El escenario. Es favorable a la derecha y estructuralmente distinto a 2021. Tres transformaciones marcan esta presidencial:
- Del cambio al orden. La agenda postmaterial, centrada en redistribución y minorías tras el estallido, dio paso a una agenda material: seguridad, inmigración, crecimiento y mayorías. Un terreno más cómodo para la derecha.
- Del voto voluntario al obligatorio. Se incorporan unos cinco millones de “votantes obligados”, pragmáticos y poco politizados. Con el actual clima, este universo beneficia a la oposición, lo que explica intentos oficialistas por limitarlo.
- Del gobierno a la oposición. En Chile y el mundo la alternancia es la regla general. Si en 2021 la derecha representaba continuidad, hoy encarna cambio.
2.- La foto de partida. Kast aparece con ventaja en una elección competitiva: la evolución de encuestas (B&W, Criteria, Panel Ciudadano–UDD y Cadem (ver www.radarelectoral.cl del Instituto Res Publica) permite dibujar el inicio de la recta final.
- Jara: lidera con el piso/techo del gobierno. Su mérito: aglutinar el voto gobiernista. Su actual 26,8% le asegura el paso a segunda vuelta. Su piso es impermeable, pero su techo es bajo. Frente a Kast o Matthei pierde por cerca de 20 puntos, lo que permite presumir que la presidencia se definirá en primera vuelta entre los candidatos de derecha.
- Kast: Polymarket le da 68% de probabilidades de triunfo (18% Jara; 12% Matthei). En Cadem, 37% cree que ganará (29% Jara; 10% Matthei). La expectativa importa: muchos votan por el “caballo ganador”. No obstante, el último mes bajó de 28,5% a 25%. La causa: apartarse del “gobierno de emergencia”, ya sea por decisión (ej. propuesta “chao préstamo”) o por obligación (foros que diversifican el discurso). Como favorito es blanco de ataques, pero mantiene base sólida en jóvenes y sectores vulnerables. Riesgos: Kaiser en su flanco derecho y la dispersión temática ante los votantes obligados.
- Matthei: consolidada tercera y competitiva. Tras detener la caída y subir levemente a 17%, disipó el fantasma del cuarto lugar y recuperó la esperanza. El ingreso de Juan Sutil y Juan Antonio Coloma dio claridad estratégica: evitar choques con Kast, apuntar al centro y ofrecer gobernabilidad. Falta ver si ese centro tiene sustento electoral (los casos Goic y Tohá aconsejan cautela), cuánto le resta Mayne-Nicholls y, sobre todo, si el tiempo le alcanza.
- El resto: decisivos. Con pocos indecisos, el flujo de votantes es clave. Panel Ciudadano muestra que un 25% cambia de candidato entre mediciones. Los totales parecen estables, pues los traspasos son multidireccionales, pero los reacomodos importan. Kaiser (10%) y Mayne-Nicholls (4,3%) van ligeramente al alza y podrían definir quién pasa a segunda vuelta, por el flujo con Kast y Matthei. Parisi (8,3%) conserva un núcleo útil para tener parlamentarios. ME-O (1%) y Artés (0%) permanecen testimoniales.
3.- Estrategias: sorpresas, errores, flujos y ganancias marginales. No todo, pero sí mucho puede ocurrir en los 50 días que restan. Los estadounidenses hablan de “October surprise” y en España se recuerda el “efecto Atocha”. Las encuestas sirven para planificar, pero a menudo las sorpresas escriben la historia.
- En lo previsible, con pisos duros y techos bajos, los márgenes resultan decisivos. La máxima es evitar errores pues los electores prefieren castigar que premiar. Algunos deben arriesgarse para disputar apoyos, ya que quedan pocos indecisos.
- Kast: prudente, no temeroso. Como favorito, su incentivo es una estrategia conservadora y el paso del tiempo es su principal aliado. Debe repetir su mejor libreto: semblante presidencial y cercano, propuestas concretas, evitar peleas pequeñas, resistir “extremarse” para proteger su derecha y reconducir la conversación, todo lo posible, a las coordenadas de su “gobierno de emergencia”. Debe mejorar en economía y sus recorridos por Chile y posicionamiento en seguridad son una ventaja comparativa. El equilibrio es complejo: ser mesurado, pero no pusilánime, pues en el miedo suele encontrarse el fracaso de los favoritos.
- Jara: sin mucho más que hacer. Su base es dura y leal, asociada al voto del gobierno. Eso le permite arriesgar con una estrategia más agresiva, buscando votos adicionales que fortalezcan su resultado parlamentario y su proyección. El problema: no está claro de dónde los obtendrá. Hasta ahora su campaña carece de norte; con solo tener una estrategia y sostenerla, puede mejorar en el margen.
- Matthei: arriesgar controladamente. No basta con evitar errores: necesita adhesiones nuevas. La primera etapa —detener la caída y consolidarse tercera— ya se cumplió. Para pasar a segunda vuelta, debe sostener su estrategia e ir tomando riesgos calculados. Debe evitar el libreto que la hundió (choques con Kast, victimización, discurso elitista, rigidez). Su oportunidad está en profundizar el tono pacífico, la espontaneidad, las propuestas concretas , el relato de gobernabilidad y el foco en economía, su ventaja comparativa. Su dilema: ¿es Jara o Kast el rival a vencer? La respuesta puede ir cambiando y dependerá de la marea imprevisible de la opinión pública.
Gobernabilidad: Más allá del 16 de noviembre, se debe pensar en el 11 de marzo: la gobernabilidad no se improvisa y se construye desde ahora. Kast y Matthei saben que no pueden gobernar sin el otro, por lo que sus estrategias deben cuidar la convivencia futura para que, cualquiera sea el ganador, pueda construir una coalición amplia que represente a los que votaron Rechazo.
- De lo contrario, el problema no será la elección, sino sobrevivir a una oposición probablemente tan despiadada como la que enfrentó Piñera en su segundo mandato. (Ex Ante)
Juan Pablo Rodríguez
Director Ejecutivo de Fundación P!ensa



