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Cortázar: “Salida de ejecutivos es el inicio de un golpe de timón en Canal 13”

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Parte importante de los días libres del presidente del directorio de Canal 13, René Cortázar, los pasa en la VII Región. En privado, el también ex ministro ha sincerado su intención de disputar un escaño senatorial por esa circunscripción en 2017. En público, sin embargo, aunque admite que esa es “una posibilidad” que está evaluando, es tajante en afirmar que “para la elección falta más de un año y durante todo este período estaré al pie del cañón trabajando en el canal”. De hecho, su figura ya es una presencia permanente en el piso ejecutivo de Canal 13, lo que marca diferencias con anteriores presidentes del directorio de la estación.

Hace dos semanas, Canal 13 vivió una reestructuración que terminó -entre otras cosas- con la salida del entonces director ejecutivo Cristián Bofill y de otros dos gerentes. ¿A qué obedecen esos cambios?

Obedecen a la necesidad de armar un nuevo equipo de ejecutivos para darle un giro al canal. Nosotros estamos desarrollando un proyecto para conectarnos mejor con la audiencia, para obtener mejores resultados. En concreto, respecto de Cristián Bofill, concordamos, ambos, un cambio de su posición en el equipo, en la cancha.

Desde que el grupo Luksic se convierte en accionista de esta estación se han nombrado cinco directores ejecutivos. Los expertos sostienen que es difícil diseñar y establecer un proyecto televisivo con ese ritmo de cambios. ¿A qué se deben tantos movimientos?

Eso es historia. Hay distintas etapas y -en ésta- nosotros pensamos que tenemos a la actual directora ejecutiva como la persona adecuada para los desafíos que tenemos por delante.

¿No merecen algún comentario los continuos cambios?

No, para mí eso es historia. Y cada uno de ellos ha respondido a distintas etapas del canal, pero en esta que tenemos por delante nosotros estimamos que tenemos a la persona más adecuada para lo que viene.

¿Existe algún denominador común en las remociones de la dirección ejecutiva?

Estamos mirando hacia adelante. Estamos confiados en que vamos a tener un proyecto que nos va a permitir conectar mejor con la audiencia y tener mejores resultados. En eso estamos.

La salida del ex director de programación Jaime de Aguirre -a sólo cinco meses de su nombramiento- ha resultado particularmente polémica. El mismo ex ejecutivo manifestó su extrañeza por la situación. ¿Su despido fue por un tema de desempeño?

Nosotros somos una empresa privada, un medio de comunicación privado y no damos explicaciones públicas de nuestras relaciones con los profesionales del canal. Entre otras cosas, porque eso cautela de mejor modo el derecho a la privacidad que tienen los profesionales del canal. Sin embargo, dado que Jaime de Aguirre ha dado explicaciones públicas respecto de su salida, lo único que yo podría decir de eso, sin entrar en ningún detalle, es que no sólo me han parecido sorprendentes, sino que, además, en mi opinión son infundadas.

El fue muy específico en señalar que Andrónico Luksic opina y “todos corren”, que usted mismo “a veces está y a veces no”, que hay diseños de liderazgos poco claros…

Esos son comentarios que, a mi juicio, están fuera de lugar y que, además, yo no comparto para nada.

La estación está en un proceso de auditoría general respecto de su funcionamiento. ¿Qué efectos deben esperar los trabajadores de los resultados de esa labor?

Lo que hay es un proyecto que está en desarrollo, que tiene como uno de sus objetivos mejorar la competitividad del canal y, en particular, tiene como objetivo la racionalización de costos del canal. Hemos empezado ese golpe de timón y partimos a nivel ejecutivo de arriba hacia abajo.

¿Esa racionalización de costos incluye despidos masivos?

Lo que estoy diciendo es que hay un proyecto en desarrollo para mejorar la competitividad, y eso es lo que estamos trabajando en este minuto. Nosotros vamos a seguir con un análisis de racionalización de costos en el conjunto de la empresa. Nuestro proyecto es conectar mejor con las audiencias, y nuestro proyecto es mejorar los resultados, y eso supone una visión a fondo de nuestra pantalla y nuestra estructura de costos.

¿Hay una estimación respecto de la magnitud de estos movimientos?

No, este es un proceso que se está analizando con cada una de las áreas, con cada uno de los encargados de cada área y, como digo, lo que buscamos es una racionalización en el sentido de asegurar la mejor pantalla posible, pero naturalmente usando los recursos de la forma más eficaz posible, que es un desafío no sólo de esta empresa, sino que de toda la industria de la televisión, y me atrevería a decir de toda la industria de los medios de comunicación.

Uno de los temas pendientes es el de la recuperación de las pérdidas que se generaron en 2014, que fue el peor año del canal. ¿Cómo ve ese proceso? ¿Cómo calificaría la situación actual del canal?

