelyn Matthei o José Antonio Kast, teniendo este último, obviamente, la primera opción, según todas las encuestas.

Este cierre de nuestra transición se da también en un contexto inédito. La candidata del oficialismo es del Partido Comunista, que llamó a no inscribirse en los registros electorales en el plebiscito del ’88 y fue opositor a los cuatro gobiernos de la Concertación. Solo se incorporó al gobierno cuando ésta inició su desaparición en el gobierno de la Nueva Mayoría, en el segundo gobierno de Bachelet, al apoyar a Guillier, traicionando al expresidente Ricardo Lagos que tuvo que bajar su candidatura, ya que el PS no lo apoyó. Como era de esperar, las consecuencias políticas de esa decisión permitieron el surgimiento de una nueva generación de izquierda que, junto al PC, sustituyeron a la exitosa coalición que gobernó cuatro periodos seguidos el país.

Dicho proceso culminó afortunadamente para el país con una derrota aplastante para el actual gobierno en un plebiscito refundacional donde la ciudadanía lo rechazó por un 62%, obteniendo el Presidente Boric un 38%, 6 puntos menos que lo que obtuvo Pinochet después de gobernar 17 años, al obtener un 44% el año 88. Como los famosos 30 años fueron para la gente los mejores años de su vida y no los peores como nos pretendieron convencer, ese resultado del plebiscito, más el de la reciente primaría de los partidarios de este gobierno, que despejó la hegemonía de la actual izquierda, permitieron cerrar definitivamente nuestra transición.

Con esta generación que hoy gobierna el país, que logró alcanzar sorpresivamente el poder criticando todo lo hecho en tres décadas, finaliza el ciclo de elecciones presidenciales en que lo ocurrido durante el Gobierno Militar influía en el resultado. Hoy eso por primera vez no es tema. El eje del Sí y el No, o el de derecha-izquierda, están totalmente sobrepasados y es la seguridad, atributo muy favorable que la ciudadanía le atribuye al Gobierno Militar, y no otro tema, el que decidirá el ganador. Si alguien cree que la elitista discusión del recorte fiscal mueve la aguja, está profundamente equivocado.

El día que la izquierda optó por Jara y no por Tohá, eligiendo una candidata del partido político que menos garantiza volver a la normalidad, a la tranquilidad, le dejó el camino libre a José Antonio Kast para poder acceder a la Presidencia, ya que obtuvo un 44% en segunda vuelta, hace tan solo 4 años.

Observo cómo algunos con mucha ingenuidad -tal vez traicionados por lo que quisieran que ocurra- creen que la izquierda va a abandonar a su candidata para apoyar en primera vuelta a Evelyn Matthei para impedir que Kast pase a segunda vuelta. Eso jamás ocurrirá. El mejor “jefe de campaña” que tiene Matthei, es Johannes Kaiser. Si este último no se hubiese inscrito como candidato, la elección estaría totalmente resuelta, ya que el mismo día que el oficialismo inscribió su primaría, se terminó el posible escenario de una segunda vuelta germano-alemana, como se le llamó a la opción de que pasaran a segunda vuelta dos candidatos de derecha.

La izquierda dura en Chile es un 30% y ese hubiese sido el piso de votación de cualquiera que ganara la primaria del gobierno. Basta ver las encuestas que le dan sostenidamente ese porcentaje al peor gobierno que hemos tenido desde el retorno a la democracia.

Ahora solo falta definir la hegemonía de la derecha en la primera vuelta. A tan solo un mes se puede concluir de la encuestas más serías que, del electorado que se define de derecha y centro derecha, cerca del 45 +/-2% se inclina por Kast, un 25 +/2% por Matthei y un porcentaje algo menor, por Kaiser. Es decir, cerca de dos tercios del electorado que se define del sector está por los K. Está clarísima la señal del electorado de derecha. Por lo tanto, si Chile Vamos cree que le trae dividendos atacar al candidato del Partido Republicano, seguirá cometiendo errores.

El único camino para revertir el actual escenario es apostar con un hecho inédito, sorpresivo y que permita salir del statu quo en el que se encuentra, como podría ser, dar a conocer un gabinete de excelencia conformado por ministros que garanticen un gobierno nacional y transversal que recoja lo mejor de los ya citados 30 años, con un equipazo en economía, pero principalmente, en seguridad y en el control de la inmigración ilegal. En el fondo, profundizar y perfeccionar su gran atributo: que ella es la única que cuenta con un gran equipo para gobernar y cumplir las promesas de campaña.

La gente clama por volver a tener las oportunidades que estaba teniendo hace 10 años. Quiere volver a lo mejor de los 30 años. Tiene que disputarle a Kast el voto al que lo único que le importa es el tema de la seguridad. Hoy la delincuencia afecta a las zonas populares, pasó a ser irrelevante el robo o el asalto en los sectores más acomodados como era antes. Hoy el narcotráfico, el crimen organizado y el sicariato dominan gran parte de nuestro territorio, asesinando a destajo, cobrado peajes para llegar a las casas o debiendo pagar por protección para tener un pequeño local. Dada la situación a la que hemos llegado, esto definió la elección y Kast lo supo leer oportunamente y se posicionó en esos sectores como el más capaz de combatirlo.

Si Chile Vamos no crea un hecho que genere impacto en las próximas semanas para revertir el escenario actual, creo que lo más probable es que un sector de la derecha va a comenzar a transitar hacia el candidato de la derecha con más opción de pasar a la segunda vuelta, para contribuir a derrotar a la candidata comunista, también en primera vuelta.

Si Kast hace una campaña  simple, llamando los últimos días a que lo apoyen para ganarle a Jara también en primera vuelta, creo que la suma de los dos que pasen a segunda vuelta tenderá a concentrase en torno al 60 +/-2%. Puede que muchos que han transitado las últimas semanas desde Kast a Kaiser vuelvan, para que no pase la candidata del PC en primer lugar a segunda vuelta. Ese es el voto útil que está disponible en esta ocasión, y no otros”. (Ex Ante)

Pablo Longueira