Las causas del nihilismo-Daniel Mansuy

Las causas del nihilismo-Daniel Mansuy

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Lamento decepcionar, una vez más, a Fernando Atria, cuya elevada inteligencia no admite interlocutores dignos de ese nombre. Lamento también seguir alimentando su doloroso sentimiento de incomprensión: nadie nunca lo ha entendido. Todo esto puede parecer una ironía vana, pero en rigor mi contradictor nunca se ha dignado a tomarse en serio las críticas. Por lo mismo, en “Razón bruta” —donde “responde” a quienes lo criticamos— afirma que dicho trabajo “no es digno de figurar como publicación en ningún registro académico”. No merecemos nada.

Pero, en fin, y a riesgo de volver a importunarlo, debo decir que Atria persiste en la actitud de no responder; y, peor, sus sofismas son cada vez más visibles. Mi punto es muy simple. Él —y muchos otros— decidieron cohonestar la violencia desatada el 18 de octubre, y lo hicieron por el peor de los motivos: porque era funcional a sus objetivos políticos. Dicho de otro modo, quisieron manipular la violencia para impulsar su proyecto (sabiendo que otros pagaban la cuenta: sus barrios nunca estuvieron expuestos). No advirtieron que la violencia no admite ese uso —como puede comprobarlo todos los días Izkia Siches—, y nos tomará décadas salir del entuerto.

Por lo mismo, lo menos que puede decirse es que las tesis de Atria no han envejecido bien. Por de pronto, no es seguro que nuestra crisis haya sido fundamentalmente constitucional (que es la lectura que él empujó, para que la realidad calzara perfectamente con su teoría). De hecho, la propia Convención le debe buena parte de su fracaso al intento de aplicar las ideas enarboladas por Atria, según quien el 18-O fundaba una nueva legitimidad con plena autonomía del pasado. Así, han agravado la crisis en lugar de contribuir a su superación.

No espero que Fernando Atria se haga cargo de sus responsabilidades. Las profecías son, por definición, irrefutables —aunque, a veces, el fuego termina consumiendo al profeta—. Mi problema es distinto: algún día, habremos de recoger los escombros, e intentar comprender por qué tantos celebraron la destrucción de nuestras ciudades y alimentaron el desprecio de nuestro pasado. Ese día, tendremos que preguntarnos por las causas intelectuales del nihilismo que asoló nuestra tierra. Ese día, nos encontraremos con Fernando Atria. (El Mercurio Cartas)

Daniel Mansuy