Califico el minuto actual como un giro. Tengo mucha confianza en la gente que está en el canal y creo que este giro va a tener éxito y que va a permitir una mejora importante a nivel de audiencia y también una mejora en los resultados. En eso estamos, y estamos trabajando como equipo. Como un equipo muy integrado, y me atrevería a decir, afiatado. Estamos en un proceso de cambios y esperamos que en un plazo razonable se vean sus frutos.

¿Eso supone que en todas las áreas hay un proceso de evaluación?

O sea, es un proceso que no es simultáneo en todo el canal, es gradual y por eso el primer paso que se dio fue el nivel del cuerpo ejecutivo. Luego, se están haciendo análisis en distintas áreas específicas, pero no es un proceso simultáneo en todo el canal, sino que un proceso que se va desarrollando a su interior.

Cuando los canales no tienen recursos existe riesgo de una disminución de la apuesta por el contenido propio. ¿Eso es así en Canal 13? Mega -liderada por Juan Ignacio Vicente- acaba de firmar un acuerdo que le permitirá acceder y transmitir las producciones dramáticas de Globo, el canal brasileño de las comunicaciones, asociado históricamente a esta estación…

La verdad es que primero la televisión abierta como industria, no sólo este canal, descansa fuertemente en la producción propia en sus distintos ámbitos, partiendo naturalmente por el área informativa, pero, a la vez, combina con material envasado o importado. Y ahí hay una estrategia de pantalla que tiene que ir adecuándose a la calidad de los productos, a cada momento, a cada horario, a cada día. Y, por lo tanto, nosotros reafirmamos sí que vamos a mantener vigencia en la producción nacional como un área de mucha fortaleza, porque siempre la ha tenido. Y dentro de eso hay contratos que se rescinden, que se abren y, en ese sentido, hay una variabilidad en los contratos que se han hecho y eso es lo que ocurre respecto de los proveedores, pero en nuestra estrategia general estamos desarrollando un proyecto que contempla estos dos aspectos: la producción nacional, fortalecerla, y contempla el material envasado, mejorarlo.

Una de las dudas que hay es su permanencia en el canal y en el directorio, particularmente, porque se ha planteado la posibilidad de una candidatura a senador en 2017…

Para la elección falta más de un año y durante todo este período estaré al pie del cañón trabajando en el canal.

La posibilidad que usted vuelva a la primera línea política entonces es viable…

Existe esa posibilidad.

¿No lo desincentiva la situación de descrédito que hay en la clase política? Da la impresión que el proceso para muchos está siendo al revés, van más de salida que de regreso…

No me gusta arrancar de los problemas. La verdad es que sabemos que los países más allá del descrédito o el rechazo que existe tan masivamente a la política no sólo en Chile, sino que a nivel global, se diferencian entre los que se desarrollan y los que se frustran en el intento. Y esa diferencia tiene que ver con la calidad de sus instituciones, con la calidad de sus reglas del juego. Y sabemos que esas reglas se determinan básicamente en el sistema político y, por lo tanto, sabemos que es imposible tener una economía y un desarrollo de calidad para toda la población sin una política de calidad, ahí se juega gran parte de nuestro futuro. Y pienso que más nos vale hacer las cosas mejor de lo que lo estamos haciendo.

Usted ha sido un crítico permanente de la manera en que el gobierno ha planteado sus reformas. Se ha hablado de un golpe de timón, se cambió a parte sustantiva del equipo ministerial. ¿Cree que el cambio de dirección del gobierno va bien encaminado?

Pienso que el crecimiento sigue siendo el pariente pobre de la política gubernamental y creo que las consecuencias están a la vista.

¿Hace falta profundizar en el giro de gobierno?

Estimo que el giro ha sido completamente insuficiente.

¿Cómo evalúa la gestión del ministro Rodrigo Valdés? ¿Cree que ha podido imponer un sello en el camino del gobierno?

Creo que es un hombre muy capaz. Y lo segundo, me parece que en materia de política fiscal va a mostrar resultados.

¿Piensa que ha recibido el apoyo necesario?

Pienso que en materia de política fiscal sí a logrado influir en la gestión de gobierno.

¿Dónde echa de menos una mayor influencia?

Ya lo contesté, cuando digo política fiscal.

Hace poco, el gobierno dio en giro cuando se abrió el debate del sistema previsional. Se planteó una suerte de acuerdo nacional que -hasta ahora- no tiene resultados, pero hubo una voluntad distinta en la forma de encarar una reforma de carácter estructural. ¿Le da la impresión de que el Ejecutivo aprendió la lección respecto de que las grandes reformas requieren de grandes consensos?

Ojalá, porque ese ha sido uno de los más grandes déficits de estos años y es parte de lo que explica los magros resultados que se han obtenido. Cuando la Presidenta llamó a un gran pacto nacional en materia de pensiones, lo celebré, porque creo que es exactamente el camino que hay que seguir. Este país cuando logró construir acuerdos amplios políticos y sociales le fue bien. Pasamos a partir del año 90 del sexto lugar en la tabla de posiciones de América Latina al primero, y cuando el país funcionó no sobre la base de construcción de grandes acuerdos, grandes consensos políticos y sociales, como lo hizo con muchas décadas antes del año 1990, nos mantuvimos por décadas como el número sexto en la tabla. Y sólo cuando giró la forma de hacer política, giró nuestra capacidad de desarrollo y, por lo tanto, el que ahora se diga vamos a llamar a un gran pacto nacional para enfrentar lo de las pensiones, a mí me parece una muy buena noticia, pero si usted me pregunta si se ha logrado el resultado, está por verse: no se han presentado proyectos, no sabemos el resultado.

