La última misa de Mariano Puga, «el cura obrero» de la Villa...

La última misa de Mariano Puga, «el cura obrero» de la Villa Francia

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Eran las 10.15 y en la capilla Cristo Liberador de Estación Central sonaban las campanas que llamaban a los fieles para iniciar la misa. Pero no era una celebración como cualquier domingo, ni quien la presidía era un sacerdote anónimo.

Se trataba de la última misa que Mariano Puga ofició en la Villa Francia antes de partir, el próximo 8 de enero, a un viaje de tres meses a Filipinas y Francia, que lo tendrá fuera de su comunidad hasta Semana Santa. Y ahí estaba él en la puerta de la iglesia, recibiendo con una sonrisa a los que entraban al templo.

Dentro del recinto, las bancas y las sillas estaban dispuestas con forma de medialuna y con el altar al centro. Las paredes se vestían con imágenes de Alberto Hurtado, de Óscar Romero, del Papa Francisco y otros santos. También había una cruz con los nombres y las fotos de los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo, junto a carteles que pedían “verdad y justicia”.

Con su característico acordeón blanco, el “cura obrero” entró a la capilla y comenzó a cantar. Se equivocaba, repetía el coro o se saltaba estrofas, y los presentes lo corregían y él se reía.

Hasta la capilla -en calle Las Estepas 877- llegaron por primera vez al lugar para despedirlo personas provenientes de Ñuñoa, Pedro Aguirre Cerda, Las Condes, Vitacura, Punta Arenas e incluso Francia. Durante la tarde, con su comunidad fueron a una parcela en Pirque para seguir compartiendo con él.

Este fue el cuarto domingo de despedida. Al lado de Puga estaba el sacerdote diocesano Sergio Torres, quien será uno de los que acompañarán a la comunidad cuando él no esté.

Al momento de leer la Biblia, Puga se aseguró de que todos los asistentes tuviesen una en sus manos. “Este ejercicio deberían hacerlo con la familia en la casa”, les dijo, y preguntó cuántos lo hacían. Solo 14 de los cerca de 100 presentes levantaron la mano.

“Esta Iglesia no crece, va de 80% a 52% (de adhesión), porque ha perdido la capacidad de contagiar. Y acá no les echemos solo la culpa a los curas pedófilos o a los obispos que silencian. Nosotros hemos perdido también. Fíjense en sus familias, fíjense en sus vecinos, ¿a quiénes contagiamos?”, preguntó el sacerdote.

Durante la celebración, también Puga recordó la “conflictiva” y “escandalosa” visita del Papa Francisco a Chile. Hace un año, en la intersección de la calle Yelcho con Av. 5 de abril, en la emblemática población pintaron un mural para recibir al líder de la Iglesia Católica. “Este es el único monumento en Chile a su visita”, destacó el sacerdote, mientras que hacía leer en voz alta a los fieles las frases del Pontífice que se pusieron en la pintura.

Y el sacerdote también tuvo palabras para quien estará próximamente a la cabeza del clero chileno: “Este año nuevo en que queremos construir una Iglesia nueva, y que Dios quiera que vamos a tener un arzobispo nuevo, no miremos tanto a él, miremos qué Iglesia va a ser la que va a colaborar y construir la nueva Iglesia de Santiago”.

María Angélica Ponce pertenece hace 30 años a esta comunidad. Para ella, “esta pasada de Mariano de cuatro años por acá ha sido muy positiva, nos ha permitido retomar el Evangelio y hacerlo muy carne en la sociedad de hoy”. Afirma que recibieron la noticia de su viaje “con alegría, porque va a poder estar con sus hermanos y lo va a ayudar a descansar”.

Para el sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones Nicolás Viel, Puga ha sido “uno de los curas que más han marcado mi vida”. Sobre el viaje, cree que “va a ser un encuentro muy lindo, porque Mariano cuando visita lugares enciende la fe de esas comunidades. Además, es un bonito desafío de esta comunidad de seguir caminando sin él”. (La Tercera)

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