La democracia

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En 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que cada 15 de septiembre se celebraría el Día Internacional de la Democracia. Esta fecha, hoy para nuestro país, tiene un valor aún más decisivo en medio de una crisis sanitaria sin precedentes -que ha generado importantes desafíos sociales y políticos a nivel mundial- y a tan solo 41 días del plebiscito nacional donde los chilenos tendrán que responder a las preguntas: ¿quiere usted una nueva Constitución? y ¿qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución?

¿Cómo lograr un equilibrio entre la democracia representativa, donde por una parte está muchas veces la emocionalidad de la ciudadanía, y por otra la política que debe hacerse cargo de las exigencias, pero que al no estar bien articuladas por la misma política ésta se vuelve ineficiente?

La respuesta a lo anterior pareciera estar en enfrentar y resolver la polarización, la intolerancia, la tendencia a un pensamiento binario o el maniqueísmo -que hoy abunda en la sociedad y en el mundo político- recordando y relevando que la democracia es un valor universal. Y si bien no existe un único diseño, el desafío que enfrentamos nos exige unidad, colaboración y participación para aunar un sin número de interpretaciones, pero que deben compartir principios y valores comunes.

La oportunidad está en acordarse de que la democracia se debe centrar en las personas, en defender la soberanía de los ciudadanos, en fomentar prácticas que consoliden la cultura democrática y conciencien a las personas respecto de sus deberes y derechos.

En tiempos tan convulsos y con sociedades cada vez más dinámicas y con problemas entrecruzados, el proceso democrático también es un objetivo y solo con la participación de la gente, los gobiernos y la sociedad civil, este ideal de democracia puede convertirse en una realidad que logre proteger los derechos humanos, el estado de derecho, la buena gobernanza, el fortalecimiento de las instituciones, el respeto a las normas internacionales y los principios básicos de justicia. La democracia resguarda los valores de la libertad y el derecho del pueblo a elegir a través de elecciones. El elemento esencial es el sufragio.

Desde Evópoli apoyamos el retorno a la democracia luego de una dictadura de 17 años. Esto nos permitió, por la vía institucional, grandes avances donde los extremos más radicalizados en la defensa de teorías quedaron fuera. La gran mayoría de los chilenos no quiere destruir lo que se ha avanzado, sino generar cambios que puedan acortar las brechas de inequidad.

Una Constitución no será la solución a todos los problemas y deberán estar los ciudadanos exigiendo, a través de la democracia, a los poderes del Estado, a la política y a las instituciones que a través de leyes les garanticen un nuevo acuerdo de convivencia. ¿Qué debe añadir este pacto? Un Estado moderno, transparente y eficiente sin más operadores políticos; el deber del Estado de garantizar salud y educación pública que no tenga nada que envidiarles a las privadas; pensiones dignas; y con respecto a la familia haciendo un énfasis en los niños primero, uno de nuestros principios rectores del partido, pues creemos, firmemente, que es en esta etapa donde se pueden acortar algunas de las fisuras que tiene nuestro país. (La Tercera)

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