Parece que sigue siendo terreno inexpugnable del gobierno lo que compete a sus reformas. Parece que ahí no hay voluntad de generar acuerdos más amplios…

La esencia de la democracia tiene que ver con cautelar el interés común de la sociedad. Eso desde sus inicios, y uno mira el debate político, desde la Revolución Francesa en adelante, y la democracia surgió como un régimen político para defender el interés común de la sociedad frente al interés de unos pocos, de la nobleza, de la oligarquía. Los gobernantes tienen como primera función cautelar ese interés común de la sociedad, liderar ese proceso y en aquellos aspectos donde no sea posible constatar un acuerdo, naturalmente se ejerce la mayoría, pero ese concepto es muy distinto a otro concepto de democracia que sólo dice que la mayoría de votos gana y se debe imponer ignorando al resto.

Respecto del proceso constituyente que generó amplia inquietud en el mundo empresarial, ¿le da la impresión que terminada la etapa de participación bajó la incertidumbre?

No quiero opinar sobre la conducción del debate. Lo que sí no me parece es que haya una reducción significativa en la incertidumbre.

Desatada la carrera presidencial, en general, ¿cómo ve usted la situación de su partido, la DC?

La DC ha tenido un debilitamiento muy fuerte en los últimos 20 años. No cabe duda ninguna. Y tiene un desafío muy grande, que es presentar una propuesta y un perfil que le permita resultar atractivo desde el punto de vista de interpretar a sectores mayoritarios del país. Me parece que es un desafío muy central que se va a expresar no sólo este año, sino que también el próximo.

¿Ve a alguien que encarne ese desafío?

Más que personas, el tema es cuál es el perfil, la orientación y la identidad que va a expresar cada partido político para responder una pregunta elemental en un proceso democrático, que es por qué voy a votar por uno y no por otro. Para responder esa pregunta en la decisión del votante es muy clave que haya una cierta identidad, donde los distintos conglomerados políticos den una razón para votar por ellos y creo que ese proceso de reafirmación de identidad es un tema que todavía no está plenamente logrado o no está suficientemente logrado en el caso de la DC.

¿Usted cree que el partido debiera levantar un candidato propio?

Por eso digo que hay un tema mucho más de fondo, más que si hay o no candidatos. Las coaliciones normalmente nacen del fruto de un acuerdo entre diferentes, no idénticos, porque si no, no se llaman coaliciones, se llaman partido político único. Y cada uno de sus miembros tiene que tener su identidad propia para que la ciudadanía pueda optar por quién los representa adecuadamente. Ese perfilamiento de esa identidad propia me parece que es una tarea que todavía está muy pendiente en la DC.

¿Ve cómoda a la DC en la Nueva Mayoría?

Podemos ponerle el nombre que queramos, pero la Nueva Mayoría como coalición de distintos partidos hoy tiene el respaldo de una de cada tres personas que votaron por ella. Olvidémonos por un minuto de la oposición. Eso plantea, obviamente, una revisión de fondo, es un resultado muy elocuente.

La DC ha dicho que su permanencia en la Nueva Mayoría va a ser un tema de discusión. ¿Usted tiene una posición definida sobre este debate?

No he hecho un planteamiento ni voy a hacerlo en esa materia. Pero sí creo que hay que identificar el problema y es doble. Primero, efectivamente, es una coalición en que sólo uno de cada tres que votaron por ella está apoyando, es un hecho objetivo. Segundo, existe una DC que ha ido, desgraciadamente, desperfilando su identidad en sus planteamientos.

¿Y eso es por un defecto propio o por efecto de sus socios?

Propio, es una responsabilidad de los mismos partidos. Entonces, dos aspectos tienen que ser encarados y son diferentes, porque son dos hechos políticos sustantivos.

¿Le gusta la figura del ex Presidente Lagos como presidenciable?

En esta etapa, todavía, no voy a entrar a opinar de pre, precandidatos, porque por lo demás, como se ha visto no sólo en Chile, sino que en todo el mundo, la volatilidad del apoyo a los precandidatos es enorme. Si uno mira la experiencia de EE.UU., de España, de Italia, de Francia y en América Latina, la experiencia reciente de Argentina, de Perú, un elemento que es común en todos estos casos es la volatilidad y cómo a un año de la elección las cosas cambian con una velocidad enorme, entonces lo hemos visto nosotros mismos en Chile en los últimos meses, pero todavía la situación puede variar varias veces de aquí al día electoral.

La Tercera/Agencias

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